En un reciente juicio abreviado, el TOC 1 emitió un fallo condenatorio para un joven que había sido denunciado por la familia de su pareja por amenazas, en medio de una violenta relación sentimental que mantenía. Asimismo, en medio de una diligencia, se le secuestraron estupefacientes que le valieron otro delito por el que finalmente fue sentenciado.

A más precisiones, para la Justicia se acreditó que alrededor de las 7.30 del 13 de mayo de 2020, en circunstancias en que se realizó una diligencia de allanamiento, registro y secuestro, en el domicilio de Claudio Rodrigo Daniel Iriart y su familia, sito en calle Los Tulipanes 1967, éste tuvo bajo su guarda y disposición, los siguientes elementos: en su habitación debajo de la cama un cajón de madera conteniendo compacto prensado de marihuana con un peso de 822 gramos, dentro de una heladera seis frascos de vidrio conteniendo cogollos de marihuana con un peso total de 223 gramos, y una caja de cartón conteniendo compacto prensado de marihuana con un peso de 562 gramos.

Los estupefacientes secuestrados se encuentran comprendidos en las previsiones de la ley 23.737 y eran tenidos ilegítimamente por el acusado.

Relación violenta

En otro apartado del fallo, el juez Guillermo Arecha también dio por probado que el 18 de septiembre de ese mismo año, a las 23.30, Iriart concurrió en moto al domicilio de los padres de su pareja, sito en calle Rosales al 2500 y amenazó al padre de la joven, insistiendo con ver a la chica refiriéndole "te va a re caber, ahora o sos vos, o soy yo, te voy a matar o vos me vas a matar" (sic), previo sacar un objeto de su moto el cual mantenía en su mano, expresándole "te va a caber, te va a caber", siendo recogida luego, a media cuadra de ese lugar, un arma de fuego tipo escopeta recortada, marca Centauro calibre 28, lugar donde fue avistado por personal policial, iniciándose la persecución que culminó con su aprehensión.

Para el delito se tuvo en cuenta el testimonio del padre que denunció los hechos, que al prestar declaración reseñó la relación de noviazgo que tuvo su hija con el acusado por 2 años, y conviviendo con el domicilio de éste.

Contó que aproximadamente un año a la fecha Iriart comenzó a maltratar verbal y físicamente a su hija, pero ella jamás lo aceptó y siempre inventaba excusas acerca de los moretones que se le observaban. Hasta que Iriart golpeó a su hija e intentó abusarla sexualmente sin lograr su cometido. Al día siguiente, Iriart echó a su hija del domicilio por lo que se dirigió hacia la finca del declarante.

Allí la joven habló con su progenitora y entre ambas decidieron que lo mejor para ella, a los fines de evitar toda clase de inconvenientes con Iriart, se tenía que esconder en otro domicilio, por lo que a partir de allí iba alternando domicilio entre la casa de una amiga y la de su abuela.

Días posteriores, Iriart volvió a la vivienda del padre de la joven a buscar a su pareja y él le respondió que allí no estaba. Ya por la noche, siendo las 2 de la madrugada, Iriart se volvió a presentar en la propiedad insistiendo por su novia, notándose a simple vista que se encontraba bajo los efectos del alcohol o sustancias, insistiendo en que le diga donde estaba e incluso lo insultó diciéndole "decime donde está la te va a caber a vos o tu hijo… cuida a tu hijo cuidate a vos", para luego irse del lugar.

Al día siguiente, Iriart otra vez se presentó en el lugar en su moto vehículo y allí la mujer del testigo llamó a la policía, aunque Iriart seguía empecinado en su búsqueda, refiriéndole "Te va a re caber ahora… o sos vos o soy yo… te voy a matar o vos me vas a matar" (sic). Inmediatamente descendió de la moto e intentó abrir la baulera de la moto como para sacar algún elemento, pero el padre tomó un pedazo de manguera que tenía guardada y haciendo el ademán de que era un arma encaró a Iriart, que se dió a la fuga por calle Rosales, doblando en calle Pasteur, para tomar por Darragueira en dirección a Ruta 226, donde lo pierde de vista.

A continuación, el padre regresó a su casa cuando es interceptado por un vecino que le informó que los efectivos policiales ya lo habían detenido al iracundo joven, por lo que seguidamente vuelve sobre sus pasos, cortando camino por un camino que está al costado del arroyo, desembocando a mitad de cuadra de calle Pasteur, donde observó al lado del cordón cuneta un arma de fuego, tipo escopeta recortada, culata de madera también recortada, con caño grueso, por lo que llamó nuevamente a la policía, quien un minuto después se apersonó junto a los peritos de científica que le tomaron fotos y alzaron el arma.

El padre dijo que estaba seguro que el arma hallada era de Iriart en virtud de que tanto su hija como su esposa tenían conocimiento de que éste poseía un arma recortada.

Frente a los sucesos descriptos, en un juicio abreviado se resolvió condenar a Claudio Rodrigo Daniel Iriart, actualmente alojado en la Unidad Penal 7 (Azul), a la pena de cuatro años y seis meses de prisión, como autor penalmente responsable de los delitos de “Tenencia de sustancias estupefacientes en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor, hecho cometido el 13 de mayo de 2020, en concurso real con amenazas agravadas y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, hecho cometido el 18 de septiembre de 2020.

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