Escalofriantes detalles se van ventilando de la pesquisa que persigue esclarecer los pormenores del asesinato de Andrea Soledad Petilo (38) en el departamento del primer piso de la torre dos de los monoblock de Avenida Perón y Juramento.El sospechoso aprehendido quedó ayer formalmente detenido, luego de protagonizar la audiencia 308 (declaración indagatoria), donde aconsejado por la defensora particular Alicia Fiego, se negó a responder sobre el delito que se le endilga, un homicidio agravado en el contexto de violencia de género, calificación no compartida por el juez de Garantías, quien calificó el hecho como homicidio simple.El acusado, identificado como Juan Pablo Luna, no declaró pero sí anotició a los investigadores que contaba con antecedentes, acerca de las denuncias de alumnas y padres de establecimientos educativos que lo habían acusado de acoso sexual, causas que efectivamente la fiscalía interviniente archivó –ver aparte-.&nbsp;Pero lo que más sorprendió a los funcionarios judiciales fue cuando el propio Luna confió que entre sus antecedentes había purgado una condena de 9 años y medio por violación, en el partido de Mercedes, referencia que no se contaba en el registro policial y por lo cual en las próximas horas iba a ser corroborado sobre su veracidad.&nbsp;Otro dato sórdido recogieron los investigadores en el lugar del hecho, una vez apostados en el lugar en las primeras horas del domingo. Al conocerse el suceso luctuoso, una vecina soltó a los presentes el calificativo que tenían para con Luna en la vecindad: “el revienta guachas”, a propósito de estar con mujeres en el departamento a las que convocaría para el consumo de estupefacientes a cambio de sexo.&nbsp;Cabe consignar que la relación entre víctima y victimario aún no fue precisada más allá de la versión que dio el acusado una vez arribado el personal del SAME y la policía, por lo cual en los próximos días los investigadores &nbsp;buscarán testimonios que ayuden a esclarecer si se trató de efectivamente una relación casual y convenida con dinero de por medio como las que infirió la vecina que se observaba que el asesino tenía, o se trataba de otro vínculo, lo que igualmente aportaría para darle un contexto al crimen, no así en cuanto a la responsabilidad penal que le cabrá al señalado.Tal se informó en estas páginas en la edición pasada, la primigenia versión que dio el hombre a los médicos y policías que había convocado por una presunta muerte por sobredosis de una mujer, aludió a que la había citado y pagado para tener sexo y que en dicho encuentro íntimo ella había consumido cocaína en exceso.&nbsp;En efecto, el servicio de SAME fue convocado en las primeras horas del domingo por un llamado telefónico de un hombre que residía en el citado departamento, quien señaló que yacía a su lado una mujer.Una vez en el lugar, el hombre soltó a los facultativos que la mujer había consumido cocaína y que él había ingerido un clonazepam lo que lo llevó a dormir. Cuando despierta alertó que la mujer que dormía a su lado estaba sin signos vitales y allí llamó al 107, el servicio de emergencia.&nbsp;La versión del ahora imputado detenido fue recepcionada por los paramédicos que al revisar a la mujer tendida ya sin vida, advirtieron otra cosa. Al menos la sospecha de que el deceso no lo habría causado la presunta sobredosis.&nbsp;Así se convocó a la Policía, quien ordenó una comisión que, una vez en el lugar informó al denunciante que iba a quedar retenido hasta nuevo aviso. De allí rápidamente se informó a la fiscalía en turno y cuando se aludió a las sospechas de una muerte violenta también se anotició a la fiscalía temática de violencia de género.&nbsp;Todo quedó en puntos suspensivos al aguardo del informe de autopsia que practicaron los médicos forenses convocados, quienes ya pasadas las horas dieron un reporte preliminar sobre lo observado en el cadáver.&nbsp;<h3>Lesiones letales&nbsp;</h3>De lo que primeramente había trascendido de la pesquisa, los médicos constataron múltiples lesiones vitales. Más precisamente en la zona craneal, en el cuello, incluso con costillas rotas.&nbsp;Respecto a las causales de la muerte, ya la defensa del acusado adelantó que pedirá una ampliación del informe de autopsia que resultó clave para darle un drástico vuelco a la causa que primero se caratuló como “averiguaciones de causales de muerte” (a partir de los dichos de Luna), y lo que luego reveló el aporte médico.&nbsp;Como se indicó, se detallaron múltiples lesiones de extrema gravedad y vitales. Léase que cualquiera de ellas podrían haber sido las causales del deceso. Golpes en la cabeza con severas lesiones en el cerebro, en el tórax, debajo de las axilas, costillas rotas que podrían haber perforado pulmones. Una ferocidad letal que precisamente llevan al fiscal a insistir con la violencia de género y no por un homicidio simple.