Denuncian que se agravan el hambre y el hacinamiento en las cárceles bonaerenses
En la Unidad 37 de Barker, la más cercana, faltan comida e insumos sanitarios. La situación se replica en los 57 penales que dependen del Sistema Penitenciario Bonaerense. Distintos organismos elaboraron un informe y denunciaron ante el Estado y la ONU una sobrepoblación del 119 por ciento, desabastecimiento de alimentos y graves afectaciones a los derechos de las personas privadas de su libertad.
Las circunstancias de hambre, hacinamiento y desabastecimiento de comida en los complejos carcelarios bonaerenses empeoran cada vez más y, lejos de encontrar una solución, la situación sigue desplomándose. Inclusive, en algunas cárceles los detenidos iniciaron huelgas de hambre pacíficas para reclamar por sus derechos.
Recibí las noticias en tu email
La falta de alimentación y la mala calidad de la comida, combinada con el régimen de vida, las graves condiciones de detención, constituyen una afectación de los derechos de las personas detenidas, cuya consecuencia inmediata es el peligro para la salud y el agravamiento de los padecimientos ya existentes. En estas condiciones, el peligro para la vida es inminente y el hambre se constituye en tortura o malos tratos de parte del Estado provincial.
Casos reales
Un interno detenido en la Unidad 37 de Barker hizo llegar un mensaje a esta Redacción, manifestando su preocupación por el estado de las instalaciones y la falta de elementos básicos, además de la pobre alimentación que reciben las 80 personas alojadas en su pabellón.
“La comida es pésima, fideos o arroz blanco hace semanas, sin nada, apenas papa y zanahoria hervida. Ningún interno está en contra de la condena que se le vaya a dar o que tiene, siendo que fue en contra de la ley, pero me parece que las condiciones en las que nos tienen es deplorable para cualquier ser humano. Hoy de hecho no hubo comida, directamente”, manifestó en el mensaje.
Además, expuso que tampoco se les proporciona la ropa que corresponde por año, que no hay sábanas limpias ni colchones, faltan suministro de medicamentos y provisión de elementos sanitarios y descartables.
“No hay medicación ni una aguja por si hay urgencia y hay que dar una inyectable”, graficó. La mala higiene de los espacios se ve reflejada en la proliferación de insectos y alimañas, que en muchos casos generan reacciones alérgicas en las personas allí alojadas.
La Unidad 37 de Barker
La Unidad Penitenciaria 37 de Barker, que es la más cercana, tiene asignado un cupo de alrededor de 705 personas y actualmente hay 900.
Según los informes oficiales, todas las unidades penitenciarias de la región están superpobladas a un nivel que “supera el cupo que tenía prevista cada una de las unidades al momento de su creación”. El Servicio Penitenciario Bonaerense tiene en la actualidad 57 unidades penales bajo su control.
Este penal fue inaugurado el 31 de octubre de 2003 y es un establecimiento de mediana seguridad de bajo costo que conforma un Centro de Formación Agrotécnico y Microgranja.
El establecimiento tiene una extensión de 9 mil metros cuadrados cubiertos. Los pabellones son edificios compactos que albergan dos sectores de alojamiento separados entre sí y la dependencia aloja tanto internos penados como procesados.
Entender sin juzgar
La hermana de un interno también alojado en la unidad carcelaria de Barker, en conversación con El Eco de Tandil, expuso su penar por la situación de las personas privadas de su libertad y espera que algo se pueda hacer para mejorar las condiciones de vida en los regímenes carcelarios.
“Le tenemos que llevar nosotros la medicación porque ahí no tienen. Muchos internos no tienen familiares ni amigos que los contengan y les puedan acercar comida o elementos. Los pabellones tienen capacidad para 60 personas pero hay 80 aproximadamente en cada uno”, detalló la mujer, quien también refirió que no cuentan con equipos de contención psicológica para acompañar a los internos de modo permanente. La entrevistada afirmó que el trato del personal era bueno, pero que las limitaciones del entorno generan condiciones desesperantes de habitabilidad.
Además, ejemplificó que un grupo de reclusos llegó a pelearse por un paquete de fideos, insumo cotizado en un contexto de limitación y escasez. “Yo era una persona que juzgaba al otro, pero ahora que me toca estar de este lado veo muchas cosas y me pongo del lado de esas personas”, se sinceró.
El informe de la Comisión Provincial por la Memoria
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM), recientemente designada como mecanismo local de prevención de la tortura de la provincia de Buenos Aires, y el Comité Nacional de Prevención de la Tortura (CNPT) elevaron esta semana un informe urgente al Subcomité para la Prevención de la Tortura de Naciones Unidas (SPT) que expone la grave crisis que atraviesa hoy al sistema de encierro bonaerense por falta de comida y solicita su intervención urgente.
Si bien el trabajo pone el foco en la falta de provisión de alimentos, inscribe esta situación en el marco de una crisis humanitaria generalizada de todo el sistema: sobrepoblación del 119 por ciento, elevada tasa de encarcelamiento (298 personas cada 100 mil habitantes), aumento de las muertes que se producen por cuestiones de salud no asistidas, esto último directamente relacionado con la falta de provisión de dietas especiales para personas con diversos padecimientos (VIH, TBC, enfermedades gástricas).
Los juegos del hambre
En los últimos meses, la Comisión ha denunciado de manera reiterada ante la Justicia que los depósitos de las cárceles bonaerenses no tienen suficiente comida para alimentar a las personas detenidas. Las licitaciones no se cumplen por falta de pago, el hambre crece y el correlato directo son las graves afectaciones a la salud por una alimentación escasa, mala y desequilibrada. En varias unidades penitenciarias, los detenidos comenzaron huelgas de hambre.
La CPM también reclamó al ministro de Justicia Gustavo Ferrari que tome medidas urgentes y el juzgado de ejecución de La Plata también intimó a las autoridades provinciales y penitenciarias a aprovisionar de alimentos las cárceles bajo la advertencia de sancionar económica y penalmente el incumplimiento de la resolución.
Por su parte, la Asociación Argentina de la Justicia de Ejecución Penal firmó un petitorio para que se regularice la situación de desabastecimiento de alimentos en las prisiones bonaerenses. En el comunicado afirman: “La falta de acceso de las personas privadas de la libertad a una alimentación adecuada en la prisión constituye un trato cruel e inhumano, que viola el artículo 18 de la Constitución Nacional”.
“Fuente de inseguridad ciudadana”
Recientemente, el Defensor Adjunto en Derechos Humanos y Salud de la Provincia Marcelo Honores, consideró que “la población, lejos de verse protegida, se ve amenazada por la incapacidad del Estado de ejercer esta función. El sistema Penitenciario es una fuente de inseguridad ciudadana”.
Honores expuso su punto de vista en la reunión plenaria de la Red de Jueces Penales de la provincia de Buenos Aires y ratificó la necesidad de abordar la cuestión carcelaria con seriedad y mostrar que lo hecho hasta ahora “no hace más que menoscabar a toda la población, ya no sólo a los internos, a sus familiares y al personal penitenciario, sino a la sociedad en su conjunto, que se ve perjudicada por las condiciones de egreso”, amplió.