Padres de un niño de cuatro años denunciaron por abuso sexual a un profesor del Jardín 901
El hecho ocurrió el martes y realizaron la denuncia penal en la Comisaría de la Mujer y la Familia. El niño contó que el docente lo abusó en el baño, donde había otros tres compañeros. La comunidad educativa se vio revolucionada con la noticia y los padres exigieron respuestas de las autoridades. Separaron al acusado y a la maestra de sala de sus cargos.
Largas horas de angustia y bronca se vivieron, ayer por la tarde, en el Jardín de Infantes 901, ubicado en Maipú 341, tras la denuncia por abuso sexual a un profesor que radicaron los papás de un niño de sala de 4 años. El resto de los padres de los chicos que asisten al turno vespertino se autoconvocaron en el establecimiento para exigir explicaciones y reclamar garantías sobre los derechos de los menores.
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La investigación sobre el presunto abuso está a cargo del fiscal Marcos Eguzquiza, quien solicitó para hoy una revisión genital de la víctima y la presentación del informe preliminar de la entrevista con el niño que mantuvo con el cuerpo técnico de psicólogos de la Comisaría de la Mujer.
Todo comenzó el martes por la noche, después del partido de la Selección Argentina, cuando el pequeño contó lo que le había pasado esa tarde en el jardín. Los padres lo escucharon y, de inmediato, fueron a hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia. También lo revisaron en el Hospital de Niños, aunque la visita no quedó asentada en los registros.
“Después del partido, lo mandamos a que se fuera a lavar los dientes, y mi marido nota que se tocaba la cola. Le preguntamos qué era lo que le había pasado, si le picaba la cola o le dolía. Entonces, lo llevo a revisar a la habitación. Viene mi marido enseguida. Él dice que le dolía la cola, y cuando le preguntamos qué era lo que le había pasado, nos comentó que un profesor nuevo le había metido el dedo adentro de la cola”, relató Eliana, la mamá, quien ayer se acercó a la puerta del jardín para dar detalles del aberrante hecho.
Cuando siguieron interrogando al pequeño, le pidieron que les mostrara de qué manera lo habían tocado. “Se baja el calzoncillo y se intenta meter el dedo de su mano adentro del ano”, confirmó con angustia.
Ante esa situación, llamaron al 911 para pedir asesoramiento y les aconsejaron dirigirse a la Comisaría de la Mujer para radicar la denuncia. De ese modo, empezaron los trámites ante la Justicia. “Nos están ayudando re bien y se está moviendo todo bastante rápido”, valoraron.
Revisación médica sin registro
Luego de hacer la denuncia, el papá llevó a la víctima al Hospital de Niños, de acuerdo a las indicaciones de la policía. “Cuando llego al Hospital, la jefa de doctores, me dice de antemano que ellos no podían hacer ningún tipo de informe porque iba a entorpecer el caso. Me dijo que lo podía revisar como para sacarme la duda de que el nene estaba bien”, afirmó Andrés.
En uno de los boxes de guardia, lo revisó y le informó que el niño se encontraba bien. “En ningún momento me preguntó el nombre, apellido ni historia clínica del nene. Lo que hice fue llamar otra vez al 911 para informar eso y me dijeron que ellos se iban a hacer cargo de la situación”, agregó.
El padre relató que hoy regresaron a la comisaría para ampliar la denuncia y aportar el nombre del profesor. En ese momento, la policía se dirigió al Hospital en busca de explicaciones por la falta de registros de la revisión médica.
Por otro lado, Eliana manifestó que ayer por la mañana fueron a la fiscalía para solicitar que les adelantaran la fecha de la pericia psicológica. Finalmente, a las 14.30 tuvieron la entrevista con una psicóloga. “El nene fue muy explícito y ya el informe se está elaborando”, completó Andrés.
La contención
El pequeño, que ya comenzó un tratamiento psicológico, presenta buen ánimo y aunque sabe que lo que le pasó está mal, no comprende la gravedad. Además, ya recibe contención psicológica. Sin embargo, “por el momento no quiere saber nada con el jardín”, aclaró la mamá.
En cuanto a las respuestas de la institución, Eliana contó que “hablamos con la docente de él y negó que mi hijo le haya avisado. Está labrado en la denuncia que mi hijo le dijo a ella, que le avisó”.
Por otro lado, los padres de los compañeros se mostraron conmovidos y acudieron a brindarles apoyo. “Fue una sorpresa para todos. Nosotros decidimos hablar con los papás porque mi hijo mencionó a varios compañeros, entonces lo que hice fue hablar particularmente, no por el grupo de Whastapp de la salita, contándoles lo que le había pasado a nuestro hijo y viendo si les había pasado algo parecido. Una mamá me dijo que (su niño) fue testigo de cuando mi hijo gritó y también que le pasó otra cosa”.
Eliana expresó que “estamos esperando que se acerque a hacer la denuncia. Es muy importante para nosotros que ella también lo pueda hablar y que ayude a su hijo”.
Con respecto al grupo de padres, afirmó que “estamos súper agradecidos porque están todos apoyándonos. Nos ayudan un montón. Se interesaron, vinieron a hablar al jardín”.
Por último, Andrés confió que “lo único que quiero es que se haga justicia y que la persona que cometió el delito que se le dé una condena y que la cumpla. Eso es lo que me mantiene los pies sobre la tierra y la cabeza fría para darle lo mejor a mi hijo, que se haga justicia”.
Reacción inmediata e indignación
Ayer por la tarde, los padres de los alumnos de 3, 4 y 5 años del Jardín de Infantes 901 se concentraron en el salón de usos múltiples de la institución para reclamar respuestas de las autoridades ante el caso de abuso. El momento de máxima tensión se produjo cuando increparon a la docente de sala de 4, a quien acusan de no haber actuado de acuerdo al protocolo en cuanto al acompañamiento de los alumnos a los sanitarios y al testimonio del pequeño tras el hecho.
Los padres se mostraron molestos porque desconocían al profesor y sólo algunos sabían que se había incorporado a la institución hace un mes, aunque sólo habría dado dos clases.
Por otro lado, marcaron que desde el jardín les solicitaron autorizaciones firmadas para sacar fotos, para cambiarles la ropa si se orinan y otras cuestiones, pero luego dejaron que los chicos fueran al baño con un docente que no es el de la sala ni la preceptora.
Además, algunos padres se mostraron preocupados por lo que pudo haber pasado con los chicos más pequeños, que aún no desarrollaron totalmente el habla. Por ese motivo, exigen garantías de parte de las autoridades de que se garanticen los derechos de los niños mientras se encuentran al cuidado del equipo docente del establecimiento educativo.