Cuatro años de prisión por comercializar marihuana
En un reciente juicio abreviado, el TOC 1 resolvió condenar a Matías Ezequiel Ricardo, alias Tarta, y a Mariano Vairo, a la pena de cuatro años de prisión, como autores penalmente responsables del delito de “Comercialización de sustancias estupefacientes en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor”, por hechos cometidos en Tandil en el lapso que va desde el 9 de mayo de 2017 hasta el 6 de julio de 2018.
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Al decir del fallo, se acreditó que en el período citado Ricardo y Vairo, quienes se conocían entre sí y tenían lazos de amistad, comercializaron en sus domicilios sitos en barrio Procasa 1 Casa 16 –Ricardo- y Navarro 53 –Vairo-, y el en domicilio laboral del primero de ellos, es decir Ricardo, ubicado en calle Figueroa 2340, como así también en la vía pública, sustancias estupefacientes, específicamente marihuana, en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor.
Matías Ezequiel Ricardo y Mariano Vairo, citó el veredicto, acordaban las transacciones vía telefónica, utilizando los teléfonos celulares y los compradores concurrían a los domicilios detallados precedentemente o en algún lugar específico en la vía pública, sitios a los que los aquí imputados se apersonaban en sus vehículos particulares, ellos entregaban la sustancia ilícita y recibían a cambio un pago.
Por caso, se detalló que el 31 de mayo de 2017, Ricardo, tuvo a los fines de su comercialización en el taller mecánico una bolsa de nylon banco que en su interior tenía dos trozos compactos de marihuana con un peso total de 28,06 gramos. Por otra parte, el 6 de julio de 2018 tuvo en el interior de su vehículo particular –el cual se encontraba estacionado en calle Muñoz y Pereyra de Tandil-, seis cigarrillos de armado casero combustionados y uno sin combustionar, de marihuana, con un peso de 1,9 gramos, como así también cuatro trozos compactos de marihuana con un peso de 27,1 gramos y un frasco de vidrio y un recipiente de plástico llamado “huevo Kinder”.
A su vez, el 6 de julio de 2018, Ricardo tuvo en su domicilio particular, en su habitación, dentro de un armario dos mil quinientos cuarenta pesos junto a un teléfono celular; en la habitación de sus padres dentro de un ropero, una balanza de precisión electrónica; y en la cocina comedor un frasco de vidrio con cogollos de marihuana con un peso de 12 gramos.