El cruento homicidio ocurrido en los monoblock de avenida Perón y Juramento a mediados de diciembre tuvo definiciones procesales en los últimos días, acerca de la situación del docente Juan Pablo Luna, acusado del asesinato de Andrea Soledad Petilo.En efecto, la Justicia dictó la prisión preventiva para el imputado, no sin previamente tomar nota y volcar al expediente el testimonio de mujeres que acreditaron haber sido víctimas del docente que ofrecía plata o droga a cambio de sexo.&nbsp;Asimismo, el informe de la autopsia fue clave para la suerte procesal del acusado de femicidio, tipificación delictiva que se basó fundamentalmente en dicho reporte forense que alude a una agresión inusitada cuyas lesiones inclinan a definir el hecho en el contexto de violencia de género, con una pena en expectativa de prisión perpetua.Cabe consignar que también Luna prestó declaración y negó intenciones homicidas. Habló de prácticas sexuales singulares, violentas pero consentidas, y buscó instalar la hipótesis del consumo de estupefacientes como las causales del deceso de la mujer. Versión no compartida por el juez de Garantías José Alberto Moragas, que incluso&nbsp; cambió su primera calificación –“homicidio simple”- por la de “femicidio”, tal lo postulaba desde el inicio de la instrucción el fiscal Guillermo Vaticano.&nbsp;Pormenores de un expediente cargado de morbo, prácticas sexuales, violencia, drogas, dinero y un docente que había sido denunciado por acosos a alumnas precisamente por el modus operandi que ahora lo dejó tras las rejas, seriamente comprometido de cara a un futuro juicio y eventual condena por matar a una mujer a golpes y asfixia.La imputación y la autopsiaAl decir de la resolución del juez, en esta instancia de la instrucción se acreditó que el 15 de diciembre de 2024, entre las 0 y las 5.20 aproximadamente, en el interior del departamento 4 del primer piso de la torre 2 de los monoblocks de Avenida Perón 1605,&nbsp; Juan Pablo Luna, mediando violencia de género, le produjo lesiones a Andrea Soledad Petilo, las cuales por su sumatoria, intensidad y concomitancia provocaron la muerte de la mencionada.Según el magistrado, la calificación legal que corresponde otorgar al hecho descripto es la de “Homicidio de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género, en los términos del artículo 80 inciso 11 del Código Penal, resultando además de aplicación la Ley 24.632 de Protección Integral de las Mujeres que ratifica la Convención de Belén do Pará”.Vale reseñar que el juez se apartó de la calificación otorgada primigeniamente al momento de disponer la detención, en razón de un nuevo examen de la probatoria producida.Más precisamente aludió a los contundentes resultados de la pericia médica -autopsia- efectuada a la víctima.&nbsp;A más detalles, las lesiones del cuello resultan compatibles con asfixia mecánica y las lesiones encefálicas y de tórax resultan compatibles con contusiones múltiples. A la vez, las lesiones en dorso de mano son compatibles con signo de lucha y se determinó que todas las lesiones son vitales y que debido a la magnitud de las mismas no son compatibles con autoinflingidas, más bien que la sumatoria de las mismas ocasionó su deceso.En consecuencia advirtiéndose que las lesiones a Andrea Soledad Petilo, por sumatoria, intensidad y concomitancia provocaron su muerte, aunado a las lesiones defensivas que presentaba la misma en sus manos y nudillos, se infiere que el encartado en uso de su preeminencia física, en el interior de un lugar conocido por él -su domicilio- y en razón de ser mujer, ocasionó la muerte mediando violencia de género.&nbsp;<h2 style="text-align:justify;">La testigo: Sexo, cocaína y videos extorsivos</h2>Uno de los testimonios clave para los investigadores fue la de una mujer que confió haber mantenido una relación con el imputado, del cual refirió haber tenido sexo en varias ocasiones a cambio de droga.La mujer dijo que comenzó a tener un tipo de vínculo más cercano con Luna, ya que se había enterado que el mismo se dedicaba a mantener relaciones sexuales con mujeres a cambio de plata y que pagaba muy bien.