Juicio por asalto a mano armada
Tras una veintena de años preso, salió a robar otra vez a punta de pistola con la pulsera magnética colocada y volvió a ser condenado
Se dictó un fallo condenatorio para el reincidente que protagonizó un violento asalto en Arroyo Seco en julio del año pasado. Lo descubrieron porque perpetró el atraco con la pulsera magnética colocada, producto de una denuncia por violencia doméstica. También le encontraron en su propiedad la carne que se había llevado del robo.
A mediados de julio del año pasado, un grave suceso delictivo que se manejó con absoluto hermetismo a pedido de la víctima desencadenó en una amplio operativo policial que concluyó con allanamientos y un detenido, quien tenía colocado una pulsera electrónica dispuesto por la Justicia, obligado a mantener una restricción de acercamiento por una causa de violencia de género. Además, el aprehendido por esas horas contaba en su haber un frondoso prontuario delictivo, transitando buena parte de su vida detrás de las rejas.
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Tal se informó oportunamente, se trató de un violento atraco perpetrado alrededor de las 8 en la zona del barrio Arroyo Seco. Dos delincuentes, armados y con sus rostros cubiertos, interceptaron a un vecino cuando salía de su propiedad y lo sometieron, obligándolo a regresar sobre sus pasos a la casa donde fue maniatado con un cordón. Una vez liberados para su accionar, se alzaron con pertenencias varias de la víctima.
Ya con el botín (dinero, computadora, teléfono celular, entre otros elementos), se fugaron con el auto del propio damnificado, quien luego pudo zafar de las ataduras y pedir socorro.
Alertada la policía del virulento ilícito, desde la comisaría Cuarta con la colaboración de otras jurisdicciones, bajo la coordinación de la fiscalía en turno, se montó un operativo cerrojo, contando como indicios para la búsqueda de los sospechosos con el registro fílmico de varias cámaras de seguridad privadas como del Centro de Monitoreo, que lograron ubicar el trayecto del auto de la víctima en el que transitaban los ladrones que, finalmente, abandonaron en Circunvalación y calle Rivas.
Allanamientos y detención
A sabiendas que la policía estaba cerca tras sus pasos, los delincuentes dejaron el coche y huyeron a campo traviesa, creyendo que podían zafar de la pegajosa persecución policíaca.
El procedimiento y las diligencias continuaron por horas, hasta que lograron dar con los sindicados. En el medio, ya se habían habilitado allanamientos en propiedades de los sospechados.
En efecto, uno de las diligencias ocurrió en una vivienda de calle La Pastora y el restante en Iraola al 200, donde los investigadores lograron dar con material probatorio que fue sopesado por los operadores judiciales a la hora de decretar la detención de los acusados, un mayor de edad y otro menor de 16 años, quien quedó a disposición del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
Una pulsera y carne
Como pruebas incriminantes que lo ubican en el flamante asalto, se conoció que dentro de los elementos secuestrados en su casa se hallaron trozos de carne en un freezer que formó parte del botín que se llevaron de la finca violentada.
Y un dato no menor. La investigación cuenta con una información indubitable. Iglesias llevaba consigo una pulsera magnética colocada, otorgada oportunamente por la Justicia y el Servicio Penitenciario, a partir de una reciente causa iniciada por violencia de género.
Según se explicó, si bien dicha pulsera se activa cuando incumple con la restricción decretada con la víctima denunciante, en este caso sirvió para monitorear y rastrear por dónde circuló el sospechoso que terminó apresado. Efectivamente, se corroboró que había estado en la casa donde se cometió el violento asalto.
La condena
En las últimas horas, a través de un juicio abreviado acordado entre las partes, el Tribunal Criminal 1 emitió un fallo condenatorio para el reincidente Marcelo Ezequiel Iglesias, quien recibió la pena de cinco años y cuatro meses de prisión, por resultar autor penalmente responsable de los delitos de “Robo agravado por su comisión con efracción” y “Robo agravado por el uso de arma y privación ilegal de la libertad agravada en concurso ideal”.
