La autopsia y el transformador manipulado
La muerte de Santiago fue por la luxación cervical tras la factible electrocución
Se conocieron detalles de la autopsia que se le practicó a la víctima. Para los investigadores Santiago González murió por la lesión cervical, factiblemente por la caída en altura desde un transformador. Al respecto, el domingo por la mañana una comisión habría ubicado donde habría sido la escena trágica, en un camino vecinal que una la ciudad con Azul. Solo resta esperar por peritajes que confirmen la hipótesis de la muerte accidental. También se peritarán ropas en busca de sangre que puedan esclarecer el eventual traslado que hicieron los que estaban junto a la víctima.
Ya sin los intensos flashes mediáticos capitalinos y bajada la efervescencia de la conmoción por el macabro hallazgo de hace una semana en Cerro Leones, la investigación prosiguió con diligencias y recogimiento de prueba en pos de confirmar la hipótesis del deceso de Santiago González, acerca de una muerte accidental tras recibir una descarga eléctrica que provocó la caída con las severísimas lesiones detalladas.
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Tras los informados allanamientos durante el fin de semana en el barrio La Movediza en procura de dar con elementos que confirmen el carril de la pesquisa, se conoció que el domingo por la mañana una comitiva al mando del fiscal Gustavo Morey se trasladó a un transformador ubicado en un camino vecinal que conduce a la vecina localidad de Azul, con la firme sospecha que pudo haber sido allí la escena del luctuoso suceso, al menos en lo que concierne a la electrocución padecida por la víctima según se reportó sobre las heridas advertidas en las manos.
A propósito de la autopsia, también trascendieron detalles de la operación pericial, la cual confirmó las causales de la muerte de Sebastián, conclusiones que serán sometidas igualmente al cotejo de nuevas intervenciones para confirmar la teoría sobre las razones de dicho deceso.
En ese tren investigativo, para la instrucción judicial, quedará entonces aguardar por la conclusiones de los informes técnicos ya enviados a la Asesoría Pericial, en lo que concierne a los restos de piel de las manos del joven fallecido, como así también sobre eventuales rastros de sangre que pudieran reportarse en distintas prendas y ropas secuestradas en los citados allanamientos domiciliarios citados.
Las lesiones y la autopsia
De acuerdo a los interrogantes que tenía la pesquisa sobre el cuerpo hallado, cabían dudas sobre las lesiones observadas y las causales de las mismas, por lo que la primera impresión aludía a un homicidio que con el paso de las horas fue descartado. Principalmente las heridas que “interesaban” develar eran sobre la detectada en el ojo, las quemaduras en las manos y la lesión cervical.
Según consta en el examen cadavérico, se consideró que la muerte de Santiago se habría producido entre las 17.30 y 21.30 del 3 del corriente.
Sobre las escoriaciones en el rostro y cuerpo, se concluyó en que podría deberse “al rozamiento con una superficie áspera por arrastre o mecanismo traumático que genera ese efecto”. Dichas conclusiones confirmaron, entonces, que dichas lesiones (como las del ojo) advertidas no habían sido las razones de la muerte.
Sí los médicos forenses pusieron especial énfasis en la luxación “atlantoauxidea” (una desalineación de la primera y segunda vértebras cervicales), lesión “con capacidad de generarle la muerte por shock neurogénico”, que se genera por la extensión y rotación brusca de la columna cervical.
Al respecto, se consignó que dicha lesión puede generarse por traumatismos accidentales de la caída en altura, accidente automovilístico (comúnmente caída en moto), como así también puede ser por un homicidio al realizar esa brusca extensión y rotación en manos de un tercero.