&nbsp;A propósito de la muerte, trascendió que una vez arribado el personal médico, hallaron a la mujer tendida en la cama, tapada por una sábana. La médica interviniente se acerca para palparle el cuello y confirmar el deceso, no advirtiéndose marca de ahorcamiento en el cuello y de allí se quedaron con la versión de una muerte por sobredosis o al menos dudosa. La destapó y estaba totalmente desnuda. Serían los forenses los que luego determinarían los golpes letales internos.&nbsp;Debate judicialLuna quedó detenido en uno de los calabozos de la Seccional Tercera, a la espera de un traslado a la Unidad Penitenciaria, donde permanecerá encarcelado durante el proceso, a la espera factiblemente de la prisión preventiva (el fiscal cuenta con 15 días hábiles, prorrogables por otros 15) y definiciones en torno a su procesamiento por el homicidio que, en lo concerniente a la esfera judicial, quedará sujeto a la calificación legal. Mientras que el fiscal Guillermo Vaticano sostuvo la imputación de femicidio, el juez de Garantías José Alberto Moragas consideró el suceso como un homicidio simple. Criterios que incluso podrían convivir a lo largo del proceso hasta el futuro juicio, donde se deberá resolver el entuerto judicial.&nbsp;A saber, hasta aquí el único elemento que sostiene la calificación del fiscal sobre el contexto de violencia de género tiene que ver con la ferocidad de los golpes propinados, de allí la figura del femicidio.&nbsp;Empero, hasta aquí no hay antecedentes en la relación de víctima y victimario que convenzan al juez de garantías del citado contexto violento, de allí su calificación de homicidio simple.&nbsp;La discusión técnica no es menor. Si bien el homicidio simple tiene un reproche penal grave en el Código, no lo es tan gravoso como el femicidio a la hora de mensurar la eventual condena a imponer.&nbsp;&nbsp;<h2>El profesor acosador, violador y ahora asesino</h2>&nbsp;Sobre el hombre apuntado por el crimen, este Diario pudo confirmar que se trata de quien el año pasado fue noticia al haber sido denunciado mediáticamente y judicialmente por delitos de índole sexual, conmoviendo por el tenor de las acusaciones en la opinión pública y en la comunidad educativa en particular, dado que se trata de un docente que, a partir de dichas imputaciones fue apartado del cargo en la institución educativa.&nbsp;Más precisamente los hechos fueron ventilados por este medio en mayo de 2023, cuando había trascendido a la opinión pública que un profesor de la Escuela Técnica 2, identificado como Juan Pablo Luna, había sido separado de su cargo por acosar a estudiantes.El hecho fue denunciado penalmente por los padres de una de las menores afectadas y el expediente recaló en la Unidad Fiscal Especializada en Violencia Institucional de Azul, a cargo del fiscal José Ignacio Calonje, que al decir de la información ahora recogida, las causas fueron archivadas.&nbsp;De acuerdo a lo publicado en ediciones pasadas, el martes 2 de mayo el acusado presuntamente comenzó a hablar en horario de clases, en uno de los cursos a su cargo, sobre temas de sexualidad no pertinentes y a decirles a los menores que podía conseguirles drogas, además de propasarse con una de las alumnas. &nbsp;Una de las madres de una de las adolescente de 15 años vulnerada por el docente &nbsp;ofreció sus testimonio en el programa “Informadísimas” (ECO TV y 1041 Tandil FM), acompañada por otra víctima de Luna.&nbsp;El acosoJuan Pablo Luna, el acusado, se desempeñaba al frente de la materia Electricidad del automotor en cuarto año de la institución. Al respecto, la mujer contó que “les relató a los chicos que mantenía relaciones sexuales con menores y les hizo hincapié en el tema de la droga, que podía acceder fácilmente”.Asimismo, como la menor agredida debe rendir equivalencias porque se incorporó a Técnica 2, proveniente de otro colegio sin ese perfil, el docente designó a un alumno “para hacer de mensajero” entre él y la chica.&nbsp;En ese marco, le pidió al adolescente videos y fotos de la joven desnuda, y le dijo que si se grababan entre ellos, era mejor. El joven no dudó en alertar a su compañera sobre tal improperio.&nbsp;En tanto, la mujer prosiguió con la reconstrucción del episodio por aquellos días: “Por lo que comentan los chicos él acostumbraba a usar esa clase de vocabulario, se hacía el canchero, pero ese día estaba monotemático. Mi hija se empezó a sentir incómoda en esa clase con él. En un momento hablando con sus compañeras mencionó que le gustaba una moto y Luna le dijo que podían hacer algo al respecto, sugiriendo una especie de intercambio”.