El vecino que ostentó ciertos cargos de relevancia en la ciudad entre la década del 70 y 80, y le sirvió –según los acusadores- para codearse con el poder de turno de aquellos días, mientras que en la última década cobró notoriedad por su protagonismo en los juicios de lesa humanidad en Tandil, murió casi de manera desapercibida, no para sus deudos y aquellos que aguardaban por un veredicto judicial.&nbsp;Más precisamente el 9 de diciembre falleció Emilio Méndez, quien junto a su hermano Julio, en el 2012 fueron sentados en el banquillo de los acusados junto a los popes militares de la región en tiempos de terrorismo de Estado. Aquel vecino, que sufrió el escarnio público por considerarlo parte de aquel pasado horroroso del país, como las propias víctimas de las atrocidades de aquellos años de plomo, no tuvieron justicia. Una indefinición procesal que al fin de cuentas devino en lo que se lo definieron como “impunidad biológica”.Su nombre y el de su hermano incluso trascendieron las fronteras serranas. Su protagonismo cobró más notoriedad puesto que en aquel juicio de 2012, conocido por el caso Moreno (abogado laboralista secuestrado y asesinado en la quina de los Méndez), resultaron los primeros civiles en ser juzgados y condenados por la Justicia, la misma justicia que con el devenir del tiempo y en pleno recursos de apelación nunca arribó a una sentencia firme.&nbsp;En efecto, en aquel juicio histórico celebrado en las entrañas del Rectorado de la Unicen, junto a los militares acusados, Emilio y Julio Méndez fueron sentenciados en primera instancia, con penas de 15 y 11 años de prisión, respectivamente. Empero, luego una resolución de la mismísima Corte y la ratificación de Casación después, darían vuelta el fallo, absolviendo a sendos hermanos tandilenses por pruebas insuficientes. Hasta hoy no se conoce definición procesal al respecto.&nbsp; Méndez murió sin conocer si para la Justicia fue culpable o inocente de lo que se le imputó. Las víctimas de aquellos que padecieron el terrorismo de estado también se quedaron sin respuestas, una vez más.&nbsp;&nbsp;<h2>También La Huerta</h2>&nbsp;Y no sólo por el caso Moreno, aún el fallecido Méndez como su hermano Julio seguían siendo juzgados por el megajuicio de La Huerta (ya lleva más de un año y con pocos visos de avance).A más detalle, en la megacausa regional bautizada como La Huerta, al menos se llevó a debate cuatro casos que involucran a la quinta de los Méndez, con las responsabilidades penales a cuestas.&nbsp;En efecto, el segundo proceso oral y público que empezaron a afrontar por violaciones a los derechos humanos cometidas en el centro clandestino de detención ilegal conocido como "La Huerta" y el circuito represivo del área 121 que funcionó en Tandil durante la última dictadura militar.Emilio Méndez era gerente del Banco Comercial de Tandil y vicepresidente de la empresa de eléctrica "La Usina" y Julio administraba campos, y se los señaló como que estaban vinculados con los círculos de poder de Tandil en los tiempos del terrorismo de Estado.Ambos están acusados de prestar su chacra como un lugar que se utilizó como centro de torturas por los militares y donde estuvo cautivo el abogado Carlos Alberto Moreno, asesinado en 1977.En este nuevo debate en los tribunales federales marplatenses, los hermanos Méndez quedaron acusados junto a 26 personas, militares del Ejército, la Fuerza Aérea, la Policía bonaerense y el Servicio Penitenciario provincial.Los hechos investigados ocurrieron en un circuito represivo que además de la "Chacra de los Méndez" comprendía los centros clandestinos de "La Huerta", las comisarías Primera y Segunda de Tandil y el exInstituto Superior de Educación Rural (ISER), junto con otros casos ocurridos en la ciudad de Azul.En esta causa denominada como "La Huerta", que funcionó en el campo General Mariano Necochea de Tandil, los hermanos están acusados por los tormentos que padecieron cuatro personas que estuvieron cautivas en la "Chacra".Se trató de la segunda vez que Los Méndez afrontaron un juicio de lesa humanidad tras la condena que 2012 recibieron por haber sido partícipes del secuestro y asesinato de Moreno, abogado laboralista que representaba al gremio de la Asociación de Obreros Mineros de la Argentina en juicios que obreros de la empresa Loma Negra habían entablado en reclamo de condiciones de seguridad e higiene.Moreno fue secuestrado a fines de abril de 1977 en su estudio de la ciudad de Olavarría y trasladado a la "Chacra" de Los Méndez, donde sufrió torturas y resultó asesinado el 3 de mayo tras un intento de fuga.Ocho años después, la Corte Suprema ordenó revisar esa condena al entender que "no estaba bien fundada" y Casación resolvió este año la absolución de los hermanos.Esa decisión fue apelada ante el máximo Tribunal mediante recursos extraordinarios federales que están pendientes de una resolución, mientras tanto, los hermanos siguieron en Tandil con prisión domiciliaria el debate de la causa de "La Huerta".