Las dramáticas escenas violentas ocurridas en el barrio La Movediza han generado renovados reclamos vecinales sobre el estado de indefensión con el que conviven a diario. Con virulentos episodios llevados a su máxima expresión con muertos y heridos como el peor de los saldos, por estos días impera una tensa calma. Al unísono, se siguen sustanciando los respectivos expedientes judiciales que procuran acercarse a la verdad de lo sucedido en aquellos días de furia y muerte, en procura de arribar a las respectivas responsabilidades penales.&nbsp;Uno de los casos más resonantes ocurrió el martes 15 del corriente, cuando un enfrentamiento entre vecinos terminó con la muerte de Alexis Ariel Brown Sánchez, de apenas 23 años de edad. Prontamente por el homicidio quedó detenido Fabián Aribe, quien al decir de una de las hipótesis más firmes, salió a repeler una iracunda reacción de un grupo de jóvenes –entre los que se encontraba la víctima mortal- carabina en mano y a los tiros.A propósito del derrotero procesal de la causa, mientras los operadores judiciales y policía siguen recepcionando testimonios en medio de un clima hostil, signado por el miedo a represalias que llevó a que varios de los testigos contaran lo que vieron bajo identidad reservada, se escuchó y se plasmó en varias hojas del expediente la versión del imputado, actualmente alojado en una unidad penitenciaria.&nbsp;En efecto, Aribe fue trasladado de su celda a la sede judicial donde prestó declaración, sobre la cual tuvo acceso este Diario en exclusiva.&nbsp;<h3>"Ahora sí que se va a pudrir"</h3>Ya prestando declaración sobre lo ocurrido, Aribe dijo frente a los judiciales que estaba en la entrada de autos de su casa junto con sus tres hijos, su nuera y sus nietos, lo que era una situación habitual que se reúnan allí cuando el día no está feo para hacerlo. En un momento fue hacia su casa y regresó al lugar donde se encontraban previamente, cuando ve que su hijo más chico Jeremías había salido a hacer un mandado. Cuando regresó Jeremías estaba casi llorando, &nbsp;diciendo que lo habían amenazado con un arma. Al respecto su hijo dijo que quien lo había amenazado era "Quiqui" Brown, hermano de quien resultó fallecido posteriormente.Tras los dichos de su hijo, Aribe les dijo que debían llamar a la Policía y por eso fue que su nuera llamó por teléfono a la Policía.&nbsp;Acto seguido, mientras él seguía sobre la pasada de autos de su casa, sus hijos estaban más adelantados, es decir casi sobre la vereda, quienes vieron que en la esquina de su calle y De a Canal, le estaban pegando a un amigo de Jeremías.&nbsp;Aribe aclaró que esa golpiza él no la vio por el lugar donde estaba, pero sí escuchó claramente que el muchacho que era atacado dijo: "Papu, ayudame" y luego de eso fue que vio como "Quiqui" Brown se les acercó a bordo de una moto hasta casi frente a su casa y desde allí les dijo: "Papu, ahora no nos van importar ni tus hijos", retirándose sin más.&nbsp;Al cabo de unos minutos llegó un móvil de la Policía, a quienes le comentaron lo que había sucedido y en eso vieron que "Quiqui" y "Joaco" llegaron a la casa de este último, que está en la esquina de Paseo de los Niños y La Pastora. Cada uno de ellos andaba en sus respectivas motos.&nbsp;Estando la Policía todavía allí, vio como "Quiqui" salió en su moto en una dirección, mientras "Joaco" hizo lo mismo pero en dirección contraria. Ante ello fue que le señalaron a los Policías quién era el chico que los había amenazado y estos efectivos salieron a hacer un recorrido y al cabo de unos instantes vieron que ese patrullero estaba en la persecución de la moto de "Quiqui".&nbsp;Después de eso Aribe dijo que no vio más nada, continuando en la reunión que tenía con su familia sobre la entrada de autos.&nbsp;Al cabo de unos minutos los integrantes de la familia decidieron ir a comer a sus respectivas casas (dentro del mismo lote). Aribe recordó al respecto que ante de decidir meterse cada uno en sus casas, sus hijos comentaron algo así como: "ahora sí que se va a pudrir", en alusión a que por haber denunciado el hecho sabían que alguna represalia se podría llegar a recibir.&nbsp;Por esa razón, Aribe les dijo a sus hijos que no salgan por nada de la casa, que permanezcan allí, el consejo venía cuento porque sabía de la existencia de conflictos previos con los chicos antes nombrados.