PASO 2023
Bossio habló del país que propone Schiaretti, reconoció a Lunghi y fue muy crítico con el kirchnerismo local
El tandilense volvió a la arena política electoral como candidato a diputado nacional bajo el paraguas del peronismo que propone al gobernador Juan Schiaretti como presidente. En una entrevista exclusiva, propone “liberarse del corset que le impuso el kirchnerismo y volver a ser una fuerza potente que ofrezca soluciones a los problemas del país”. Reconocimiento al intendente Lunghi y fuertes críticas a la conducción justicialista serrana y a La Cámpora en particular.
Administró el presupuesto más importante del país (del 2009 al 2015 fue Director ejecutivo de ANSES), rompió con el kirchnerismo en el Congreso y fundó una consultora económica en el sector privado. Diego Bossio - de él se trata - vuelve a la política a los 43 años, acompañando a Juan Schiaretti. El tandilense es primer precandidato a legislador en la ciudad de Buenos Aires en la lista que lleva al cordobés como precandidato a presidente. Asegura que no se puede hablar de distribución sin hablar de crecimiento y no se puede crecer sin orden. Para terminar con 30 años en caída libre y sin rumbo, propone un sistema de instituciones fuertes, un Estado que acompañe sin pisar a los sectores dinámicos de la economía, educación pública de calidad y fuerte inversión en infraestructura. “La estabilización de la economía tiene que ser con racionalidad y siempre con la gente adentro”, remarca. Se refirió a Lunghi y al peronismo tandilense.
Recibí las noticias en tu email
-…Y un día Diego Bossio regresó a la política. ¿Por qué ahora? ¿Por qué con Schiaretti?
- Después de varios años en la actividad privada como consultor decidí ser candidato porque existe un proyecto político que me convoca y me entusiasma, que es el liderado por Juan Schiaretti. Juan expresa un peronismo republicano, federal y productivo, que nunca se puso de rodillas ni ante el cristinismo ni ante el macrismo. Recorrés todo el arco político y no vas a encontrar a ningún dirigente político con la coherencia y la experiencia en gestión de Schiaretti.
-¿Hay un peronismo posible y competitivo electoralmente fuera del kirchnerismo?
- Por supuesto. Schiaretti y el recordado José Manuel De la Sota crearon una provincia que funciona. Ese modelo, que es válido para toda la Argentina, tiene una serie de pilares: instituciones fuertes y un Estado austero que acompaña, en lugar de pisar, a los sectores más dinámicos de la economía, educación pública de vanguardia y un plan muy agresivo de infraestructura. Eso es lo que proponemos para el país, en el marco de un gran acuerdo social y político para poner a la Argentina en el camino del desarrollo.
- ¿Por qué nunca te acercaste a este Gobierno?
- Mis diferencias políticas con el kirchnerismo vienen de mucho antes y se expresaron en 2016, cuando decidimos con un grupo de compañeros salir del bloque de diputados porque entendíamos que el kirchnerismo estaba llevando al peronismo a convertirse en una fuerza sectaria, sobregirada en lo ideológico, que ve a los sectores productivos como enemigos.
Es lo opuesto a lo que defendió siempre el peronismo. En 2019 no me sumé al Frente de Todos porque estaba claro que era un rejunte, hecho a las apuradas, con el único objetivo de ganarle a Macri y con un sistema de toma de decisiones, para ser generoso con el término, destinado a fallar: con un presidente sin poder propio y la accionista mayoritaria respirándole en la nuca.
No había forma de que ese experimento funcionara y este Frente de Todos II llamado Unión por la Patria va a repetir ese internismo a cielo abierto. Con un agravante: económica y socialmente estamos peor que hace cuatro años. Basta ver los indicadores de inflación y de pobreza.
-Tuviste mucho trato con Massa cuando era un crítico durísimo de Cristina y de La Cámpora. ¿Cómo sigue el vínculo?
- A Massa le tengo respeto personal pero difiero con el camino que tomó. Respeto su decisión de ponerse al frente del Ministerio de Economía en una situación muy compleja, pero es el candidato a presidente de un proyecto que ya fracasó y que va a volver a fracasar. No es tanto un problema de nombres sino de orientación política y de cómo deben funcionar los espacios políticos.
-¿Es posible ser otra cosa que kirchnerista cuando te asociás políticamente a Cristina?
- Ellos no entienden la política en términos de sociedades o de acuerdos. O te subordinás, agachás la cabeza y decís a todo que sí, o sos un traidor, un hereje. El dogmatismo y los liderazgos mesiánicos no van más. Por eso planteamos que tiene que abrirse una nueva etapa en el peronismo, para liberarse del corset que le impuso el kirchnerismo y volver a ser una fuerza potente, creativa, que ofrezca soluciones a los problemas del país, no que los agrave.
La receta de Bossio
-¿Crecer para distribuir? ¿Distribuir para crecer? ¿Cuál es la matriz que encarna mejor la doctrina y la historia del peronismo?
- Hay que tener cuidado con los falsos dilemas. Lo que sí puedo decir, usando una consigna del primer peronismo, es que la mitad de cero es cero. El problema de fondo de Argentina es que hace más de una década que la economía no crece y no se genera empleo privado. Por una serie de factores, algunos externos, pero sobre todo de mala política económica, la torta es cada vez más chica. Ante esto, planteamos un verdadero plan de estabilización, no parches, para ordenar la macroeconomía, bajar la inflación y aumentar las exportaciones y la inversión. Para eso hacen falta amplios acuerdos políticos que se sostengan en el tiempo y reglas claras.
-¿Es posible estabilizar y ordenar la macroeconomía sin que ese costo caiga exclusivamente en los trabajadores y en las clases más vulnerables?