&nbsp;Reseñó que la primera cita que mantuvieron fue en el departamento de Luna, donde se presentó como una persona buena, cariñosa y muy atento, queriendo ayudarla a la declarante en lo que necesitara económicamente, como así también, ofreciéndole droga, donde le manifestó que poseía todo tipo de estupefaciente, lo que ella deseara consumir, y que en ese momento le ofrece cocaína y ella decide consumir, ya que previamente ya había probado esa sustancia, pero no era adicta.&nbsp;Luego de ello, comenzaron a tener encuentros más reiterados, siempre en el departamento de Luna.Con el paso del tiempo la testigo siguió manteniendo encuentros sexuales con Luna y &nbsp;comenzaron a tener también un poco más de confianza en la relación, en la que llegó un punto en el que ya no intercambiaba sus actividades sexuales por dinero, sino que solamente lo hacía por cocaína, ya que Luna siempre tenía estupefaciente en su poder y mucha cantidad. Es así que la mujer se vuelve adicta y comenzó tener problemas de convivencia con su expareja y con la tenencia de su hija, por lo que su expareja decidió realizar una denuncia en su contra por el consumo de estupefaciente y a raíz de ello desde el Servicio Local de Tandil procedieron a realizar una medida de abrigo para con su hija, donde le cedieron la guarda de la nena a su abuela paterna.&nbsp;Ya presa de la adicción –según confió la testigo- seguía manteniendo encuentros con Luna, donde este ya en confianza, siempre le manifestaba que se dedicaba a vender droga. También subrayó en su relato que le exhibía en varias oportunidades videos desde su dispositivo móvil donde mantenía relaciones sexuales con diferentes chicas, siendo todas jovencitas, desde los veinte a treinta años de edad.&nbsp;Agregó al respecto, que en varias oportunidades, mientras mantenía relaciones sexuales Luna quiso grabarla sin su consentimiento y ella tuvo que oponerse, ya que sabía que lo realizaba para luego extorsionarla como hacía con demás chicas.&nbsp;La mujer confió que Luna le contaba también que solía estar con chicas estudiantiles de Tandil, que se encontraban solas y que la mayoría siempre necesitaba una ayuda económica.&nbsp;Añadió que para el trabajo que le conllevaba realizar sus encuentros con demás chicas, el exdocente utilizaba el mismo modus operandi, para lo cual poseía muchas cuentas falsas en Instagram, Facebook y Telegram, como así también, varios números telefónicos, y que desde allí se contactaba con la mayoría de las chicas.Por otro lado, también refirió que en la actividad sexual con Luna, él siempre le exponía que su morbo era ser dominante, utilizando siempre la violencia verbal y física en el acto sexual, agregando que dichos actos lo realizaba con la misma, pero que siempre fueron consentidos.&nbsp;En septiembre del año pasado la mujer decidió dejar de mantener encuentros íntimos con Luna, ya que necesitaba cesar con la adición y recuperar a su hija. Empezó un noviazgo con otro hombre que la ayuda en la recuperación de la adicción como en el regreso de su hija, por disposición judicial.&nbsp;La mujer no dejó de señalar en el final de su relato que en el barrio la mayoría de la gente lo apodó y lo conoce como "el arruina wachas", ya que todos conocen el modus operandi que efectúa para con las chicas jovencitas, donde las lleva siempre a su departamento, le ofrece dinero, droga y luego las termina extorsionando para seguir con los encuentro íntimos.<h3 style="text-align:justify;">El otro testigo</h3>Otro hombre prestó declaración y dijo haber mantenido un trato de confianza con Luna hasta que empezó a distanciarse precisamente por las actividades “oscuras” que evidenciaba el ahora acusado.&nbsp;Refirió al respecto que Luna le había manifestado que siempre llevaba a chicas que eran alumnas de él a su departamento, donde a cambio de mantener relaciones sexuales las aprobaba en su materia.Asimismo, también hizo mención a la personalidad de Luna, señalando que era rara, que lleva una vida media lujosa, pero que nunca se lo ve trabajar, que cada tanto cambiaba de auto y que no entiende por qué poseía muchos sistemas de seguridad en su casa, como por ejemplo, una cámara sobre su puerta, rejas en la puerta y rejas divisora para pasar a la escalera, cerrando todo tipo de acceso a su departamento.