Para Dames, el fallo por la causa del Hipódromo puso en crisis la justificación de semejante juicio
Una causa que acumuló 50 cuerpos tuvo como corolario una sentencia de casi 600 fojas, en las que el TOC 1 resolvió la suerte procesal de los funcionarios lunghistas acusados por las irregularidades en el Hipódromo. Tras el veredicto, el defensor Jorge Dames analizó el fallo. Se dijo conforme con el resultado tras un debate que resultó histórico por su magnitud en los estrados del departamento judicial.
En medio del humor social impregnado por el coronavirus y el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la opinión pública se detuvo en la semana que pasó en una noticia judicial para una causa que deparó años de atención, porque no sólo estaba en juego la responsabilidad penal de dos funcionarios comunales por las irregularidades en la primera concesión del Hipódromo de Villa Aguirre, también tocaba sensiblemente la transparencia de los actos de un Gobierno, en este caso el comunal, frente a la falta de controles para una administración del circo de carreras que recibió suculentos subsidios provinciales de los que buena parte debía volcarlos a un predio por el cual el Municipio apostó -y fuerte- políticamente para su recuperación.
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En efecto, tras un extenso juicio cuya dimensión no conoció antecedentes en todo el departamento judicial, finalmente el Tribunal Oral Criminal 1 local, integrado por los jueces Agustín Echevarría, Guillermo Arecha y Carlos Pocorena, resolvió condenar a una nimia pena al exsecretario de Desarrollo Local, Pedro Espondaburu, y absolver al director de Vialidad Guillermo Allasia.
Claramente el lunghismo tomó el fallo como un “triunfo” a sus convicciones frente a la defensa de aquella iniciativa que, vale aclararlo, nadie puso en discusión, pero que sí cuestionaba –incluso con un reproche penal- la poca o nula voluntad de hacer cumplir el contrato que ellos mismos habían firmado con el concesionario.
La buena noticia judicial celebrada por el oficialismo contó con un artífice, el defensor particular Jorge Dames, quien al igual que el fiscal tuvo una tarea ciclópea a la hora de defender su hipótesis, en este caso reconociendo que efectivamente hubo irregularidades, pero que en todo caso eran asuntos administrativos, no penales.
Claro que el fiscal no lo entendió así y, en uno de los casos, en la imputación contra Espondaburu, el Tribunal tampoco coincidió, pero igualmente para Dames y quienes resultaron sus pupilos, se cerró una etapa favorable a sus intereses.
Las miradas de un fallo
“Hay varias perspectivas para mirar el fallo. Por un lado, lo que pareciera una desmesura, unas casi 600 fojas para una sentencia que, igualmente, está en relación directa con la magnitud de toda la documental producida. Más de 50 cuerpos, casi 10 mil fojas, realmente ha sido una de las causas más grandes que ha tenido el departamento judicial”, señaló el doctor Jorge Dames en diálogo con el programa radial “Dos a las siete” de la 104.1 Tandil FM de El Eco Multimedios.
“Esta causa –siguió- se dilató enormemente porque en el 2011 hubo una sentencia y ahora culmina en esta primera instancia con este fallo”.
-¿En su caso hay margen de apelación o se dan por conformes con lo resuelto por el TOC1?
-Veremos puntualmente la condena de Pedro Espondaburu, aunque la pena es sensiblemente inferior a lo que pretendía la fiscalía.
-Usted reconoció en los lineamientos que abrieron el juicio que claramente hubo irregularidades en la concesión del Hipódromo, pero que de eso a un delito penal había un abismo. ¿Considera que eso quedó plasmado en el debate y con este fallo?
-Sí. Creo que quedó en evidencia y con este fallo parcialmente en evidencia porque sinceramente sigo creyendo que hay un error en la interpretación sobre el rol de Espondaburu, porque él no era una autoridad de aplicación genuina. Si bien contractualmente así figuraba, fue un error enorme del contrato porque todo lo atinente al juego y la actividad en el Hipódromo era competencia exclusiva de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires. Así lo establece la ley, la reglamentación.
Era la Provincia quien debía controlar. Los subsidios hay una comisión integrada, entre otros, por diputados que es la que controla, y Lotería es la que da los subsidios y controla su aplicación, como así también el estado de la pista y demás. Lógicamente la Municipalidad se metió en camisa de once varas tratando, y en definitiva logrando, el objetivo político de recuperar el Hipódromo, ya que si no hubiese terminado loteado.