-Sin dudas. La estabilización de la economía tiene que ser con racionalidad y siempre con la gente adentro. Esto no es un concurso de planillas de Excel; es un debate sobre cómo le mejoramos la vida a la gente. Hay que implementar una política con mucha firmeza y mucha precisión a la vez, que ponga en línea los cinco grandes precios: el IPC, las tarifas, los salarios, el tipo de cambio y la tasa de interés. Una de las claves es aplicar un gasto público inteligente, por ejemplo, sacando subsidios a sectores de altos ingresos que no los necesitan, privilegiando la política social para contener y acompañar a los sectores más castigados de esta Argentina cada vez más desigual. Se pueden discutir los instrumentos, los plazos, lo que ya no se puede discutir es que la improvisación permanente y la falsa épica no van más.
- Argentina es como el Ave Fénix, ícono de renacimiento. ¿Podrá resurgir esta vez?
- ¿Por qué no?. Tenemos que cambiar el chip y dejar de pensar que un solo sector nos va a salvar, ya sea el campo o Vaca Muerta. El mundo nos abre una ventana de oportunidad, porque demanda lo que nosotros tenemos: alimentos, energía y talento. Una de las grandes tareas por hacer es ayudar a sectores dinámicos de la economía, con marcos regulatorios correctos, para que se sigan expandiendo, generando empleo de calidad y sumando valor agregado. Potenciar estos motores económicos y aumentar la exportación tiene que ser una obsesión del próximo gobierno. Le permitiría al país protegerse ante shocks externos que derivan en presiones sobre el dólar y la inflación, cuidar el peso y una cuestión no menor: liberarnos del tutelaje del Fondo. Al FMI se lo saca del país no con berrinches pseudo setentistas, sino exportando más.
Se está cerrando un ciclo económico, político, incluso cultural de la Argentina, que podríamos decir que comenzó con el estallido del 2001, y estamos entrando en una etapa nueva. Ese esquema de la grieta, con sus posicionamientos tan rígidos, está en crisis. Con la renovación de liderazgos y el pedido a la política de que vuelva a conectar con el pulso y las demandas de la sociedad creo que se viene un período de debates menos ideológicos y más prácticos, con menos caretas.
Los tandilenses con Schiaretti
-Junto a vos, otros tandilenses comparten el espacio de Schiaretti.
-Efectivamente. Andrea Almenta, que viene de la actividad privada, de enfrentar los vaivenes de una economía que en lugar de impulsar y proyectar a los que emprenden y arriesgan, los somete a su incertidumbre y falta de reglas claras. Pero además tiene vocación dirigencial para llevar al ámbito legislativo la voz de miles de empresarios e industriales del interior y visión para ofrecer las herramientas que hacen falta.
Y Alejandro Topo Rodríguez , que es un político muy experimentado. Toda una vida dedicada a la política. Formado por Eduardo Duhalde y luego parte de la gestión de Magario en La Matanza. Conoce muy bien el Conurbano y eso es importante en el Congreso. Se complementarán muy bien con Almenta, que representa los intereses del interior de la Provincia.
-¿Extrañás Tandil?
-Claro que sí. Es la ciudad de mis abuelos y de mis padres, donde estudié, hice amigos y me forjé como persona. La extraño y mucho. Podrán observar que siempre la pongo como ejemplo en las entrevistas. Es una ciudad que respira futuro.
Ojalá podamos volver a tener un país con los valores que hicieron grande a Tandil: educación pública de calidad, emprendedores infatigables, dirigentes empresariales con visión y referentes sociales comprometidos.
Lunghi y la incapacidad de la oposición
para ofrecer un proyecto superador
-Lunghi se presenta para su sexto mandato. ¿Está bien o es hora de un cambio?
-Hay que ser respetuoso de las instituciones y de la voluntad de la ciudadanía. El pueblo de Tandil le ha dado su apoyo en cada elección y su imagen como gobernante es muy buena después de 20 años en la gestión. Es muy probable que se vuelva a dar su triunfo. Estamos en democracia y no hay nada más importante que escuchar y respetar la decisión del pueblo.
Personalmente creo que para las instituciones de la república es buena la alternancia y el recambio generacional, pero creo también que más que el recambio de personas importa el recambio de ideas. Evidentemente, la permanencia de Lunghi en el poder no es solo una cuestión de sus capacidades, que evidentemente las tiene, sino de la incapacidad de la oposición para ofrecer un proyecto superador, una nueva visión que asegure lo que está y vaya por lo que falta.
En el escenario político de Tandil no ha aparecido todavía ese dirigente político que garantice lo que la ciudad privilegia a la hora de votar.
El PJ local, una agencia de
colocadores de empleados públicos
-¿Cómo ves al peronismo de Tandil en este escenario?
-El PJ local se parece más a una agencia de colocadores de empleados públicos que un partido preocupado por defender los problemas de los tandilenses. Y el tandilense quiere que lo defiendas y lo tengas como prioridad.
No quiere escucharte repetir lo que dijo el presidente, el gobernador o Cristina, a 400 kilómetros de ciudad. No quiere escucharte recitar los cuatro párrafos del último discurso que dio Cristina pegándole a la Sociedad Rural, al poder Judicial o al FMI. No quiere que pongas los intereses de La Cámpora o Máximo Kirchner por encima de lo que pasa en la ciudad.
Mientras esta prioridad no cambie, la ciudad le seguirá dando la espalda. Y no creo que esto cambie en el corto plazo porque el peronismo de Tandil está cooptado por La Cámpora y a nadie escapa que está cada vez más degradado.