&nbsp;También sumó que por dichos en el barrio, tenía conocimiento que Luna resultaba ser una persona acosadora con las mujeres y que siempre tiene relaciones con diferentes chicas a cambio de plata y de droga.&nbsp;<h2 style="text-align:justify;">Otra mujer víctima del&nbsp;</h2><h2 style="text-align:justify;">mismo modus operandi</h2>&nbsp;Una vez conocido el asesinato de Petilo, otra mujer se presentó espontáneamente en la justicia para contar su experiencia con Luna, no haciendo más que ratificar el accionar que tenía el imputado con las mujeres, el sexo y las drogas.La mujer confió que era adicta al consumo de estupefaciente y que en un momento dado, en el mes de enero de 2023, su amiga, quien también en ese momento consumía, le recomendó que le comprara droga a Luna, aportándole su abonado telefónico.Así fue que se contactó por WhatsApp para que le venda cocaína y en dicho encuentro Luna se había puesto bastante intenso hablándole y haciéndole referencia que si ella deseaba no hacía falta que le pague con plata, que podía pagarle con sexo, que en caso de que ella quiera eso, primero debían mantener relaciones sexuales y luego le pagaría, haciéndole mención que acostumbra a pagar mucha plata.&nbsp;Si bien la mujer primero rechazó la propuesta luego, por apremios económicos, en los primeros días de febrero del año pasado decidió acceder a la oferta,&nbsp;Sobre los encuentros íntimos, la testigo detalló que Luna resulta ser sumamente agresivo, que en reiteradas oportunidades la agredía físicamente, como cachetadas con la mano en su rostro, donde ella le solicitaba que cese con dichos actos, ya que no eran de su agrado. Acotó que en una oportunidad también la agarró de los pelos con la mano y a le apretaba fuerte contra la almohada, estando la misma en la posición de decúbito frontal y que en ese momento que le agarró de los pelos ella decidió hacer fuerza y evadir dicho acto, donde Luna la agarró del cuello de una manera muy fuerte para dejarla inmovilizada y es allí donde sin su consentimiento se sacó el preservativo que tenía colocado para luego alcanzar al orgasmo.La mujer añadió que supo que su amiga, a quien mencionó al principio de la declaración, tuvo encuentros con Luna, ya que en reiteradas oportunidades le manifestaba que era una persona muy violenta y pervertida.&nbsp;Por último, hizo mención que los dos hechos ocurridos con Luna le generó muchos daños psicológicos. Que en su momento no realizó la denuncia porque sentía vergüenza y miedo por represalias por parte de Luna, pero que cuando tomó conocimiento por los medios de que habría matado a una mujer en el acto sexual, decidió prestar su declaración para que se haga justicia.&nbsp;<h2 style="text-align:justify;">Luna habló de sexo violento, pero que no la mató</h2><h2 style="text-align:justify;">“Bondage, Dominación, Sumisión y Sadomasoquismo”&nbsp;</h2>&nbsp;En el expediente también se volcó la declaración del imputado, quien habló una vez conocido el avance de la pesquisa y, sobre todo, buscó explicar las razones por las cuales se detectaron las lesiones en el cuerpo de la víctima, exculpándose de una actitud homicida.Ante el fiscal, Luna brindó precisiones sobre sus encuentros con la víctima, las cuales, según él, eran consentidas: sexo a cambio de plata y consumo de estupefacientes.Luego, explicó sobre las relaciones que él mantenía con las mujeres.&nbsp;“Yo vivo alternativas de vida sexuales del BDSM. Son alternativas de vida pagas…”, refirió el docente que luego explicó qué es BDSM: “Bondage (término francés que se traduce en español como 'esclavitud' o 'cautiverio' y es una práctica sexual en la que se disfruta de inmovilizar o ser inmovilizado durante el encuentro para aumentar el placer), Dominación, Sumisión y Sadomasoquismo”.