“El Defensor del Pueblo es un ojo que controla a la administración pública”, definió Paula Lafourcade
La flamante defensora del Pueblo de Tandil buscará conducir el organismo “para y por la gente”. Confió que motivó su postulación “la indefensión que tiene el administrado frente a ese gran titán que es la administración pública”. Fue electa por el Concejo Deliberante para iniciar el camino del ente autárquico que pugnará por garantizar los derechos de los ciudadanos frente al Municipio de Tandil y las prestadoras de servicios.

La doctora Paula Lafourcade fue elegida, el último jueves, como defensora del Pueblo de Tandil e iniciará el camino de esta figura trascendental para garantizar los derechos de los ciudadanos frente al Estado municipal. Entrará en funciones el 1 de enero próximo y como primer paso, buscará que la comunidad conozca que dispone de esta herramienta fundamental para mejorar su calidad de vida.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailTandilense -nacida y criada-, hija del óptico Mario Lafourcade, estudió en el colegio Sagrada Familia y se graduó de abogada en la Universidad del Salvador. Luego se especializó en Derecho Tributario en la Universidad de Buenos Aires.
-¿Qué te movilizó para presentarte a la selección?
-Tengo el estudio desde 2008, en San Martín y Rodríguez, y el 90 por ciento de los juicios son de derecho público, ya sea del fisco o en contra de la administración pública nacional, provincial o municipal. Desde ese lado, escuché y vi la indefensión que tiene el administrado frente a ese gran titán que es la administración pública, donde la gente llega con problemas como ‘presenté una queja y nadie me escuchó’, ‘pasaron 6 meses o un año y nadie me da bolilla’, ‘tengo que recorrer toda la administración pública y no sé a dónde ir’, o tratar una resolución que no tiene fundamento con lo que el contribuyente presentó. Todo ese estado de agotamiento de la gente me llevó a tratar de ser el abogado de todos y que tengan -más los sectores vulnerables que no pueden acceder a veces a un abogado- un canal para hacer escuchar sus reclamos y que la administración, que en este caso es el Municipio de Tandil, los escuche.
-¿Qué expectativas tenés frente a este desafío?
-Va a ser una tarea ardua, porque lo primero es que la gente conozca para qué está y cuál es el rol del Defensor. El primer pilar tiene que ser la educación, y no se puede esperar que los ciudadanos por sí solos conozcan al Defensor, sino que tiene que salir a la sociedad y a las asociaciones que abarcan distintos fines, que protegen distintos derechos, presentarse y decirles para qué vamos a estar, que la Defensoría está abierta para ellos y que cuenten sus dificultades.
El Defensor no sólo actúa por denuncias sino que puede investigar de oficio, solo, a pedido de parte, cuáles son las irregularidades que ve, tanto en la administración pública como en los servicios públicos. El rol del Defensor abarca también el control de los servicios públicos, ya sea que los ejerza el Estado -el Municipio en este caso-, empresas mixtas o privadas.
-¿Cómo vas a trabajar con la Oficina de Defensa al Consumidor para no duplicar esfuerzos? Fue un tema que se debatió en el proceso de construcción de la ordenanza…
-La OMIC está para los reclamos de usuario y consumidor. La competencia que tengo es mucho más amplia y además, también es contra irregularidades, demoras, discriminaciones de la propia administración pública. Aunque haya materias que se superpongan, tengo otra independencia funcional. Por más que es un órgano elegido por el Concejo Deliberante, que todos los años tiene un control y una rendición de cuentas, tengo autonomía funcional. Es un órgano independiente, con autarquía presupuestaria y financiera también. Entonces, eso me da otro margen de acción, más amplio, y además, en esa defensa de los derechos de los habitantes de Tandil o de los ciudadanos, uno puede presentar amparos colectivos en defensa de los derechos de incidencia colectiva como el medioambiente, el usuario y consumidor.
Si hay materias que se superponen, en lo esperable, deberíamos trabajar coordinados. Al igual que con la delegación de la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires que dirige el doctor Alcides Fortunato. Voy a tratar de trabajar en coordinación. Si hay algún tema en el que difieren los criterios para abordar la problemática, haré lo que crea mejor para la ciudadanía.
Un amplio campo de acción
-A priori, ¿en qué temas planeas intervenir?
-Estuve analizando un municipio vecino como el de Mar del Plata, que lo tiene implementado hace varios años. Más allá de las diferencias de tamaño, de geografía, también tiene temas que pueden pasar aquí con el turismo, en las memorias muestran un panorama de reclamos desde poda, asfalto, ruidos molestos; obra pública, desde el avance hasta si un edificio cumple con las reglamentaciones que corresponden; todos los servicios sanitarios como atenciones hospitalarias, turnos, faltante de insumos; servicios públicos como el transporte, lo relacionado con la frecuencia, los distintos radios, si se pueden ampliar los recorridos, el estado de las unidades; los terrenos baldíos. Hay mucho tema para trabajar en la relación del vecino, del ciudadano, con la administración, y después, muchos temas macro, como los medioambientales: el agua, suelo, y ahí interviene el Defensor no sólo con acciones sino también coordinando.
