Elecciones 2023
Cercano a Massa y a Milei, D’Alessandro pintó un retrato de los candidatos en el balotaje
Relacionado con ambos, entre 2016 y 2018 los trajo a Tandil para desarrollar actividades públicas. Definió que el actual ministro de Economía está “destinado a terminar desde adentro con el kirchnerismo, pero no duda en avanzar detrás de sus objetivos sin importarle demasiado lo que dijo un tiempo antes”. En cuanto al libertario, dijo que su extravagancia lo trajo hasta aquí y aseguró que “está en condiciones de gobernar el país”.
“Tengo yo mis dudas”, confió el tandilense Mauricio D’Alessandro de cara al balotaje del domingo próximo en una extensa entrevista radial con La Tarde de El Eco. Vinculado con ambos candidatos desde la política y la vida pública, compartió su visión sobre los perfiles y dejó interesantes conclusiones, aunque evitó jugarse por alguno de ellos. Como antecedente, con los dos vino a Tandil para desarrollar actividades. En 2016, fue el turno de Sergio Massa, cuando militaba con el Frente Renovador, y en 2018, desembarcó dos veces con Javier Milei a dar conferencias sobre economía.
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En principio, D’Alessandro repasó que a finales de 2013, junto al intendente de Chivilcoy Guillermo Britos, hicieron una alianza con Massa y con Margarita Stolbizer que se llamó Un País, y en ese espacio se presentó como candidato a concejal en 2017, “donde obtuvimos el 20 por ciento de los votos en las PASO y 18 por ciento en las generales”.
Recordó que “a partir de ahí tuve mucha actividad conjunta con Massa, lo conocí mucho, frecuenté la casa y tuve una relación, podría decir, casi personal. Así que lo conozco muy bien”. Además, ratificó que se alejó del partido a fines de 2017, cuando detectó que el hoy candidato a presidente por Unión por la Patria comenzaba a acercarse al kirchnerismo.
“Viví ese proceso con cierta tristeza, porque Sergio me parecía un candidato nuevo. Lo había visto luchar contra el kirchnerismo. Creo que sirvió en ese momento para dividir el peronismo y gracias a eso ganó Macri. En realidad, creo que él aprendió de esa medicina y hoy dividió a Juntos por el Cambio para llegar a esta instancia. Me parece que es una historia que él repite, de cierta forma”, analizó.
-¿Quién es Sergio Massa para vos?
-Es un político todavía joven, sumamente capaz, muy preparado. Probablemente con ideas similares a las de Milei. Destinado a terminar desde adentro con el kirchnerismo, pero alguien que no duda en avanzar detrás de sus objetivos sin importarle demasiado lo que dijo un tiempo antes. Es alguien de la vieja política. Alguien destinado a gravitar en la política argentina pero con algunas particularidades, como esta de no atenerse a principios o a dogmas, si no ir detrás, en cada oportunidad, de las condiciones coyunturales que hagan o no a sus necesidades políticas.
-Se vio en el debate que está preparado, pero a la vez representa a la política que rechaza un gran porcentaje de la población, ¿ves que tiene esa cuestión positiva pero le resta por otro lado?
-Es la lucha entre un aficionado y un profesional. Creo que lo apabulló. También eso obedece a una realidad de Milei. Cuando transmito todo esto, también estoy transmitiendo mis dudas. Con Milei hice doce conferencias por la provincia de Buenos Aires. La primera de ellas en Tandil, en 2018.
Es más, circula en las redes, los massistas y los antimassistas utilizan un flyer que hicimos de la primera conferencia, donde yo convocaba todavía como Frente Renovador Tandil a Milei y lo llevamos al Hotel Libertador en la primera conferencia. Juntamos 300 personas en una convocatoria espontánea y fue la primera vez que le dije ‘venite, vamos a empezar a dar charlas sobre economía’. Ese Milei no tenía pensado hacer política. De hecho, me decía que su gran expectativa era evangelizar a la población sobre las ideas liberales, y en cierta forma, desde el gobierno militar, desde la dictadura de 1976, liberalismo había pasado a ser una mala palabra en la Argentina, a diferencia de lo que pasaba en muchos otros lugares del mundo, se la vinculaba más con la dictadura y básicamente con el tema económico de Martínez de Hoz.
Él tenía mucho que explicar al respecto, daba unas charlas deliciosas , la gente lo seguía, convenció a mucha gente de que no se podía gastar más de lo que entraba, que los buenos eran los que tenían uniforme azul y los malos los que llevaban palos y capuchas, y básicamente, que había que simplificar la vida de los argentinos y dejarlos tranquilos y que nadie se echara encima de ellos, impidiéndoles a las pequeñas empresas, las pymes, el empresariado nacional -no a los ‘empresaurios’ como los llama a los que viven del Estado-, poder ganar su dinero y hacer negocios sin tener que depender o ser socio de un Estado que te come la mitad con los impuestos.
Ese era el Milei que yo rescaté, con el cual recorrí doce pueblos de la provincia de Buenos Aires. Ese Milei no tenía ni experiencia política, ni expectativas de hacer política. Es más, me decía a mí que nunca iba a hacer política y realmente, ese Milei iluminado de la economía cuando se traslada a la política comete errores de principiante, que no pudo mejorar en este debate pese a que está contento.
