Con los pañuelos verdes en alto, un grupo de mujeres volvió a pedir por el derecho al aborto
La manifestación tuvo lugar ayer, en la glorieta de la Plaza Independencia. Fue en el marco de una acción nacional para conmemorar el aniversario del primer pañuelazo verde frente al Congreso nacional. Temen que en un año electoral no se vuelva a tratar el proyecto de legalización del aborto.
El verde de los pañuelos le puso color a la Plaza Independencia, el espacio público donde los tandilenses se congregan para manifestar sus demandas. Un nutrido grupo de mujeres respondió, ayer por la tarde, a la convocatoria nacional “19 F. Día de Acción Verde por el Derecho al Aborto”, a un año del primer pañuelazo frente al Congreso nacional y con la consigna “educación sexual integral para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir”.
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La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto se constituyó hace 14 años, cuando las mujeres decidieron organizarse en torno a esta causa. Las actividades se iniciaron el 28 de mayo de 2005, con la participación de 70 organizaciones de mujeres de todo el país y en la actualidad está integrada por más de 500, referenciadas con distintos sectores de la sociedad.
Desde estas sierras, resaltaron que “como ciudadanas de Tandil, entendemos la necesidad de contar con información actualizada y con espacios de formación en torno a los derechos sexuales y (no) reproductivos, y en tal sentido en 2018 hemos propuesto una agenda de actividades que permitió diálogos con la ciudadanía y con las organizaciones de la sociedad civil, así como debates en torno a posicionamientos en nuestros espacios políticos de referencia”.
Una “decisión estratégica”
En diálogo con El Eco de Tandil, Gisela Giamberardino destacó que la movilización es una “decisión estratégica” de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, ya que es “un modo de mantener en el espacio público la reivindicación” y la demanda para que el proyecto de legalización del aborto “se trate este año”.
La dirigente de Mala Junta auguró que 2019 será “complicado” para habilitar el debate porque es un año electoral e informó que a nivel nacional estiman que “no se llegará a tratar ni siquiera en comisión”.
Evaluó que “los partidos políticos, probablemente, si es un tema que divide, no lo van a querer presentar. De todos modos, recordamos que el año pasado hubo 72 firmas de diputados que acompañaron la presentación del proyecto, así que confiamos en que esas 72 firmas seguramente se repitan”.
La referente de la lucha por los derechos de las mujeres resaltó que “pretendemos que siga estando en el espacio público, en las casas, en las plazas, en las escuelas, el discurso de que las mujeres seguimos preocupadas y convencidas de que el aborto o la interrupción voluntaria del embarazo, además de una cuestión de derechos humanos, es una cuestión de salud pública y por lo tanto, vamos a seguir exigiendo al Estado una respuesta en ese sentido”.
“Un tema bisagra”
Gisela Giamberardino afirmó que a pesar de que no salió la ley, hubo un cambio en la mentalidad de una importante porción de la ciudadanía. “Lo hemos dicho cuando evaluamos las acciones del año pasado: la sociedad ya despenalizó el aborto. Las mujeres y los varones hemos empezado a hablar de nuestros cuerpos, de los abortos que han sucedido, y que muchos ni sabíamos, en nuestras propias familias”.
Consideró que “el aborto ha sido un tema bisagra para empezar a hablar de muchos otros, intergeneracionalmente también. Nos hemos descubierto hablando con nuestras propias madres, hermanas, tías, abuelas, hijas o sobrinas de cosas que antes no hablábamos, que son el goce, el deseo, las opciones de la sexualidad; la idea de que la heterosexualidad no es destino, que también podemos elegir; que las identidades sexuales no tienen por qué ser definitivas ni son esenciales, que nos vamos construyendo como varones, como mujeres. Me parece que, en ese sentido, se ha democratizado no sólo el discurso sino las prácticas que tenemos cuando pensamos o vivimos relaciones sexuales o afectivas”.
Para terminar, concluyó que “ha sido un avance, y fue una cátedra que duró seis meses la experiencia de las discusiones en el Senado y en Diputados, durante el año pasado”.