<h3>Los argumentos de la absolución</h3>“Aun cuando hayan existido diversos indicios que hayan permitido la formación de una sospecha que motivara el avance del presente proceso y la realización del juicio en contra los imputados Méndez, lo cierto es que estos indicios no resultan,&nbsp;suficientes para conformar un estado de certeza sobre la culpabilidad de los aquí enjuiciados. En este caso, aun cuando existiera un alto grado de probabilidad -y no certeza- que permita inferir que los imputados tenían conocimiento acerca de que su finca había sido ocupada por las autoridades militares, lo cierto es que, no permite afirmar, en términos de certeza, que fehacientemente conocían la finalidad para la cual se utilizaba su propiedad”.Con dichos argumentos, los jueces Javier Carbajo, Ángela E. Ledesma y Eduardo R. Riggi, de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal ratificaron la resolución que había expuesto un año antes la Corte Suprema y absolvió a los hermanos Julio y Emilio Méndez, condenados por su participación como cómplices del secuestro y asesinato en Tandil del abogado laboralista, Carlos Moreno, en 1977.Aquella decisión judicial de 2012 considerada un hito para la ciudad y el país,&nbsp; siendo que por primera vez se juzgó y condenó por la responsabilidad de dos civiles en el crimen de lesa humanidad del emblemático caso del abogado laboralista olavarriense Carlos Moreno, sufrió un nuevo revés. Ahora la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal ratificó la resolución que había expuesto la Corte Suprema y absolvió a los hermanos Julio y Emilio Méndez.Como oportunamente se detalló, fue la primera vez que civiles eran llevados a juicio y resultaban condenados por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata. Sentencia más luego ratificada por la Cámara Federal de Casación Penal. Empero, un año más tarde la Corte Suprema revocó dichos fallos, instando a que los hermanos Méndez debían nuevamente ser sometidos a una revisión de su fallo.Efectivamente la nueva instancia de revisión, a cargo de la Cámara Federal de Casación Penal se expidió en las últimas horas, ratificando la absolución de los tandilenses.&nbsp;Al decir del&nbsp; fallo de Casación, se coincidió con los fundamentos de la Defensa, al considerar que la sentencia condenatoria dictada con relación a Emilio Felipe Méndez y Julio Manuel Méndez carece de prueba suficiente para tener certeza acerca de la participación dolosa de los nombrados -en calidad de cómplices primarios- en los sucesos que tuvieron como víctima al doctor. Carlos Alberto Moreno.Se insistió al respecto que los indicios que alegó la acusación y consiguiente fallo en primera instancia resultan insuficientes, en términos de certeza, para acreditar el conocimiento acerca de los hechos criminales cometidos en el interior de la finca de los hermanos Méndez.En otro orden de indicios que se tuvo en cuenta a la hora de condenar a los Méndez, los jueces se detuvieron también en los dichos del imputado y condenado Ojeda, que el decir de la acusación que supiera quienes eran los propietarios de la finca donde estuvo privado de la libertad la víctima Moreno, podría ser un dato que permitiría formar una sospecha, respecto a que los hermanos Méndez, sobre un posible préstamo -previo- de la finca (que ellos negaron que hubiera sucedido), “pero no así respecto a que conocían el plan criminal llevado a cabo por las autoridades militares en su propiedad”.Con referencia al quinto argumento sostenido por el tribunal, sobre la existencia de “una estrecha relación” entre Emilio Felipe Méndez con las autoridades del Área de Defensa 121 (Pappalardo y Tommasi), que, a criterio de los juzgadores, eran “notoria y evidente”, el tribunal de alzada estimó que, tal como sostuvo la defensa, resultan ser afirmaciones genéricas y desprovistas de elementos probatorios que las sustenten.En ese orden, se citó que el propio Méndez tan solo declaró tener una “relación protocolar”, debido a que en ese entonces era Gerente del Banco Comercial e integrante del órgano de administración de la Usina de Tandil, y no se ha valorado en la sentencia alguna otra prueba o dato que controvirtiera lo referido por el imputado, o cuanto menos, diera apoyo a lo sostenido por las partes acusadoras sobre ese punto; siendo insuficiente, en este caso en particular, deducir ese tipo de relación únicamente por su posición laboral y social.&nbsp;Reacción&nbsp;Al ventilarse por este medio la sensible novedad judicial, las repercusiones no se hicieron esperar. La Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense, a cargo precisamente del hijo el abogado asesinado,&nbsp; manifestó ayer su disconformidad con la decisión, considerando que se plantea un doble estándar respecto del juzgamiento a civiles acusados por su participación en la comisión de crímenes de lesa humanidad.Por eso, desde el organismo se dijo que se recurrirá el fallo en los próximos días a través de la presentación de un recurso extraordinario federal.A criterio de la Subsecretaría de Derechos Humanos, querellante en la causa, esta doctrina es "arbitraria" y configura una situación de "notoria gravedad institucional".