Eso conllevó a que se metiera a cumplir una función que es muy especial, muy difícil, que es involucrarse en la actividad hípica, que es muy particular.
También hubo errores de Lotería y Casinos, porque tenían que haber licitado ellos directamente pero por otro lado, la Municipalidad no quería perder el control del predio porque estaba pagando el alquiler por 10 años.
En definitiva, hubo una serie de errores iniciales que finalmente terminaron en esto que, repito, a mi criterio, Espondaburu no tenía una facultad especial de control.
También me pareció inoportuno fraccionar la investigación y no tomarlo como una película, porque la concesión duró ocho años y el último tramo más largo se consideró que estaba todo bien. En el primer tramo se lo acusó a Maggiori, quien fue absuelto por prescripción de la acción y, paradojalmente, esa prescripción no fue apelada por el fiscal, con lo cual el Ministerio Público consintió esa absolución.
Lo importante aquí es que ha quedado demostrada la inocencia de Guillermo Allasia, que es una bellísima persona, igual que Espondaburu, que por la magnitud de la pena pone en crisis la justificación de semejante juicio.
-Sobre la absolución de Allasia, ¿responde a que la prestación del servicio de los camiones regadores no configura un delito y que en todo caso el funcionario obedeció órdenes de los superiores?
-Las dos cosas. Porque en la prestación no se cambió nunca el destino funcional que era el de regar y siempre estuvieron bajo el mando y la dirección de los que normalmente lo tienen, que son los choferes. Y el objeto no era otro distinto al que se tuvo y se tiene con otras instituciones como el Auto Club o cualquier otro evento público.
-¿Sostiene que no deberá prosperar una nueva investigación para con Maggiori, los hijos del empresario fallecido Blanco y los funcionarios provinciales?
-Siempre que el fiscal solicita el desglose de piezas para iniciar otra investigación, el Tribunal se lo concede. Yo no le veo futuro. Sobre los hijos de Blanco acá no existe derecho penal consanguíneo. Tampoco advertí durante todo el juicio que tuvieran algo que ver.
Respecto a Maggiori, opino que no van a poder pasar la valla de la cosa juzgada. Maggiori ya fue juzgado y absuelto, y el estado de derecho impide volver a juzgar bajo alguna otra fórmula porque los hechos siguen siendo los mismos. En cuanto a los funcionarios provinciales, tampoco me parecería.
Igualmente si esta causa tuvo tanta cantidad de años, pasará otra década hasta que estas posibles causas lleguen a juicio.
La mora de un expediente
-Esta causa también puso al desnudo que se está fallando al sentido común, a la hora de tomarse tantos años para un resultado cuya eventual pena termina siendo nimia. ¿Debiera reverse la persecución de los delitos administrativos o sus eventuales condenas?
-Sí, en este caso es que hubo una gran demora en la etapa de la instrucción. En la etapa de juicio, desde que se elevó la causa, se trabajó con celeridad. Incluso, se culminó en plena cuarentena, para lo cual se puso toda la mejor voluntad de todas las partes.
-La demora también se dio en la etapa intermedia…
-Si no le fue en zaga… Sucede que hubo un planteo de competencia de parte de la defensa de Blanco en su momento, que determinó que el expediente se elevara a La Plata. Planteo que no era descabellado, en absoluto, porque en definitiva si había un delito de defraudación contra el Estado, se había cometido contra el Instituto de Lotería y Casinos de la Provincia. Pero cuando en La Plata vieron semejante causa, no aceptaron la competencia, decidieron que se quede acá en Tandil y bueno, eso demoró mucho.
Nuevas herramientas para un juicio
-Para salvar este juicio se apeló a herramientas tecnológicas porque por la pandemia no se podía hacer el debate presencial. ¿Cómo fue en lo personal la experiencia? ¿Cree que podrá repetirse en futuras audiencias?
-Creo que sí, que van a tener que reglamentarlo. Igualmente ya en este juicio y en otros que se hicieron, se cambiaron muchas cosas. Las videoconferencias con peritos de otras ciudades, por ejemplo, ya son una realidad. El hecho que se grabe todo el juicio, con lo cual van cambiando las modalidades, evidentemente son herramientas que se utilizarán con mayor frecuencia. Fundamentalmente por los desplazamientos de testigos de otras ciudades, con los costos que también eso implica.