Protagonizó un violento asalto con la pulsera magnética colocada y fue capturado a las pocas horas
El miércoles por la mañana, un vecino fue víctima de un grave suceso delictivo. Fue interceptado cuando salía de su casa en la zona de Arroyo Seco por dos sujetos que lo sometieron y lo maniataron, para luego sustraerle un importante botín. La policía logró dar con los delincuentes tras un amplio operativo. Uno de los detenidos tenía colocada la pulsera magnética por una causa de violencia de género. En octubre del año pasado, tras purgar una veintena de años en la cárcel, había recuperado la libertad. El cómplice, un menor de 16 años.
Un grave suceso delictivo que se manejó con absoluto hermetismo a pedido de la víctima que solicitó reserva de publicidad, desencadenó ayer en una amplio operativo policial que concluyó con dos allanamientos y un detenido, quien tenía colocado una pulsera electrónica dispuesto por la Justicia, obligado a mantener una restricción de acercamiento por una causa de violencia de género. Además, el sospechoso guarda en su haber un frondoso prontuario delictivo, transitando buena parte de su vida detrás de las rejas.
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Se trató de un violento atraco perpetrado alrededor de las 8 del miércoles en la zona del barrio Arroyo Seco. Dos delincuentes, fuertemente armados y sus rostros cubiertos, interceptaron a un vecino cuando salía de su propiedad y lo sometieron, obligándolo a regresar sobre sus pasos a la casa donde fue maniatado con precintos. Una vez liberados para su accionar, se alzaron con pertenencias varias de la víctima.
Ya con el botín, compuesto de dinero, computadora, teléfono celular, entre otros elementos, se fugaron con el auto del propio damnificado, quien luego pudo zafar de las ataduras y pedir socorro.
Alertada la policía del virulento ilícito, desde la comisaría Cuarta con la colaboración de otras jurisdicciones, bajo la coordinación de la fiscalía en turno, se montó un operativo cerrojo, contando como indicios para la búsqueda de los sospechosos con el registro fílmico de varias cámaras de seguridad privadas como del Centro de Monitoreo, que lograron ubicar el trayecto del auto de la víctima en el que transitaban los ladrones que, finalmente, abandonaron en Circunvalación y calle Rivas.
Fuga, allanamientos y detención
A sabiendas que la policía estaba cerca tras sus pasos, los delincuentes dejaron el coche y huyeron a campo traviesa, creyendo que podían zafar de la pegajosa persecución policíaca.
El procedimiento y las diligencias continuaron por horas, hasta que lograron dar con los sindicados. En el medio, ya se habían habilitado allanamientos en propiedades de los sospechados.
En efecto, uno de las diligencias ocurrió en una vivienda de calle La Pastora y el restante en Iraola al 200, donde los investigadores lograron dar con material probatorio que fue sopesado por los operadores judiciales a la hora de decretar la detención de los acusados, un mayor de edad y otro menor de 16 años, quien quedó a disposición del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.
Para con el mayor, quedó detenido por el delito de “Robo calificado y privación ilegítima de la libertad”, con la intervención del fiscal Damián Borean, misma calificación penal que la cabrá al menor, en este caso con la intervención de la fiscal María de los Ángeles Marsiglio.
Antecedentes
Sobre el acusado, fue identificado como Marcelo Ezequiel Iglesias, conocido en la jerga policial como un peligroso sujeto con un frondoso prontuario.
A más precisiones, trascendió que de sus 40 años, 28 los transitó por distintas unidades penitenciarias, al ser oportunamente sentenciado por atracos de similares características al que ahora se le endilga. De hecho, había recuperado su libertad en octubre del año pasado, tras haber purgado sus respectivas condenas.
Una pulsera y carne
Como pruebas incriminantes que lo ubican en el flamante asalto, se conoció que dentro de los elementos secuestrados en su casa se hallaron trozos de carne en un freezer que formó parte del botín que se llevaron de la finca violentada.
Y un dato no menor. La investigación cuenta con una información indubitable. Iglesias llevaba consigo una pulsera magnética colocada, otorgada oportunamente por la Justicia y el Servicio Penitenciario, a partir de una reciente causa iniciada por violencia de género.
Según se explicó, si bien dicha pulsera se activa cuando incumple con la restricción decretada con la víctima denunciante, en este caso sirvió para monitorear y rastrear por dónde circuló el sospechoso ahora apresado. Efectivamente, estuvo en la casa donde se cometió el violento asalto.