“Los políticos no parecen normales”
Tras contar que durante la semana habló con ambos candidatos, D’Alessandro expuso que “Milei está convencido de que el debate mostró lo que él quiere mostrar, un político profesional en contra de lo que quiere la gente y gente común que lo único que quiere es que no le jodan la vida para poder ganar plata, alimentarse y vivir tranquilo, sin que el Estado le chupe la sangre o que tenga que mantener desde su actividad a un montón de gente que no trabaja o que no produce porque el Estado distribuye la riqueza en forma arbitraria y sin ningún tipo de sentimiento nacional, ni de progreso”, explicó.
-Se ha instalado la idea de la inestabilidad emocional de Milei, ¿cuánto de eso hay de mito, de personaje o de realidad? Sobre todo a la hora de tener que conducir un país…
-La forma de ser, de explicar y la extravagancia de Milei es lo que le permitió a un tipo que vino en 2018 a Tandil y dio una conferencia para 300 pibes, convertirse en el candidato del balotaje en la Argentina sin aparato político, sin partido político, sin divulgadores detrás de él y sin plata. Muchos especulaban con que lo bancaba Eurnekián y todo lo contrario, lo echa de Corporación América hace unos dos años, después de un almuerzo con un dirigente político en ejercicio.
Todos los líderes políticos son gente rara, especialmente cuando son líderes de altísima exposición y cuando llegan a la cúspide de su carrera. No hay un líder político que no tenga personalidad rara, que no tenga dificultades para llevar adelante la relación familiar. Por eso, un tipo como Lacalle Pou nos llama tanto la atención, porque parece normal.
La realidad es que los políticos no parecen normales. Después, sobre su vida personal, es un excéntrico, como lo definimos en la charla, pero sí creo que está en condiciones de gobernar un país porque la Argentina ha sido gobernada por excéntricos a lo largo de todos estos años.
-En su primera charla en Tandil, ya convocaba a los jóvenes que son sus principales votantes, sorprendió la cantidad de gente. Es un fenómeno disruptivo, y algo despertó en un sector de la sociedad que estaba ahí latente y nadie lo representaba.
-Nadie, y ni hablar durante la pandemia. El tema de los vicios totalitarios durante la pandemia también lo señaló. Lo que pasa es que cuando Milei iba conmigo a las conferencias y después íbamos a comer a un bar cualquiera y ponía la cabeza para abajo y los pulgares arriba, y andaba siempre con la agenda y Daniela, la cantante, al lado, ese Milei era una persona a la que nadie examinaba más allá de sus ideas económicas. Cuando él empezó a ver que esas ideas económicas implicaban algo más y las extendió a lo que él llama el apoyo irrestricto a la libertad del prójimo, empezó a tener dificultades para encajar ese sistema tan férreo de la Escuela Austríaca a otros campos. Entonces comete los errores, como cuando dijo lo de la venta de órganos. No es que quiera poner una mesa para vender riñones, pero dentro del liberalismo, lo que cada uno quiera hacer con su cuerpo es una decisión personal. Entonces, dentro del esquema de él eso lo encaja, pero después del otro lado lo usan para decir que es un loco. No es así, él traslada el liberalismo a todas las conductas de la gente.
-Pero su postura ante el aborto parece una contradicción…
-No, porque la encuentra en la definición del liberalismo de Benegas Lynch, y él dice que el niño por nacer ya es una persona y hay que proteger a esa persona. Él claramente dice que no eligió en ese camino la decisión de la mujer de qué hacer con su cuerpo porque eso afecta a un tercero que es el niño por nacer.
La crisis por el partido con nombre de cepillo de dientes que se deglutió a la UCR
-Tu fuerza política quedó afuera del balotaje, ¿crees que se hizo alguna autocrítica?
-Yo creo que fue Macri el responsable de esto. Digámoslo crudamente, el PRO es un partido con nombre de cepillo de dientes que se había deglutido a un partido centenario como la UCR, y eso algún día iba a generar una crisis. Y en esto, creo que Macri fue dejado de lado.
Hay un detalle para tener en cuenta, que durante muchos años se dijo que Cristina y Macri eran parte de esa grieta y que había llegado el final para los dos. Increíblemente, Macri se dio el lujo de volver en una especie de convergencia con Milei, y si Milei gana, es muy probable que sea quien se encargue de la parte administrativa del gobierno, porque pareciera lo que Milei le ha dejado a cargo. Él para las ideas económicas y todo lo que sea el manejo de la burocracia estatal del Poder Ejecutivo para Macri. O sea que increíblemente, logró reaparecer cuando nadie esperaba nada de él.
-El Turco Asís lo bautizó ‘el ángel exterminador’, que primero fue a Larreta, ahora a Patricia Bullrich y ahora se queda con Milei. ¿Coincidís?
-Sí, lo de Larreta, me cuesta creer que fue Macri. Creo que fue Larreta mismo, tuvo un par de errores importantes y tuvo decisión en la política que era ir cooptando a todos los que lo complicaban. Dio la pelea y le faltó la que tenía que ganar. En San Martín, donde fui candidato (a intendente), Bullrich le sacó 10 puntos de ventaja a Larreta. Es mucho para San Martín, donde nosotros le ganamos al candidato de Bullrich por 5, con lo cual nos arrastró y no pudimos corregir esa diferencia porque claramente, adentro de la alianza Juntos por el Cambio lo de Bullrich era arrollador. El tema es que era un triunfo de nichos, aplicable también a mí, que gané fácil la interna y cuando me agarró el peronismo, me tiró al diablo.