&nbsp;<h2>Los hermanos se dijeron inocentes</h2>Cabe consignar que los Méndez nunca prestaron declaración en los debates citados. Pero en el expediente sí oportunamente hablaron de su inocencia.&nbsp;Oportunamente este Diario ventiló los dichos de los&nbsp; hermanos Julio y Emilio Méndez cuando fueron indagados por los delitos ventilados a lo largo de la audiencia.Cabe consignar que de lo desarrollado en el juicio, no pocos se preguntaron qué y cuánta prueba hay contra los Méndez, especialmente tras escuchar las declaraciones de testigos que aportaron en cuanto a la relación de los civiles para con lo que representó el hecho penal en juzgamiento.&nbsp;Desde la acusación se creyó que había elementos más que suficientes, no tanto por lo ventilado en el juicio, pero sí de los elementos incorporados por lectura, entre ellos precisamente la propia declaración de los acusados.En el 2008 declaró el ahora difunto Emilio Méndez. En coincidencia con la declaración de su hermano, afirmó que “jamás prestó la quinta a nadie, ni cedió ni la alquilo, ni le fue solicitada por persona alguna” y que la misma en el año 1977 “se encontraba totalmente abandonada”.También relató sobre cuándo fue comprada junto a su hermano a la familia Barbería, que hicieron una pileta de natación, pero no encontraron agua para llenarla. Que el primer año la llenaron con camiones cisterna, el segundo se hizo lo mismo, pero los costos no daban. Por ello deciden cerrarla y no fueron más.&nbsp;Agregó sobre el uso de la quinta que la vivienda era de tipo precaria y nunca se quedaban a dormir. Solamente hacían un asado y cada cual se iba para su casa.&nbsp;Por otro lado, agrega que “era muy fácil romper un vidrio de la ventana, abrir la falleba y penetrar en la casa”, y que la cámara de tractor que se halló la usaban para jugar en la pileta.&nbsp;Según Emilio Méndez, la chacra “debió haber sido usurpada por alguien” a quien no conoce y que pasado aproximadamente un año se consiguió un vasco lechero con hijos que estaba desocupado, al cual le dieron la chacra sin cobrarle nada, con la condición de que la mantuviera limpia. Recordando que el apellido del vasco era Roquet.&nbsp;Después acotó que no hace muchos años antes de esta declaración vendieron la chacra a un matrimonio.&nbsp;Sobre su currículo, el dicente detalló que se desempeñó durante 42 años en el Banco Comercial de Tandil, donde hizo toda la carrera culminando como gerente del banco.&nbsp;Fue presidente de la Usina Popular y Municipal de Tandil entre 1980 y 1982, recordó.&nbsp;Expresó que dejaron de ir a la quinta entre 1975 y 1976, llevándose el aparato telefónico y algunos utensilios, mientras que su hermano continuaba pagando el abono del teléfono, sin que aquel le contara que hubiese notado un incremento injustificado en las tarifas.&nbsp;A preguntas del juez, Emilio Méndez reseñó que una noche lo llamaron de la comisaría para decirle que había habido un problema en la quinta de su propiedad y que debía realizarse una inspección ocular.&nbsp;Es así, que fue a la casa de su madre, tomó las llaves, y fue con la policía al lugar. Abrió la puerta y observó que todo se encontraba aparentemente en orden, recordando que solamente le llamó la atención que la puerta de la cocina, que solía estar cerrada con un candado, no lo tenía colocado, pareciéndole recordar que dicha puerta estaba solamente entornada. Así también recordaría que&nbsp; algunas de las ventanas tenían los vidrios rotos.&nbsp;Al leérsele el acta de inspección ocular que obra en el expediente el imputado la ratifica y reconoció una de las firmas como la suya propia (vale recordar que uno de los testigos relató cómo le inventaron dicha declaración y que estaba Méndez en la dependencia de la comisaría Primera).&nbsp;Méndez diría luego que vivió ese momento con mucho nerviosismo, ya que no tenía nada que ver. Que luego se enteró que una persona había sido aparentemente asesinada en el camino a la cantera.&nbsp;Reconoció que tuvo relación protocolar con distintos militares mientras era funcionario del banco, incluso con el teniente coronel Tomassi y el mayor Pappalardo.&nbsp;&nbsp;Las condenas&nbsp;En aquel juicio por el asesinato de Moreno, los tres militares fueron sentenciados a prisión perpetua, en tanto que los civiles&nbsp;Emilio Felipe &nbsp;t Julio Manuel Méndez, recibieron la pena de quince y once años de prisión, respectivamente.&nbsp;

Últimas Noticias

Últimas Noticias

Nuestros medios

Murió Emilio Méndez, sin justicia

Los deudos del fallecido y las víctimas de los delitos de lesa humanidad, sin un veredicto. “La impunidad biológica”.