Caso Santiago González
Los hermanos del joven asesinado descartaron un ajuste de cuentas y pidieron que el crimen se resuelva
Tras sepultar los restos del adolescente de 16 años asesinado, sus hermanos reiteraron el pedido de justicia por Santiago. Negaron todo tipo de conflictividad o encono con el menor y la familia, y evidenciaron su desconcierto frente a lo sucedido. Lo último que se supo del adolescente fue que se bajó del auto de su excuñado en Los Jazmines y Azucena, y se le perdió el rastro. La Justicia investiga con gran hermetismo el caso. “Éramos once hermanos que andábamos juntos para todos lados y ahora nos hicieron esto”, remarcaron sus familiares.
Los restos de Santiago González, el adolescente de 16 años que fue encontrado asesinado en un descampado de Cerro Leones, fueron inhumados en la mañana del miércoles y su familia pidió que se haga justicia por el crimen.
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“Estoy destrozado, no tengo muchas palabras para decir. La justicia se va a hacer. Esperemos que nos den pelota en esto”, dijo Matías, uno de los hermanos de la víctima, en el Cementerio Municipal. Decenas de personas, entre amigos, familiares y vecinos, despidieron al adolescente, cuyos restos fueron inhumados pasadas las 11.30.
"Santiago era un pan de Dios. Iba y volvía de la escuela y le hacía los mandados a mi vieja y después se iba a la casa de los amigos. Después volvía y se quedaba en la casa”, describió su hermano.
Al ser preguntado por lo que le pudo haber sucedido, el joven respondió: “No tengo ni idea. Él salió pero no volvió". Según Matías, "un asesinato así es la primera vez que pasa” en la zona de Cerro Leones, donde el cuerpo fue hallado el martes por la mañana, y afirmó que un amigo de él le dijo que "no tenía bronca con nadie, nada".
"Me dijeron que andaba en bicicleta, pero la bicicleta estaba en mi casa. Entonces no sé qué pasó. Secuestraron los teléfonos para ver quién fue la última persona que habló. Esperamos que se haga justicia", anheló.
En tanto, el fiscal Gustavo Morey, a cargo de la UFI 8 descentralizada en Tandil, del Departamento Judicial Azul, es quien investiga con total hermetismo la muerte de Santiago -caratulada como Homicidio- y dispuso una serie de medidas ni bien arribó el martes al lugar: la realización de la autopsia, el rastrillaje de la zona y la recopilación de las imágenes de los sistemas de videovigilancia. Por otra parte, algunos familiares y amigos fueron citados a declarar, con el objeto de obtener pistas que sean de utilidad a los investigadores para arrojar luz sobre el trágico hecho.
La última vez que lo vieron
Tras el sepelio, los hermanos de la víctima y algunos amigos regresaron al lugar donde apareció el cuerpo, en Falkner y Chapeaurouge, sector que quedó liberado tras las pesquisas realizadas oportunamente. Carlos Fernández, el hermano que reconoció el cuerpo en el descampado, en diálogo con El Eco de Tandil y refirió que, pese a su exaltación inicial, espera que la Justicia actúe y que el crimen no quede impune, como ha sucedido en otros casos. “Nos vamos a quedar tranquilos y a dejar que la Policía y el fiscal hagan su trabajo”, sostuvo.
Con respecto al último contacto que tuvieron con Santiago, los jóvenes detallaron que el lunes a la tardecita el adolescente partió desde su casa en La Movediza, hasta la vivienda de una de sus hermanas en el mismo barrio, en las inmediaciones de Los Jazmines y Azucena. Hasta allí fue en automóvil con la expareja de su hermana, con quien tienen buena relación.
Ahí se pierde el rastro de Santiago, quien no ingresó al domicilio sino que salió caminando, tras despedirse de su excuñado y decirle que después se verían. Asimismo, sus familiares indicaron que más temprano ese día estuvo cambiando las ruedas de una moto con otros de sus hermanos y amigos, sin tener ningún comportamiento sospechoso. Vale recordar que la madre de la víctima se disponía a hacer la denuncia por la desaparición del joven el martes a la mañana, mientras en paralelo hallaban el cuerpo a la vera de la calle Falkner.
Las cámaras de seguridad de La Movediza serán fundamentales para intentar reconstruir el recorrido del chico desde que se bajó del vehículo, hasta que su cuerpo sin vida terminó en un pastizal en Cerro Leones. Por otro lado, Carlos contó que les dijeron que no están operativos todos los dispositivos de videovigilancia apostados en el área de Falkner y la Ruta 30, en la rotonda de ingreso a Cerro Leones y en sectores adyacentes, cuyas imágenes servirían para detectar movimientos sospechosos en la escena donde apareció el cadáver.
Una muerte, muchas dudas
En medio del desconcierto, sus hermanos desestimaron un “ajuste de cuentas” y ratificaron que el menor no tenía un entorno conflictivo ni problemas con nadie. También aseguraron que ni ellos, ni el resto de la familia, tienen inconvenientes de gravedad con otras personas como para pensar en el hecho como un acto de venganza. La incógnita es total.
En este sentido, Carlos Fernández señaló que existen quienes quieren deslegitimar el caso por su prontuario. “Me echan tierra a mí por los antecedentes que tengo. Tengo causas penales y estuve preso, pero yo no maté a nadie, ni esto tiene que ver conmigo”, expuso.
En tanto, aludió al estado del cuerpo y expresó que, además de los golpes y hematomas, “estaba fracturado”. En rigor, la autopsia reveló que sufrió un desplazamiento de las vértebras superiores, y lesiones en el ojo izquierdo y otras partes del cuerpo. Por otro lado, algunas marcas en la espalda del joven refuerzan la hipótesis de que el cuerpo sin vida fue arrastrado y llevado hasta ese lugar, pero que el homicidio no se cometió allí.
Y tal como se publicó ayer, el adolescente no tenía en su poder ni el celular ni otros elementos de valor, mientras que su bicicleta amarilla había quedado en la casa familiar. Además, le faltaba una zapatilla. La desaparición de su teléfono móvil obtura el seguimiento de la huella digital en pos de revisar el historial de llamadas, mensajes y contactos que brinden pistas al respecto.
Aunque el dolor y la bronca del momento lo hicieron querer salir a hacer justicia por mano propia, el hermano de Santiago después reflexionó y afirmó que no es su intención “hacer daño a ninguna otra familia” y confío en que la investigación esclarezca el terrible crimen.
“Éramos once hermanos que andábamos juntos para todos lados y ahora nos hicieron esto”, remarcó.