Intento de secuestro
“Cuando llegué a Ferro, mi hijo temblaba”, contó una mamá que denunció otro intento de secuestro
María José Rolando brindó testimonio sobre la situación que enfrentó su hijo de 10 años, en Moreno y Machado, cuando iba al entrenamiento de fútbol. Un hombre se bajó de un utilitario e intentó sujetarlo. El niño reaccionó rápidamente, gritó por ayuda y corrió hasta encontrar a tres compañeros del club. Ahora, con su relato, pidió alertar a otros padres.
Con dos casos denunciados formalmente en los últimos 15 días, crece la preocupación por la seguridad de los chicos en las calles de la ciudad. Al intento de secuestro de una niña en Constitución y Santamarina, el pasado 26 de agosto, se sumó el testimonio la madre de un varón de 10 años que escapó de dos hombres que, en un utilitario, merodeaban la zona de la Estación de Trenes.
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De acuerdo con la denuncia que realizó la mamá de la víctima, María José Rolando, el hecho ocurrió el viernes 6 de septiembre, cerca de las 18.30, en la zona de Moreno y Machado. La causa está a cargo de la UFI 16 del doctor Marcos Eguzquiza.
En la declaración testimonial, la mujer contó que su hijo de 10 años se bajó del colectivo rojo en Arana y 11 de Septiembre, caminó por Arana hacia Moreno y dobló a la izquierda para tomar Machado, cuando fue interceptado por un hombre que descendió de un utilitario blanco cuyo conductor permaneció en el vehículo.
Alertado por la situación, el niño gritó para pedir ayuda y comenzó a correr por Moreno, en sentido contrario a los autos, hacia calle Arana. Al doblar por Arana y tomar hacia Saavedra, encontró a tres compañeros de fútbol que se dirigían a entrenar al campo de deportes del club Ferro.
Según consta en la denuncia, el hombre que bajó del vehículo medía cerca de 1,70 metros, vestía ropa deportiva, llevaba una capucha y cubría su rostro con un cuello. En tanto, el conductor del utilitario permaneció todo el tiempo en el habitáculo.
“Nos pasó”
En diálogo con El Eco de Tandil, María José Rolando compartió los detalles del hecho que tuvo como víctima a su hijo Thiago, de 10 años, quien hacía todos los días el mismo recorrido en el colectivo rojo para ir tanto a la escuela como a fútbol. La familia debió mudarse desde el barrio de la Estación a inmediaciones del estadio San Martín, pero había decido que el niño mantuviera sus actividades en la Escuela 37 y el club Ferro.
“Como padre, uno nunca piensa que le va a pasar a uno, pero pasó. Nos pasó y mi hijo no es de mentir. Cuando llegué a Ferro, él estaba muy asustado. Thiago hace su recorrido todos los días, porque va a la Escuela 37 que queda en Uriburu entre Arana y 11 de Septiembre”, contó la mamá y agregó que cuando entrena fútbol, se baja del colectivo en Arana y 11 de Septiembre para caminar hasta el club tricolor.
“El año pasado vivíamos en Arana y Moreno”, explicó sobre el motivo por el cual el niño tiene sus actividades lejos del hogar, ubicado detrás del estadio San Martín. Como parte del desarraigo, la familia se vio obligada a darle más libertad al niño, quien a principios de este año aprendió a manejarse en colectivo.
“El viernes entre las 18.30 y las 18.40, agarra Arana y Moreno y va hacia Moreno y Machado. De un utilitario color blanco, se bajó un hombre encapuchado y con cuello hasta la nariz, no se le veía el rostro, pero que tenía un porte físico parecido al mío, que lo frenó y tiró a agarrarlo. Había otro hombre en la camioneta”, dijo aún angustiada y aclaró que el presunto atacante actuó sin mediar palabra.
“Nosotros le decimos que cualquier cosa pida ayuda. A los vecinos del barrio los conocemos porque vivíamos hasta el año pasado ahí. Él salió corriendo”, explicó y agregó que “cuando lo encontré en Ferro me dijo ‘corrí un montón’, pidiendo ayuda. A unas cuadras se encontró con unos compañeritos y ahí fueron los tres corriendo hacia Ferro”, relató.
“Cuando me llaman, justo yo estaba entrenando, no atendí el llamado. El padre tampoco, es policía y llegó después. Hablamos ahí, con los coordinadores de Ferro que se portaron re bien también, lo calmaron. Había papás afuera, todos preocupados porque hay muchos hijos que van solos, o en bici, y es una zona complicada. Hay una escuela, está el jardín a la vuelta y el club”, manifestó la mamá.
“Es chiquito. Uno como padre le quiere dar un poco de libertad, ya que es lo único que hace, va a entrenar. De ahora en más va a ir mamá o papá. Él se encuentra asustado, no quiere ir a entrenar solo y vamos a tomar las medidas necesarias como familia para acompañarlo”.
“También tengo miedo porque es la zona de la escuela y él va todos los días”, dijo y aclaró que el colectivo rojo lo deja en la esquina y lo vuelve a tomar en la esquina del establecimiento educativo.
Rápida reacción
Por otra parte, María José Rolando valoró que “lo bueno que veo como mamá es que él tuvo la reacción de salir corriendo y gritó para pedir ayuda, que a veces por el shock es difícil. Por suerte, como él dijo, corrió rapidísimo”.
En paralelo, la mamá reiteró que Thiago “estaba acostumbrado” a realizar el trayecto en colectivo hacia la zona de la Estación de Trenes. “En la pretemporada yo iba con él, lo acompañaba, le enseñé donde estaban los vecinos porque hasta el año pasado vivíamos en esa zona”, comentó.
Por otra parte, expresó que “hablamos mucho del tema de Loan y él estaba muy alerta”.
Sobre la posibilidad de que haya sido un intento de robo, contó que el niño no llevaba objetos de valor, tenía los botines puestos y lo único en su poder era la tarjeta SUBE que perdió en la corrida.
“Cuando fui a hacer la denuncia vi un par de cámaras. Se ve en uno de los recorridos que él pasa caminando tranquilo, y después se ve corriendo”, señaló la mamá y lamentó que no lograron observar el vehículo sospechoso, aunque la investigación prosigue.
“A mi hijo le creo porque jamás en la vida lo vi así de asustado. Cuando llegué a Ferro, mi hijo estaba blanco y temblaba”, describió María José Rolando, quien decidió contar lo ocurrido para alertar a otros padres y que puedan hablar de estos temas con sus hijos.