&nbsp;Tras dichas palabras se retiró a su vivienda que está ubicada al fondo. Sus hijos hicieron lo mismo, pero cada uno de ellos se metió en sus respectivas fincas.<h3>La reacción y los disparos</h3>Aribe se puso a cocinar y al cabo de unos diez minutos fue que escuchó unas motos que frenaron frente a su casa, y que casi de inmediato empezó a escuchar el ruido de rotura de vidrios, golpes contra chapas, por lo que se acercó al portón de su morada que permanecía cerrado y vio cómo 8 a 10 personas que estaban en el frente de la propiedad, sobre la puerta de acceso a la casa de su hijo "Papu" le estaban rompiendo los vidrios de la puerta y a su vez pateando esa puerta. Al unísono escuchaba entre todo el griterío "dale gato, `Papu´, salí que vamos a matar a tu familia, vamos a matar a tus hijos".Aclaró en su relato que el grupo de esas personas se había metido hasta la altura donde está la puerta y ventana de la parte de la casa donde viven sus otros hijos Kevin y Jeremías; que además de la rotura de los vidrios de la puerta de su hijo "Papu" también golpeaban los vidrios de las ventanas.Al ver y escuchar toda esa situación. Aribe dijo que &nbsp;"me asusté mucho, realmente me asusté mucho y fui y agarré la carabina", la que estaba arriba del placar de su casa.&nbsp;Con la carabina en la mano, tomó el cargador que estaba aparte, lo colocó en la escopeta y decidido a salir. Abrió el portón y en ese mismo instante vio que desde el frente de su casa, donde estaban esas 8 a 10 personas, concretamente seguían a la altura de las puertas de acceso las casas de sus hijos, observó dos fogonazos, uno primero y luego casi seguido un segundo, escuchando sus respectivas detonaciones, similares a las que produce una escopeta.Contó que por la distancia que hubo entre el primero y el segundo de los presuntos disparos le dio la impresión que fueron ejecutados por dos personas distintas porque entre ellos hubo cierta distancia en algunos metros.&nbsp;Al decir del imputado declarante, vio los fogonazos porque ya era de noche y que esos dos disparos fueron en dirección a la casa de sus hijos, desconociendo contra que pudieron impactar.En plena confesión, el fiscal lo interrumpió para que reconozca a las personas que pudieron haber efectuado los disparos descriptos, pero Aribe dijo no poder identificarlos por la oscuridad.&nbsp;Retomando sobre su accionar, detalló que al salir con la carabina en la mano lo hizo apuntando hacia adelante y allí, al bulto, fue que hizo disparos, sin poder determinar cuántos disparos hizo.&nbsp;Aribe aclaró que no le apuntó a nadie en particular, solo tiró hacia adelante, en dirección a ese tumulto de personas que como dijo anteriormente por la oscuridad no alcanzaba a identificar quiénes eran.&nbsp;Los judiciales volvieron a interrogarlo para que diga si por el horario en que esto se estaba desarrollando existía alguna luz encendida, a lo que respondió que lo que podía ver, como ser el número de personas que había ingresado en su casa, era por la luz del alumbrado público del bulevar que está frente a su vivienda y que se proyectaba hacia el interior. Con relación a esas personas lo que veía eran sus siluetas.Indagado respecto a si vio que alguno de sus disparos impactó en alguna de esas personas, respondió que vio que como consecuencia de esos disparos cayó una persona al piso, pero no supo quién era y no vio más nada que eso, porque salió corriendo hacia la casa de su hermano, pasando por donde está encerrado su perro y luego saltando el paredón medianero hacia la casa lindera.&nbsp;Preguntado para que diga si en algún momento del desarrollo de lo que dice vio a sus hijos, nuera y nietos, dijo que luego de hacer esos disparos y salir corriendo hacia la casa de su hermano, &nbsp;cuando estaba cruzando el paredón vio que sus hijos estaban saliendo del interior de la casa de Kevin y Jeremías a través de la ventana que da al patio y él los ayudó a pasar a sus nietos hacia la casa de su hermano. Que cuando se asomó por el portón trasero, momentos previos a efectuar los disparos con la carabina, pudo ver aparte de los fogonazos, personas que tenían en sus manos palos y machetes, no pudiendo especificar cuantas eran las que tenían en sus manos elementos para agredirlos.Con respecto al momento al que pasó a la casa de su hermano, recordó que estando allí se seguían escuchando proveniente de su casa los ruidos y gritos que provocaban ese grupo de personas que ingresó; y él&nbsp; en el estado que tenía hizo unos llamados telefónicos, no sabe desde qué teléfono, pero sí que llamó a su madre, a su hermano que vive en Neuquén y a un abogado que le aconsejó entregarse y decir la verdad.