Inseguridad
Un emprendedor gastronómico sufrió el quinto robo desde 2020, ahora combinado con los cables
Sumó tres atracos en Comé Cabrón y otros dos en DAM Beach Bar, en la zona del Lago del Fuerte. El más reciente fue el domingo por la noche, cuando un solitario ladrón violentó una puerta y se llevó aparatos tecnológicos. En paralelo, atacaron el tendido eléctrico y dejaron sin luz al Club de Pesca y al Mercado Artesanal.
La inseguridad volvió a golpear en la zona del Dique el domingo por la noche, cuando un solitario ladrón violentó una puerta del local gastronómico Comé Cabrón y se llevó algunos elementos de valor. En paralelo, cortaron los cables del tendido eléctrico, dejando sin servicio al Club de Pesca y al Mercado Artesanal.
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Guillermo Suárez, propietario del comercio y del bar lindero DAM Beach, confirmó el atraco, el quinto que sufre desde 2020 entre los dos emprendimientos. Además, en este caso se conjugó con el ataque al tendido eléctrico que, por fortuna, no interrumpió el servicio en el salón, lo que habría implicado significativas pérdidas en la mercadería refrigerada.
En diálogo con El Eco de Tandil, el damnificado relató que el hecho ocurrió el domingo, cerca de las 22.15, cuando lo llamaron de la empresa de alarmas para advertirle sobre el disparo en Comé Cabrón y le informaron que un móvil policial estaba en el lugar.
“Efectivamente, habían entrado. Habían forzado una de las puertas que dan a la terraza”, explicó y describió que dañaron una abertura tipo balcón, con traba de plástico, por lo que ayer estaba tomando medidas para reforzar la seguridad.
“Entramos, y lo primero que hice fue mirar las cámaras con los chicos del móvil policial que se portaron de diez. Empezamos a mirar las imágenes y vimos que había una persona que venía del lado del club, entraba por la parte de atrás, abría la puerta, esperaba a ver si sonaba la alarma. Abrió la puerta, miró para adentro, vio que no había nadie, todo estaba oscuro. Se fue un minuto hasta el club, se quedó escondido y volvió”, relató.
Indicó que en ese sector no había sensores de apertura de cerramiento, por lo que recién en el momento en que el delincuente ingresó al salón lo captaron los de movimiento. “Cuando entró, fue a la parte donde está la caja, tiró la caja con el controlador fiscal al piso para intentar sacar dinero que, obviamente, no queda nunca ahí”, expuso.
Y precisó que “se llevó lo que le dio el tiempo mientras sonaba la alarma. Estuvo un minuto y pico adentro, dando vueltas. Se llevó el celular del negocio que queda para contestar WhatsApp y por pedidos, reservas; una computadora portátil y una máquina de contar dinero”. Tras el rápido accionar, el intruso escapó corriendo en dirección al Club de Pesca.
Suárez llegó al comercio diez minutos después. “Empezamos a caminar con la policía por el club. Fuimos para el lado de DAM Beach, estaban los portones abiertos. Estuvimos un rato acá, mirando, y me fui a hacer la denuncia que no me pudieron tomar porque estaban complicados”, completó.
A oscuras
“Al otro día a la mañana, cuando empiezo a caminar un poco por el club, encontré un rollo de cable y empiezo a mirar las farolas del club. Había un montón de cables cortados y después me entero que habían robado primero en el Mercado Artesanal”, contó Guillermo Suárez.
Incluso, compartió que el domingo, en ocasión del robo, había observado poca iluminación en la institución lindera. “Todavía le dije al presidente del club que estaba muy oscuro, y me dijo que había pasado a las 8 de la noche y estaba bien iluminado el club, con todo el alumbrado público, el parque, la pileta”, precisó.
El lunes, tras descubrir el ataque a la instalación eléctrica, Suárez decidió revisar los videos de las cámaras del patio de Comé Cabrón y observó que habían cortado desde el pilar de la luz de su local hasta el alumbrado público, tendido que le brinda energía al club, afectando todas las farolas de adentro del predio, las canchas de tenis y el Paseo de los Pescadores.
Más allá del botín
Al evaluar las consecuencias del hecho delictivo, además de los elementos faltantes, Suárez reparó en la preocupación y el tiempo que llevan los trámites. El lunes radicó la denuncia, con la complejidad de conseguir los datos de los aparatos tecnológicos que le robaron. A eso se sumó el seguro, “para tratar de recuperar algo en cuanto a dinero porque ni siquiera es que te devuelven lo que se llevaron. Pagás un seguro que sale mucho, creyendo que por lo menos estás cubierto en una parte y después la parte es bastante chica”.
Como otro aspecto a resolver, también debió encargarse de reparar los daños y reforzar la seguridad del local, tarea que lo tenía ocupado ayer con la colocación de más y mejores trabas.
“Lamentablemente, hay que estar un poco más atento, pero mucho más no se puede hacer”, dijo y explicó que deberá afrontar una inversión de 1,5 millones de pesos en tiempos complicados “para todos los comerciantes”.
Poco movimiento
Hace sólo 10 días, el gastronómico había sufrido otro episodio a partir del robo de cables en el sector de DAM Beach, donde se llevaron todo el tendido eléctrico hasta el cruce de calles.
“Tuvimos una respuesta excelente y pudimos tener luz el mismo día”, resaltó en cuanto a la labor de la Usina y remarcó que “se llevaron varios metros de cables hasta la parte de adentro del bar. En este caso no entraron al bar, en otra oportunidad me tocó”.
Consultado por los hechos que contabiliza en ambos comercios, precisó que desde 2020, acumuló tres robos en Comé Cabrón y dos en DAM Beach. “Buen promedio llevó, uno por año”, apuntó con humor.
Y manifestó que “al principio te da un poco de bronca, pero una vez que llegás acá, la verdad es que los chicos de la comisaría Primera tienen empatía”, al tiempo que destacó la predisposición para caminar y revisar el lugar con linternas. Lo mismo cuando asistió a hacer la denuncia, cuando le explicaron que estaban complicados y decidió volver el lunes por la mañana. “Me atendieron muy bien, me tomaron la denuncia excelente, por lo menos dentro de lo feo”, remarcó.
Al evaluar la dinámica de esa zona del Dique, explicó que “después de las 6 ó 7 de la tarde ya no queda nadie. De hecho, los cuatro comercios que funcionamos en la zona el domingo a la noche ya no estamos abriendo; en la semana abrimos pocos días. Está re parado todo y no se justifica”.
Sobre Saavedra Lamas se formó un polo gastronómico con las propuestas de El Mirador, Parador del Sol, Zona Sur, Che Papá y Comé Cabrón, a las que se suma DAM Beach cuando afloja el frío.
Sobre los patrullajes y las medidas preventivas, Guillermo Suárez consideró que “harán lo que pueden”. En tanto, manifestó que difundió el robo en redes sociales para advertir a los vecinos y que puedan avisar al 101 si observan movimientos sospechosos.
Secretaria de Redacción de El Eco de Tandil. Licenciada en Comunicación Social orientación Periodismo (UNLP)