&nbsp;Luna agregó que se trata de una alternativa de vida sexual sin vínculo de ningún tipo, solamente con encuentros. “Es una alternativa de vida sexual sin vínculo, es decir hoy por hoy desde principios de 2019 yo todos los encuentros que he tenido con mujeres son sin compromiso y pagos, eso una realidad, una decisión personal que lo tomé hace muchos años, y bueno, es una alternativa sexual violenta, es de sexo fuerte” (SIC).Tras referir a cómo se dio el encuentro, Luna recordó que una vez en el departamento ella consumió cocaína y tras beber algunas cervezas y charlar se da el encuentro sexual sobre el cual se encarga de precisar sobre maniobras violentas pero siempre “consensuado, no solamente para la mujer sino para el hombre también”.Tras detallar pormenorizadamente los actos sexuales concebidos esa noche, Luna dijo que se durmió y cuando se despierta advirtió que ella no reaccionaba.Contó que al advertir que la chica no respondía dijo “Dale nena vamos” pero no reaccionaba, y ahí es cuando pegó el salto de la cama, prendió la luz y ve que ella seguía sin reaccionar.&nbsp;“Me tiro sobre la cama, la agarro de la nuca y le digo ¡Nena, por favor reacciona!! La levanto, la cargo, la llevo al baño, no se me tropecé, me golpee, no se las veces que me pasó, traté de entrar al baño, la meto en la ducha, prendo la ducha y le empiezo a tirar agua en la cara y hacer que reaccione, no me reacciona, la vuelvo a levantar y salgo, y cuando salgo la verdad que me patiné en la ducha, me patiné afuera, me tropiezo, me pego con la puerta con ella, caigo al suelo, salgo, la llevo a la cama, la tiro en la cama y empiezo a realizarle reanimación, lo que es el RCP en el pecho, del lado izquierdo, por lo poco que recuerdo, acá por el corazón, empiezo a realizarle reanimación, le agarro el teléfono y llamo al 107”, relató Luna a la hora de encontrar explicación a las lesiones evidenciadas en la autopsia.&nbsp;A la vez, afirmó que “no fue mi intención hacerle daño jamás, si hice daño pido disculpas, nadie quiere lastimar a una persona”.A preguntas del fiscal sobre la asfixia evidenciada por las lesiones en el cuello, Luna aclaró que “teníamos una palabra clave para podernos manejar, la palabra de corte, de cortar y de decir hasta acá llego es la palabra sexo, y si no era con la mano (…), yo no asfixio, apretó pero no asfixio”.&nbsp;La expo erótica 2024Tratando de explicar sobre su actividad sexual, Luna le quiso contar al fiscal (para que entienda que estaba en las alternativas de vida sexuales), que había ido al último evento de la expo erótica 2024, hace menos de dos meses a Capital Federal. “Ahí van todas las alternativas de vida sexuales, todas, es un evento como si fuera Expotan pero de esa expo erótica, se hace en todos los lugares del mundo, en la Argentina se venía haciendo en Córdoba y la primera vez que se hizo ahora en Capital Federal fui.&nbsp;Sobre su forma de vida sexual, reseñó que cuando tenía 19 años “estaba en Buenos Aires h y una mujer muy grande me la encontré en el boliche América y ahí me enseñó y me empezó a implementar todo lo que era esta alternativa de vida, cuando volví a Tandil en el 2012 me encontré por la página de mazmorra, que se hacían eventos autorizados y se podía concurrir, charlar, aprender, y se daban capacitaciones también”.Vale consignar que los dichos de Luna no torcieron la convicción del fiscal ni al juez, señalándose como relevante que las manifestaciones del imputado se expusieron una vez conocido el resultado de la operación de autopsia, &nbsp;pero aun así aquellas que pretenden justificar la etiología de las lesiones resultan desmentidas por la probatoria reunida.Por otra parte, el imputado explicó que mantuvieron relaciones sexuales con la víctima, en esa oportunidad durante un largo período, no surgiendo indicios de dichas acciones en la pericia, como así tampoco logró explicar las lesiones "defensivas" que presentó el cuerpo de la víctima.

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Sexo, plata, droga y el brutal crimen en los monoblock

Dictaron la prisión preventiva para el docente acusado de femicidio. Mujeres atestiguaron que tuvieron sexo con Luna a cambió de plata o cocaína. El acusado habló de la práctica de sexo alternativo, violento pero consentido.