&nbsp;&nbsp;Los antecedentes del enfrentamiento<h2>“Si hacés la denuncia te bardean”</h2>Respecto a los antecedentes del hecho que terminara con la muerte de Axel Brown, Aribe refirió que estaba al tanto que había un problema entre "Kiki" Brown y otro que resulta ser amigo de Kiki y que vive en la esquina de su casa, hacia el lado opuesto del almacén.&nbsp;Reseñó que todo empezó por una solicitud de la novia de este chico, del amigo de Kiki, hacia su hijo Jeremías o bien de éste hacia la novia del amigo de Kiki, no sabe bien de eso porque se lo contó su hijo. Luego de ese contacto, que se realizó por Facebook o bien por Instagram, comenzaron los problemas, porque este chico se molestó porque su novia había tenido contacto por ese medio con Jeremías.&nbsp;Tal es así –recordó-, que un día vinieron a la puerta de su casa y comenzaron a insultar y tirar piedras y botellas, invitándolos a pelear. Que eran como quince personas y les pegaron a sus tres hijos. Que el más lastimado fue el Kevin y a Jeremías también, pero no sabe mucho más de eso porque él no estaba presente y justo llegó cuando la gente se estaba dispersando.Sobre este incidente no logró precisar fechas, &nbsp;pero especuló con que ocurrió un mes atrás y serían las cinco de la tarde, &nbsp;porque él regresaba con su nieta, a quien había ido a buscar al jardín de infantes que está en el barrio.Según le contó su hijo Jeremías, un fin de semana Kiki le empezó a querer pelear y su hijo trataba de que no lo siga molestando pero este chico continuaba con sus agresiones, &nbsp;y aunque lo intentó no llegó a pegarle.&nbsp;Añadió al respecto que “como saben que si hacen la denuncia se pudre todo con esta gente, porque en los barrios es así, si hacés la denuncia te vienen a bardear y por eso los vecinos no quieren denunciar nada”. Que a ellos les pasa lo mismo y cree que su nuera había hecho una sola denuncia por uno de los ataques, aunque no sabe cuál, porque también hay un suceso en el cual Kiki le clavó un cuchillo a su hijo Fabián, pareja de Belén y las agresiones han sido varias, por lo que le cuentan sus hijos.Aribe señaló ante el fiscal y compañía que a raíz de estos hechos, él y sus hijos no pueden circular por el barrio. Tal es así que sus tres hijos trabajan en la construcción y su patrón los tiene que ir a buscar y luego llevar nuevamente a su casa, porque con motivo de las amenazas de estas personas no pueden circular tranquilos por el barrio, ni salir de su casa.<h4>&nbsp;</h4><h4>Sobre Brisa</h4>Preguntado por su sobrina Brisa Aribe, quien resultó herida de unos de los disparos que éste ejecutó, contó que no tenía mayor trato con ella, pero por nada en particular; al fallecer su hermano Sergio hace unos 10 años a la fecha, la familia de él, compuesta por su pareja Leticia Juárez y sus hijos Axel, Lucas, Iñaki y Brisa se fueron a vivir a Buenos Aires y allí la familia se distanció y al regresar ellos a ésta ciudad no establecieron un vínculo de mayor unidad, pero tampoco de enemistad, solo eran de saludarse cada que se veían, subrayando que no tenía ningún problema con su sobrina.&nbsp;<h4>La acusación</h4>Respecto al hecho que se le endilga, se describió en la instrucción que el 15 de agosto&nbsp; de 2023&nbsp;pasadas&nbsp; las 19.30, Aribe, portando de manera ilegítima un arma de fuego,&nbsp;sobre el frente del domicilio de calle Paseo de los Niños 1871, fue que con la finalidad de ultimar a Axel&nbsp; Brown le efectuó al menos dos disparos que impactaron en la humanidad de este, lesiones que desencadenaron su deceso.&nbsp;En dicha ocasión, Aribe, también al menos&nbsp; efectuó un disparo con el arma de fuego hacia la humanidad de Brisa Noelia Aribe –sobrina del agresor-, con la finalidad de ultimarla, no logrando&nbsp; su cometido por razones ajenas a su voluntad.La calificación penal que se le otorgó al hecho es por la comisión del&nbsp;delito de “homicidio&nbsp;agravado por el&nbsp;empleo de&nbsp;arma de fuego y&nbsp;portaciónilegal&nbsp;de&nbsp;arma&nbsp;de&nbsp;fuego&nbsp;de&nbsp;uso&nbsp;civil&nbsp;en&nbsp;concurso&nbsp;ideal en los términos de los arts. 54, 41 bis, 79 y 189 inciso segundo párrafo tercero del Código Penal”, tratándose de un delito detenible.

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