La Asociación Pensamiento Penal intervino en el caso Rosso y habló de “caza de brujas”
La entidad que nuclea a jueces, abogados y miembros del Poder Judicial, presentó un informe bajo la figura "Amigos del Tribunal" en la causa que se sigue contra el profesor de teatro Juan Rosso, detenido e imputado de abuso. El escrito pondera que hubo "malas prácticas" en la investigación y que “el instrumento para recibir la declaración testimonial de los niños no es el validado por la comunidad científica”. Han intervenido en casos similares porque detectaron que es un fenómeno que se repite.

El caso del docente de teatro Juan Martín Rosso, detenido desde octubre pasado en el penal de Barker, sigue sumando repercusiones. El joven acusado de un presunto abuso en el Jardín de Infantes 901 permanece aún alojado en el centro penitenciario, luego de que la Justicia denegara los pedidos de excarcelación y prisión domiciliaria.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAhora, la Asociación Pensamiento Penal se presentó como “Amigos del Tribunal” en la causa que se sigue en contra de Rosso. Esta figura denominada amicus curiae se trata un informe escrito que puede ser presentado por una persona natural o jurídica que, a pesar de no tener un interés directo en el caso, interviene en él para defender un interés de trascendencia general, como cuando está en juego la defensa de los derechos fundamentales.
La entidad en cuestión esta formada por jueces, fiscales, defensores, abogados del ámbito penal y busca resguardar los derechos humanos al visibilizar “malas y buenas prácticas de la administración de justicia”.
Errores en la instrucción
La psicóloga forense María Eugenia Covacich, coordinadora del área pericial del observatorio de prácticas del sistema penal perteneciente a la Asociación, dialogó con el programa radial “Haciendo Lío”, que se emite por la FM 102.9 de Rauch y explicó que “somos como un tercero objetivo, imparcial. Alejado de las partes. Solamente venimos a observar determinadas cuestiones y se las hacemos saber a quienes tienen que tomar las decisiones sobre lo que estamos observando”.
La profesional detalló que la presentación surge “porque se detectaron dos ejes de análisis en relación a las pericias que se tomaron a los niños en las declaraciones testimoniales”.
La perito forense expuso que, por un lado observaron que “el instrumento para recibir la declaración testimonial de los niños no es el adecuado, no es el validado por la comunidad científica” y por otro lado “cuando ese material fue valorado y analizado no se hizo con la técnica indicada, que es el análisis de contenidos basado en criterio”.
Ademas, argumentó que “la declaración testimonial debe ser libre de los hechos y acá fue direccionada con una técnica que tiene mucho de inductiva, de sugerir la respuesta en la misma pregunta”. Además remarca que “no hubo validación de todo el material obtenido. Hubo muchos errores y falencias metodológicas que terminan conduciendo a nuestro entender en errores de valoración e interpretación de las pruebas”.
“Caza de brujas”
Desde la Asociación Pensamiento Penal destacaron que se presentaron en esta causa porque también lo han hecho en otras similares y han notado las mismas “malas prácticas”. Incluso, habló de una especie de “caza de brujas” sobre docentes especiales de niños muy pequeños. “Esto ya es un fenómeno que estamos detectando que se repite”, remarcó.
En ese sentido, Covacich aclaró que “es un tema muy polémico y no es fácil hablar porque se tiende a pensar que uno pone en duda lo que los niños dicen y eso no es así, sino lo que sí se hace es aplicar el conocimiento científico que existe para hacer justicia. Al niño se le cree siempre y se lo protege siempre, pero una manera de protegerlo es trabajar responsablemente con ese relato y con todas pruebas”
En el caso de Rosso, desde la entidad expresaron que hay otros testigos presenciales que “no han sido tenidos en cuenta. Es inexplicable como los peritos a la hora de valorar las declaraciones testimoniales de los niños no han contrastados esas declaraciones con los testimonios de los docentes, por ejemplo” y agrega que la técnica que se debiera haber utilizado “hace mucho hincapié en el comienzo. Si el niño lo dice o es una sospecha de un adulto”.
“Hay protocolos, psicología de testimonio, mucho entrenamiento en utilizar la técnica que corresponde. En este caso hay mal uso de técnicas indicadas para este tipo de investigaciones. Se ha confundido la realidad psíquica con la fáctica. Lo psíquico es lo subjetivo de la persona que no siempre se corresponde con la realidad objetiva y se ha conducido a errores que los hemos señalado”, desglosó Covacich.
La psicóloga forense enfatizó que estas “malas prácticas” en operadores de la justicia son cometidas por “errores involuntarios” y detalla que los motivos que encuentran en las condenas erróneas en las que trabajan son por “malas prácticas periciales con algún sesgo, que se investiga parcialmente porque se está buscando un resultado único, que no se exploran hipótesis alternativas o el juez omite algunas pruebas porque no le resultan íntimamente creíbles o confiables”. Estos errores involuntarios, que muchas veces llegan a condenas, son “terribles y tienen un altísimo impacto en las vidas” de quienes padecen esas equivocaciones.