El hijo de su pareja lo denunció, lo investigaron y ahora fue condenado por vender estupefacientes
Tras un suceso violento ocurrido en el domicilio del acusado, uno de los agredidos lo denunció y alertó a la policía que al agresor de dedicaba a la venta de droga. Se activó una pesquisa de derivó en un arresto y consecuente condena. Otros sentenciados.
Tras arribar a un juicio abreviado, el TOC 1, en este caso a cargo del juez Gustavo Agustín Echevarría, resolvió condenar al reincidente Franco Ezequiel Bazzi, a la pena única de ocho años de prisión, por resultar autor penalmente responsable de los delitos de “Comercialización de sustancias estupefacientes en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor agravada por ser cometida en perjuicio de menores de 18 años y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil”, hecho cometidos entre el 12 de febrero de 2018 y 3 de abril de 2019. Además le endilgaron el delito de “Encubrimiento agravado por el ánimo de lucro”, al secuestrársele una moto que había sido robada.
Con él también resultados sentenciados Pablo Coronel y Abril Verea, a cuatro años de prisión, también por la comercialización de droga.
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La denuncia
Cabe consignar que según se desprende del expediente, la investigación se inició tras la denuncia de un joven que acusó a Bazzi de vender droga, tras protagonizar un incidente en lo que se conoce como violencia doméstica.
A más precisiones el denunciante señaló que el señalado por esos días era pareja de su madre y vivían juntos. El fue a la casa de su madre y advirtió que la había encerrado en la habitación y empezaron a discutir, a lo que el joven intercedió para calmar los ánimos pero se topó con la virulencia del acusado, quien lejos de desistir de su actitud empezó agredir verbalmente y físicamente a su mamá, por lo que buscó detener la agresión. Fue cuando Bazzi les dijo: “Los mato a los dos que te pensás que no los mato a los dos”, amenaza que provocó la reacción del denunciante, golpeando al agresor.
Pelea que se trasladó afuera de la casa de calle Los Tulipanes, donde Bazzi se dirigió hacia su camioneta Ranger de color blanca, en busca de su arma de fuego.
El joven logra huir de la escena y llama a la policía. Una vez despojado de la amenaza, denunció a Bazzi no solo por aquellos hechos si no que añadió que era vendedor de estupefacientes, incluso detallando que la comercialización se hacía en dicha casa como en otro lugares, incluso transportando la mercadería en la camioneta, acompañado de su madre y su hija, apenas de 8 días de nacida.
A partir de allí, se inició la pesquisa que derivó en esta sentencia condenatoria.
La condena
Al decir del fallo, se acreditó que en el lapso de tiempo citado los señalados, todos domiciliados en calle Misiones 2018, de común acuerdo comercializaron en ese domicilio sustancias estupefacientes, concretamente cocaína y marihuana en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor.
Como pruebas incriminantes para con los imputados, se tuvo en cuenta lo secuestrado en el allanamiento domiciliario perpetrado por los policías tras haber realizado una pesquisa en la que también se confeccionaron reproducciones de escuchas telefónicas, soportes fílmicos sobre los movimientos y transacciones que realizaban y demás elementos que resultaron contundentes a la hora de sopesar la prueba.
Otra sentencia por droga
También a través de un acuerdo de las partes con un juicio abreviado, el TOC 1 condenó a Gerardo Ernesto Mónaco, con último domicilio en Pellegrini 419, a la pena de cuatro años de prisión como autor penalmente responsables de los delitos de “Comercialización de sustancias estupefacientes en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor”, hecho cometido en el lapso que va desde el 20 de febrero de 2019 hasta el 27 de junio de 2019.
Según se consignó en la sentencia, se probó que al menos durante el lapso que va desde el 20 de febrero de 2019 hasta el 27 de junio de 2019, Gerardo Ernesto Mónaco comercializó en su domicilio y también en la vía pública de manera ambulante, sustancias estupefacientes, concretamente cocaína, en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor.
De esa forma, en distintas oportunidades, previa comunicación telefónica en la que se acordaba el encuentro, entregó las mencionadas sustancias a diversos compradores que se hacían presentes en su domicilio y que daban un pago a cambio.
En otras ocasiones, el mencionado Mónaco se encontraba en la vía pública para realizar tales intercambios, utilizando para su desplazamiento automotores alternativos de los consumidores.
Asimismo, en el allanamiento registrado en su casa, se secuestró envoltorios de nylon celestes acondicionados tipo ‘bocha’ cerrados en un extremo mediante quemado conteniendo clorhidrato de cocaína.