&nbsp;Con este escenario encima, en uno de los recreos la chica acudió a la dirección del establecimiento muy asustada y preguntó si contaba algo de un docente podría llegar a tener problemas en la materia. “La notaron muy nerviosa y le pidieron que se tranquilice. Mi hija pidió volver al salón para que el docente no se dé cuenta de que ella y algunos compañeros faltaban”, indicó la mujer el año pasado.Al retornar al aula, Luna la interceptó en un espacio común del edificio y en ese momento le ofreció aprobar las equivalencias a cambio de salir con él. La chica le retrucó que iba a rendir las materias estudiando y el profesor le reiteró que había una manera más fácil de hacerlo. Además, le preguntó qué clase de sustancias consumía.&nbsp;Ante el rechazo de la menor, el adulto volvió al salón de clases e intentó intimidarla diciéndole a todo el curso que les iba a tomar una evaluación porque la joven lo había pedido. Con todos estos elementos sobre la mesa y con el respaldo también de la denuncia penal, las autoridades separaron a Luna del cargo al día siguiente.&nbsp;Un pasado alarmanteJuan Pablo Luna estuvo ochos años sin ejercer la docencia tras una denuncia que efectuó el padre de una alumna de la Escuela Técnica 5 en 2015. En consecuencia, el hombre fue apartado de la institución y reubicado en el CIIE. No obstante, el alarmante prontuario ostenta denuncias por acoso en 2011, 2015 y &nbsp;2019, en establecimientos escolares y hasta en un micro de larga distancia. &nbsp;Otro caso se remonta a 2011 en la Escuela Granja, pero ve con espanto como el ciclo se repite sin cesar, y detalló el hecho que le tocó vivir con el denunciado cuando este ejercía como suplemente de la asignatura Mecánica y ella tenía 14 años.Según contó por entonces la joven, le iba mal en esa materia, motivo por el cual debía hacer algo para recuperar nota y no desaprobar. Se acercó a Luna para pedirle si podía hacer trabajos extras que le permitieran sumar puntos y compartió que “fueron 4 horas de acoso, de insistencia, empezó sutilmente, pero de a poco esa sutileza del principio la fue perdiendo y cada vez era más directo".Luna le pidió el número de teléfono y la obligó a anotar su celular, mientras el acoso aumentaba en intensidad y el comportamiento del adulto se tornaba cada vez más inapropiado. Ante este panorama, Ximena le contó a sus compañeros lo ocurrido y los adolescentes repararon en que no dejaba de mirarla y buscaba estar con ella a solas.&nbsp;“En 2011 no había leyes de género. Incluso había compañeros que me dijeron que yo provocaba las situaciones y estaba confundida”, precisó.&nbsp;El acoso se volvió un hostigamiento y el docente le pidió que saliera con él, se ofreció a llevarla y traerla de la escuela, a retirarla en horario de clases. En un momento a solas para hablar de la recuperación de los contenidos -aunque la menor pidió tener la charla junto a su compañera que también necesitaba “levantar” nota el adulto la obligó a conversar en privado- y tras varias insistencias para salir, el hombre le pidió que le mostrara los pechos. Desconcertada y atemorizada, la chica empezó a gritar y se fue del lugar.&nbsp;Todo lo antepuesto sucedió en una jornada. De vuelta en su casa y tras contarle el aberrante evento a su madre, al día siguiente mantuvieron una reunión con autoridades educativas y concurrieron a la Comisaría de la Mujer para realizar la denuncia. Una vez allí, les sugirieron efectuar una "exposición" y no una denuncia penal, a lo que finalmente la joven y su mamá accedieron por falta de información. Esta diligencia no tuvo ningún efecto y el caso quedó en la nada. Como el acusado era suplente en el cargo, a la brevedad retornó el titular y, según supo la joven, en simultáneo renunció a las horas titulares que tenía en el establecimiento de educación agraria.Recién en 2019, al tomar estado público la denuncia de una joven contra Luna por acosarla en un colectivo, la joven tomó la decisión de acercarse nuevamente a la fuerza policial para llevar adelante una acción penal concreta contra su agresor.&nbsp;“Es una lenta agonía. No entiendo por qué ponen al frente de un curso a una persona denunciada sistemáticamente. Son parte de esto el sistema educativo y la Justicia, porque tenía tres denuncias y seguía dando clases.&nbsp;Cuando escuché el relato de la chica estaba indignada, me salía ira por los poros”, finalizó la joven.&nbsp;Ahora, el desenlace fue aún más grave, trágico.&nbsp;&nbsp;

Últimas Noticias

Últimas Noticias

Nuestros medios

“El revienta guachas” se negó a declarar y quedó detenido por el femicidio

El docente acusado confió que contaba con un grave antecedente y sorprendió a los propios judiciales. Dijo que purgó una condena de 9 años y medio por una violación en Mercedes.