A más precisiones, el veredicto dio por acreditado que aproximadamente las 8 del 22 de julio de 2020, actuando con el designio y plan común pre acordado de sustraer dinero y elementos de valor, Marcelo Ezequiel Iglesias y otro joven menor de edad se hicieron presentes en la vivienda de calle Los Caldenes al 700 casi calle Reforma Universitaria de Tandil, portando uno de ellos un arma de fuego de puño y el restante una barreta de hierro tipo planchuela teniendo en un extremo una forma como de cuello de cisne. Una vez en el garaje de la vivienda, se acercaron a su morador y lo intimidaron exhibiéndole el arma de fuego y el hierro mencionados. También, uno de los asaltantes le apuntó con el arma de fuego y le aplicó dos golpes de puño en el rostro mientras le manifestó "desactiva la alarma, vamos para adentro, dame toda la plata, esto es una vendida, quedate piola porque tenemos a tu hija (citaron su nombre) secuestrada, si nos das la plata no te va a pasar nada, decime donde está la caja fuerte y alhajas, dame la plata, dame el bolso negro".
Luego de ello, obligaron a la víctima a sentarse en una silla, donde uno de los sujetos aludidos le colocó las manos en la espalda y lo ató con una cuerda tipo cordel color blanco y negro. Una vez inmovilizado, mientras uno de los violentos se quedó vigilándolo no sin golpearlo varias veces en la espalda con el hierro tipo planchuela, a la vez que también le apoyó y refregó en la sien el caño del arma de fuego que tenía en la otra mano.
Paralelamente, el otro delincuente comenzó a revisar la casa en búsqueda del botín, que consistió en una suma importante de dinero, una mochila, una notebook, un teléfono celular, un reloj, documentación varia a nombre de la víctima, un pack de seis latas de cerveza, tres cortes de carne vacuna y cerdo y un vehículo marca Citroën modelo Elysée color gris en el que huyeron finalmente del lugar
Según la denuncia del damnificado, los asaltantes habrían llegado a su casa en algún vehículo ya que no se encontraban mojados y para el horario en que sucedieron los hechos llovía fuerte, pero él no escucho previo salir de la casa ningún tipo de vehículo que estacionara o pasara por el lugar. También reseñó que los delincuentes estaban lúcidos, no encontrándose tambaleantes como tampoco titubeaban al hablar, teniendo un léxico acotado.
Asimismo, refirió que aproximadamente dos días antes el suceso había recibido a su correo particular un mensaje el cual decía "Deposítame quinientos bitcoin porque tengo tus datos, teléfono, cuentas, porque si no vas a tener caos en tu vida en los próximos días" pasando un número de cuenta, el cual en este momento no recordaba, aduciendo que no dio importancia a dicho mensaje y por eso no radicó denuncia ya que se venía viralizando por redes sociales de este tipo de mensajes.
La bondiola y el vacío y la geolocalización
A la hora de detallarse sobre los elementos de prueba, se subrayó que al día siguiente de haber sufrido el robo, en horas de la noche, en la Seccional Cuarta de Policía le exhibieron a la víctima tres cortes de carne, uno de cerdo y dos de vacuno, que los reconoció sin ninguna duda por el tamaño, por los cortes que eran (bondiola, tapa de nalga y un vacío) por la forma en que estaban congelados y también porque estaban embolsados exactamente igual que como los había freezado. Que cuando se los entregaron, los cortes de carne no se encontraban congelados, estaban a medio descongelar.
También complementaron y corroboraron lo denunciado surge que el auto sustraído fue hallado aproximadamente dos horas después del hecho en la intersección de calles Circunvalación y Reforma Universitaria; y el informe de visu y las fotografías de donde surge que el automotor sustraído fue encontrado sin signos de violencia ni daños aparentes.
Al respecto, se agregó el informe de geolocalización realizado por el director de Protección Ciudadana del Municipio, Rubén Oscar Diéguez, relacionado con la tobillera electrónica del cual surge que el imputado Iglesias estuvo en el lugar del hecho en el horario en el que el ilícito se cometió, aún más del registro reveló que estuvo en el domicilio de la víctima desde las 7.12 hasta las 8.32.
Antecedentes
Sobre el acusado ahora condenado, en la jerga policial se lo conocía como un peligroso sujeto con un frondoso prontuario.
A más precisiones, trascendió que de sus 40 años, 28 los transitó por distintas unidades penitenciarias, al ser oportunamente sentenciado por atracos de similares características al que ahora se le endilga. De hecho, había recuperado su libertad en octubre de 2019, tras haber purgado sus respectivas condenas. Ahora, volvió tras las rejas por unos cinco años más, lo que parece su hábitat más conocido.