El Intendente no descartó ir a un Estadio Rojo “total” para limitar la circulación de gente
El jefe comunal Miguel Lunghi se mostró preocupado frente al nivel de contagio diarios, el relajo social y el resentimiento cada vez mayor del sistema de salud. Aunque trata de hacer equilibrio entre la parte sanitaria y la económica, el pediatra advirtió que, de ser necesarias, se aplicarán restricciones totales y sólo quedarán en funcionamiento los comercios esenciales. Al referirse al conflicto con los gastronómicos, sentenció que "firmaron el compromiso de que iban a acatar el Estadio Rojo, y ahora no quieren cerrar parcialmente. Eso demuestra cómo somos los argentinos, pero ya somos grandes y estamos jugando con la vida”.
El intendente Miguel Lunghi afirmó ayer que de seguir en ascenso la curva de contagios, el Gobierno adoptará medidas más restrictivas que las que supone el Estadio Rojo vigente, que es una versión muy ampliada de la concepción original y permite la mayoría de las actividades.
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“Si sigue en aumento el número de infectados, en pocos días más podemos estar en un rojo total”, anticipó. En concreto, de llegar a esta instancia, sólo funcionarían los negocios esenciales.
En una entrevista con el programa de radio “Cosas que pasan” (104.1 Tandil FM), en la que dejó diversas frases resonantes, el pediatra se refirió con dureza a la situación actual y exhibió su hastío por la falta de conciencia ciudadana a la hora de respetar las normativas y seguir las pautas de cuidado. Por otra parte, aludió también a la incertidumbre que aún domina el terreno y la necesidad de hacer camino al andar, en medio de un contexto al que definió como una “guerra virósica”.
En tanto, sostuvo que la parte económica es un “drama” y que se está en el “abismo”, por eso la renuencia a cerrar todos los sectores de manera taxativa. Al respecto, indicó que el Estadio Rojo actual “es un primer paso para no ahogar tanto y buscar un equilibrio”, sin descartar limitaciones más severas a corto plazo.
Con el agua al cuello
A través del aire de la radio de El Eco, Lunghi señaló que la situación “es muy difícil para todos y es agotador. Tenemos un estado sanitario difícil. Nos quedan tres camas de terapia y tenemos 1050 infectados activos (en números de ayer a la mañana), y la ocupación puede ser muy rápida”.
Además, reparó en la falta de recursos humanos para gestionar las áreas de cuidado crítico si el cuadro empeora, con especial énfasis en que no se puede disponer de más camas de terapia no por un tema económico, sino porque no hay médicos y personal de enfermería que se hagan cargo de las mismas. A esta problemática, se suma el hecho de que en los planteles profesionales existentes hay casos positivos de coronavirus, lo que reduce aún más la capacidad de respuesta de los efectores de salud tanto estatales como privados.
En este sentido, explicó que el sistema sanitario local está muy bien preparado pero no para una pandemia “que destruye todo”. Asimismo, aseveró que, llegado el caso, se derivarían pacientes a otras localidades.
En este punto, huelga recordar que hace unos meses la comuna se negó a suscribir un acuerdo con la Provincia para recibir a pacientes con Covid-19 provenientes de distritos colapsados. Pese a esto, Lunghi aseveró que habló del tema con el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, quien aceptó la posibilidad de gestionar traslados si fuera necesario. “Quedó abierto a todo a pesar de que yo tengo una mirada distinta. No están rotas las relaciones”, expresó.
Responsabilidades compartidas
No obstante, la máxima autoridad municipal apeló fundamentalmente a la responsabilidad individual para que la ciudadanía respete las pautas sanitarias, no circule de manera innecesaria y se limiten los contactos para cortar la cadena de contagios.
“Pedimos lo elemental, que la gente vaya a trabajar con todos los cuidados y vuelva a su casa, que salga algún día a hacer recreación, de forma individual o con algún conviviente, pero nada más. En Tandil se ha relajado todo, nadie usa barbijo, andan todos juntos, comparten el mate, hacen fiestas clandestinas”, cuestionó, sin dejar de insistir en la imposibilidad de ejercer un control sobre todas las acciones particulares de los vecinos.
“La vacuna es el distanciamiento social y no lo hace un gobierno solo, lo hace toda la comunidad. Nadie se salva solo”, puntualizó.
La rebelión de los gastronómicos
Tras el encuentro que mantuvo el miércoles con los emprendedores gastronómicos, en la que no se logró un consenso, el jefe comunal expuso que “la reunión fue cada uno con su posición, con mucha altura, pero tenemos opiniones totalmente distintas”.
Así, los propietarios de bares y restaurantes amenazaron con abrir los salones pese a las prohibiciones imperantes, que los habilita solamente a usar las mesas al aire libre, y los servicios de delivery y retiro en el local.
Sobre este tema, el pediatra advirtió que van a tener que sancionar a quienes se rebelen, y no dejó pasar la oportunidad de hacer notar que los mismos empresarios del rubro que suscribieron al acuerdo del Sistema Integral para Enfrentar la Pandemia –lo que implica acatar el cierre cuando las autoridades dispongan-, ahora no quieren atenerse a lo pactado.
Empero, destacó que la clausura no es total y que pueden seguir operando bajos otras formas, alternativa que el sector no comparte por no creerla rentable. “Firmaron el compromiso de que iban a acatar el Estadio Rojo, y ahora no quieren cerrar parcialmente. Eso demuestra cómo somos los argentinos, pero ya somos grandes y estamos jugando con la vida”, observó.
La relación con Kicillof
Por si fuera poco, el mandatario municipal señaló que él mismo asumió un compromiso con el gobernador Axel Kicillof al momento de negociar la compatibilización del sistema de fases con el esquema del semáforo, en cuanto a implementar acciones específicas de complicarse el cuadro epidemiológico. En efecto, Lunghi sostuvo que se decidió generar un esquema propio para otorgar mayor movilidad económica, pero reconoció que todo se complicó porque “no ha habido la seriedad necesaria para manejarse”.
“Me comprometí con Kicillof, le dije que tenía firmadas más de cien actas para cambiar de esquema, con algunos no tuvimos comunicación porque nos olvidamos, hay que decir la verdad, pero no importa, la mayoría lo firmó”, deslizó.
Y cerró: “Me le paré al Gobernador en una conversación bastante tensa, no es fácil el chiquito (SIC), le expliqué que no quería apartar a Tandil, salí a defender el compromiso firmado y acordamos que si había un problema cerrábamos. Me dijeron que sí, pero estamos cerrando parcialmente y ahora me dicen que no”.