D´Alessandro da pelea

Mauricio D´Alessandro, nacido en Tandil hace 65 años, se transformó a través de los años en un personaje famoso a nivel nacional. Después de algunos éxitos en su profesión de abogado que merecieron reconocimientos públicos, su rostro se amigó con la farándula y es común verlo -aunque ahora hay que reconocer que bastante menos- en diferentes programas de televisión.

Sin embargo, un día decidió dedicarle tiempo a la política y así fue diputado provincial, director del Bapro y concejal en Tandil.

Este año decidió pelear por la intendencia de San Martín, uno de los partidos más poblados del conurbano, con casi 500 mil habitantes. Y venció a su contrincante en las PASO, obteniendo el derecho a participar en la elección de octubre.

-Unos decían que lo apoyaba Larreta y otros, Bullrich. ¿Quién fue en realidad? 

-Integré la lista de Larreta-Morales-Santilli y Posse, que resultó derrotada en la contienda electoral.

-Su lista perdió, pero usted ganó. ¿Y ahora? 

-Ahora, obviamente, integro la lista de Juntos por el Cambio que lleva a Patricia Bullrich como presidente. Falta definir el candidato a gobernador porque se están contando casi un millón de votos pendientes. Igual me siento cómodo con Grindetti o con Santilli, los dos son excelentes candidatos y personas. 

-¿Cómo se encara esta última etapa enfrentando nada menos que al intendente en un reducto esencialmente justicialista? 

-Me gusta el desafío. Creo que el kirchnerismo le ha hecho mucho daño a la república y, especialmente en San Martín, el mejor reflejo es la realidad. Estamos rodeados por San Isidro, Vicente López, CABA y Tres de Febrero. En los cuatro partidos se vive más seguro, con mejor salud y cuidado del medioambiente. En ninguno de esos cuatro partidos gobernó el kirchnerismo.

-¿Y qué tiene que ver usted con San Martín?

-Mi primer asunto importante fue en San Martín. Era un desalojo de cien hectáreas en el fondo del partido, detrás de la fábrica IVA S.A. El intendente de esa época se negó a urbanizar el barrio y lotear los terrenos con el argumento de que estaban bajo la cota y nunca se iban a hacer ni calles ni llevar servicios al lugar. Hoy viven ahí 100 mil habitantes. Sin calles, sin servicios, entre basurales clandestinos. Es responsabilidad de la política que siempre prefirió mirar para otro lado. 

-Fue diputado, director del Bapro, concejal, ahora quiere ser intendente. ¿Hoy elige la profesión, la política o la televisión? 

-En ninguno de mis cargos cobré el sueldo. Elijo, desde hace años, dedicarme a la política como servicio. Es una vocación que pude desarrollar después de haber trabajado toda mi vida en la actividad privada. Hoy elijo ser candidato a intendente y mantengo mi estudio jurídico con sedes en CABA y en San Martín. La televisión es un complemento para las dos profesiones. Me convocan para hablar de seguridad, política criminal y derecho, que es aquello a lo que me he dedicado toda la vida. Los políticos pagan por estar donde a mí me llevan porque, simplemente, mido. 

El batacazo de Milei

-¿Qué opina de la elección en Tandil? ¿Imaginaba que iba a ser más pareja? ¿Lo sorprendió la elección de Milei?

-No me sorprendió que ganara Lunghi. Es algo que advertí cuando fui candidato a concejal y luego fui elegido. La ciudadanía tandilense estaba y está contenta con la gestión del intendente y se ve que lo hace bien. Cuando fui electo concejal sacamos casi 20 por ciento de los votos en las PASO y duplicamos la lista nacional que integrábamos. Hicimos una gran campaña y propusimos achicar el gasto, un nuevo plan de desarrollo territorial, reducir las tasas y simplificar los trámites para habilitar comercios y pymes. No alcanzó. Hoy Milei propone algo similar a nivel nacional. ¿Por qué habría de sorprenderme que esas ideas tan simples triunfen?

-¿Otra vez se equivocaron las encuestas o la gente miente al responder?

-El de Milei es un voto silencioso donde se integran las ideas que la gente tiene en su fuero íntimo y una persona que las expresa. La gente no miente, dice que está harta, que los de azul son los buenos y los que tienen palos y capuchas son los malos. Después, sólo hay que ver quién representa esas ideas y ahí está el ganador. Las encuestas se equivocaron porque ponderan los resultados y parten de la base de que nadie va a votar a un candidato que proponga la venta de órganos. Pero a la gente, que no piensa vender un órgano (porque no estaría normal) le preocupa más cómo vuelve su hijo del colegio hoy a la tarde, cómo regresa su mujer de trabajar sin que la asalten en la parada y qué va a comer esta noche cuando los precios se dispararon 20 por ciento en un día.

-¿Estaría preparada la Argentina para un Milei presidente? 

-Mi candidata es Patricia Bullrich y la lista de JxC; no pienso en nadie mejor que esta opción para conducir el país.

-A esta altura y con tantos sobresaltos, ¿cree que en dos meses Massa puede enderezar el barco y ser competitivo?

-La realidad está diciendo que no. Pero bastante bien lo ha hecho para la emisión brutal y descontrolada que este gobierno disparó durante estos cuatro años y especialmente con la cuarentena más larga del mundo. En la práctica, nos metieron el perro del Estado presente y la Argentina va a salir, como siempre, con el esfuerzo individual y los dólares del campo a quienes estos energúmenos odian.

-Dicen que el as en la manga del oficialismo está en los que no fueron a votar. ¿Pueden ellos dar vuelta una elección? 

-Jajajajaja. Todos los que no ganamos decimos lo mismo. Yo en cambio, apostaría a entender lo que el pueblo quiere, que es menos regulación, mayor libertad, más seguridad, más salud, mejor educación pública, más trabajo y menos planes.

Su paso por el Concejo

-Más allá de su presente alejado de Tandil, ¿qué cree que dejó en su paso por el Concejo? Iparraguirre no fue muy benévolo con su gestión (más con su no presencia en el Concejo, en realidad) y Escudero dijo que su paso había sido nefasto. ¿Tan mala fue la relación con ellos?

-Fuimos el bloque Integrar y duplicamos en proyectos al Frente de Todos. Fui muy feliz en Tandil y trabajando en el Concejo. Hasta la pandemia tuve asistencia perfecta. No escuché ninguna crítica de Iparraguirre, pero entiendo que me ataque. Cuando competimos, fuimos a un debate y sacó menos votos que nosotros. Estamos en las antípodas ideológicamente, nunca me llevé bien con La Cámpora. Y Tandil tampoco, por lo que se ve. Respecto de Raúl, integró nuestro bloque en dos sesiones donde reemplazó a un concejal ausente. Fue mi compañero de lista y es un hacedor, más allá de sus errores en política.