Cinco años por un robo a mano armada

En un reciente juicio abreviado, el TOC 1 resolvió condenar a Javier Alejandro Segura, alias “Negrito”, a la pena unica de cinco años y siete meses de prisión, por resultar penalmente responsable de los delitos “Robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no se acreditó, violación de domicilio”. 

Al decir del fallo, se acreditó que el 2 de abril de 2020, aproximadamente a las 20, Segura ingresó en la vivienda ubicada en calle Peyrel 1245 portando un arma de fuego y, mediante intimidación con el arma apuntó a su moradora para así apoderarse del teléfono celular, para luego darse a la fuga. Luego de ello, al desarrollarse una persecución por parte de efectivos policiales que fueron alertados por el hecho, el imputado ingresó en el domicilio de calle Piedrabuena al 1800, ocultándose en el galpón ubicado en la parte posterior de la propiedad, donde fue hallado y aprehendido por el dueño de la casa quien lo entregó al personal policial que venía tras él.

Más hechos

Asimismo, el la resolución judicial, se le endilgó un hurto perpetrado el 22 de febrero del mismo año, aproximadamente entre las 3.30 y 4.25, cuando en el interior de "Sol Disco", ubicado en Pasaje Murature y calle Yrigoyen, se apoderó ilegítimamente sin violencia de un paquete de cigarrillos, un adaptador de cargador y el celular marca Iphone, un juego de dos llaves y unos mil pesos más documentación personal que una joven llevaba en su campera. 

A prisión por venta de droga

Desde el mismo Tribunal, también se emitió un fallo condenatorio por otro delito en el que estaba acusado Fernando Andres Ojeda, quien fue sentenciado a la pena de cuatro años de prisión, por “Comercialización de sustancias estupefacientes en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor”, hecho cometido entre el 15 de agosto de 18 y el 5 de julio de 2019.

Según el veredicto del juez Guillermo Arecha, se probó que al menos durante el lapso detallado Ojeda comercializó en su domicilio sito en calle Chubut 2161, sustancias estupefacientes, concretamente marihuana y cocaína, en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor. 

En la investigación se acreditó que el sentenciado entregó las mencionadas sustancias a diversos compradores que se hacían presentes en su domicilio y que daban un pago a cambio. Asimismo, en el respectivo allanamiento una diligencia policial secuestró droga y elementos de corte para fraccionar y un par de balanzas de precisión.