Hay que pensar que lo más importante es que el Defensor del Pueblo puede ser un gran coordinador y un gran motor de consenso para juntar a todos los actores sociales. Hay políticas que se tienen que desarrollar en Tandil que no necesitan que sean unilaterales sino multilaterales, donde todos estén sentados en la mesa y el Defensor tiene que hacer el rol de coordinador para llevar adelante estos programas. Además, dentro de sus facultades, puede proponer modificaciones a las ordenanzas o algún proyecto, que puede ser otra forma de canalizar, o hacer recomendaciones para que el Concejo Deliberante las tenga en cuenta.
-Es decir que todo no redundará en acciones judiciales…
-No, creo que mucho del rol diario va más a los informes, pedido de explicaciones, investigaciones…
-Al diálogo en definitiva…
-Exacto. Y uno necesita ejercer control. El Defensor es un ojo que controla a la administración pública y a los servicios públicos. Mucho va a pasar por si siguen aumentando, si respetan los parámetros, las audiencias públicas, en el tema de los servicios públicos como el gas, la luz, etc.
-Hoy todo lo que tenga que ver con la situación económica es una prioridad para las familias, sobre todo para las más vulnerables.
-Sí, creo que hay que hacer hincapié en los sectores más vulnerables y acercar la Defensoría a la gente y que pueda encontrar una escucha activa, donde uno como Defensor se pone en el lugar del otro. Por ahí esa persona está desvelada, muy preocupada, o la administración no le pudo canalizar su reclamo; para ellos es muy importante, los tenemos que escuchar. Y si no es del tema del Defensor, que puede pasar, recibir a la gente y decirle hacia dónde se tiene que dirigir para que no se sienta desamparada cuando llega a la Defensoría, que realmente pueda sentirse contenida.
Un término que uno a veces utiliza en mediación, pero que es muy lindo, es empoderar al ciudadano, que se lo ve chiquito frente a la administración pública, darle fuerza, poder, y ese poder viene de manos del Defensor del Pueblo.
“Es algo histórico”
-¿Cómo sigue el trabajo en lo que resta del año de cara a tu asunción?
-Hay que buscar un espacio que no tiene que ser el Municipio, obviamente, porque el Defensor no puede estar controlado sino que tienen que garantizarle independencia a este órgano extrapolado. En estos dos meses que quedan, hay que poner en marcha la Defensoría, es decir, tanto el lugar físico, la parte de medios que va a ser muy importante porque la edad etaria de la gente que pueda acercarse a la Defensoría varía entre una persona mayor y un joven que utiliza distintos medios de comunicación, entonces hay que hacer una buena página web, tratar de tener un formulario modelo para que la gente no tenga que pensar cómo redacta la nota a la Defensora para contarle la denuncia, simplificar, decirle qué tiene que traer, aportar la prueba en soporte papel que haga a su reclamo; todo eso tiene que estar en soporte digital y en la propia Defensoría con banners o distintos carteles que sean accesibles. Todo lleva su tiempo de diseño, su organización. Vamos a tener un reglamento interno de funcionamiento que también tiene que ser aprobado.
-¿Lo aprueba el Concejo?
-Sí. Le dará tratamiento en noviembre.
-Lo presentaste con la postulación pero se puede ajustar…
-Ahora que estoy designada, voy a evaluar si tengo que hacerle algún retoque o en relación a las sugerencias de los distintos concejales para agregar si hace falta. Igual, realmente es un buen reglamento que cubre todo el amplio espectro de intervención del Defensor.
Aparte, hay que terminar de designar el personal, que en principio es un adjunto y un administrativo. Estoy evaluando distintos perfiles, en base a lo que uno pretende de la Defensoría, buscar a alguien que sea proactivo, que quiera acercar la Defensoría a la gente, que tenga conocimientos de esta materia porque es mucho de Derecho Constitucional y de Administrativo y que también tenga gestión porque el adjunto tiene que ser alguien de confianza, que acompaña esa administración, porque después no sólo es llevar adelante políticas sino que la mesa chica interna tiene que ser un grupo que trabaje en equipo.
En síntesis, es llevar la Defensoría para y por la gente, ese tiene que ser el lema que guie esto que es algo histórico.
-Te toca la responsabilidad de iniciar el camino…
-Espero recorrerlo con el mejor de los éxitos. Y si me equivoco, que puede pasar, tener la suficiente humildad para reconocerlo y poder seguir adelante, como corresponde.