Condena del TOC 1
Cayó “cara de moneda”, la mujer señalada por vender droga en el barrio Las Tunitas
Tras meses de seguimiento y recopilación de pruebas, la policía detuvo a una mujer, madre de cuatro menores, que vendía droga. La pesquisa se activó por una denuncia anónima aunque luego se sumaron varios testimonios de vecinos y padres de jóvenes adictos.
Al filo del cierre de la feria judicial, trascendió el fallo condenatorio del Tribunal Oral Criminal 1 contra una mujer que fue denunciada e investigada por vender droga en Las Tunitas, desde donde la propia barriada, con vecinos acorralados por los hechos de inseguridad y padres con hijos presos al consumo problemático, había denunciado la comercialización de estupefacientes. Dichas exposiciones, se sumaron a una profusa pesquisa policial que derivó en “cara de moneda”, la mujer conocida por la actividad ilícita que ahora fue sentenciada.
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A más detalles de la condena, el juez Guillermo Arecha dio por acreditado que al menos durante el lapso que va desde agosto de 2018 hasta el 26 de febrero de 2021, Luciana Yesica Sánchez, alias “cara de moneda”, con domicilios alternativos en calle Expedición al Desierto 367 y Yapeyú 89, comercializó allí como así también de manera ambulante en la vía pública, sustancias estupefacientes, concretamente cocaína en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor.
La investigación se propició por la información preliminar del oficial Walter Omar Kain de la Policía Federal, quien había declarado que recibió información sobre una mujer con tobillera electrónica colocada que vendía droga al menudeo en la ciudad en un domicilio específico. A partir del dato, se profundizó la pesquisa en pos de establecerla o desecharla.
El policía amplió la investigación con las tareas de recolección de información, observación y vigilancia que derivaron en el nombre de Luciana Yesica Sánchez.
Luego se sumaron otros efectivos de las fuerzas, quienes con sus distintos roles y tareas, pudieron sumar prueba e indicios para constatar que la actividad desarrollada por la sospechosa, a quien se la divisó con conductas y movimientos característicos de la comercialización de estupefacientes al menudeo. Esto es, llegada de personas al domicilio, ingresos y egresos en corto tiempo, encuentros breves de personas en distintos lugares de la ciudad con intercambio de elementos pequeños (‘pasamanos’).
“Es la que vende droga a los pibes”
A la investigación se sumó lo aportado por el oficial de policía Matías Rodolfo Stutz, quien en el marco de otra causa se topó con el mismo nombre: Luciana Yesica Sánchez.
El uniformado confió que cuando realizó un allanamiento por orden judicial en un domicilio del barrio Las Tunitas, el propietario de la finca, progenitor del joven que era investigado por un robo, le manifestó al policía: "todo eso que están buscando lo tienen que buscar acá arriba (señalando en dirección a calle Del Libertador) en lo de Luciana Sánchez, que es quien compra lo robado a cambio de la droga. A esa tienen que allanar, es la que le da la droga a los pibes” (SIC).
En ese contexto y por esos días, se sumó que la policía recibió la visita de un grupo de vecinos del mismo barrio, quienes se presentaron como padres preocupados por los últimos hechos delictivos ocurridos.
El efectivo escuchó los relatos de cada uno de ellos. Algunos resultaban ser padres de adolescentes consumidores de droga, otros, víctimas de los hechos delictivos que eran directamente relacionados con la compra de drogas, dado que lo que robaban lo canjean para comprar.
A más denuncias, los vecinos manifestaron que existe una amplia red de vendedores en el barrio, que existe sujetos allí que son utilizados como dealer y finalmente el consumidor, o sea sus hijos.
Algunos manifestaron que habían intentado internar a sus hijos o que estaban en plenas gestiones para hacerlo. Entre los lugares de comercialización citaron varios domicilios, entre ellos precisamente la residencia de “cara de moneda”.
Añadieron a más datos que también remiseros dieron cuenta que llegaban hasta las propiedades señaladas con sus pasajeros, los cuales se bajaban y regresaban minutos después, aparentemente luego de realizar la transacción siempre en horario nocturno.
Del profuso seguimiento que se hizo de la sospechosa, se tomó conocimiento que con el fin de asegurar el dinero obtenido de la venta de droga entregaba lo recaudado a su madre, quien residía en una vivienda del Barrio 17 de Agosto, con el propósito de que en caso de sufrir un allanamiento en su vivienda el dinero no fuera encontrado.
Cabe destacar que este último domicilio mencionado era precisamente la morada anterior que dio inicio a la investigación
Otra denuncia
En la causa constaba otra denuncia realizada por una vecina por un hecho aislado que terminó vinculándose con la sospechosa y la venta de estupefacientes.
La mujer confió que determinado día un joven del barrio le solicitó prestado el teléfono celular para mandar mensajes por WhatsApp a su novia. En confianza la mujer se lo prestó. Acto seguido este se retira del domicilio con el celular en su poder y pasado 20 minutos regresó, manifestándole que el celular lo tenía Luciana Sánchez, alias “cara de moneda”, y que este se lo había intercambiado por una bolsa de cocaína, y que si ella le entregaba dinero lo podría volver a recuperar el teléfono.
La mujer agregó que por su adicción a las drogas sabía que Luciana Sánchez vendía cocaína al menudeo en su domicilio de calle Expedición al Desierto y del Libertador. Que la venta era un promedio de 15 gramos por día en envoltorios de un gramo, por 500 pesos, y que manejaba un promedio de 20 mil pesos por día, dinero que le entregaba a la madre, quien vive frente a su domicilio, a fin de que no sea hallado.
A todos estos testimonios se sumó como prueba, las intervenciones telefónicas que acreditaban la venta de droga
El descargo de la condenada
Vale reseñar que una vez detenida, la imputada prestó declaración y negó dedicarse a la comercialización de droga, que sólo consumía.
“Yo no vendo, estoy bien económicamente, yo compré para consumir”, dijo frente a los judiciales en su descargo.
Dijo que necesitaba declarar por sus hijos, en especial por su hija que toma la teta. Insistió con ella es el único sostén económica de sus hijos (tres varones de 15, 12 y 7, y una beba de un año y cinco meses).
Sobre su situación económica, detalló que cobraba una asignación y planes, cobrando 17 mil y a veces 23 pesos, y también tenía otro plan de 12.800 pesos, mientras que en el comercio del barrio que tenía recaudaba 5 mil pesos por día.
La mujer se quejó porque “todos podemos hacer una llamada anónima y acusarnos que vendemos droga”, pero que era víctima de la “mucha envidia” que había en el barrio.
Sobre la droga secuestrada, dijo que consumía cuando caía en depresión, y que consumía siempre en ausencia de sus hijos.
La condena
Sobre el fallo, el TOC 1 resolvió condenar a Luciana Yesica Sánchez, alias “cara de moneda”, a la pena de cinco años de prisión, como autora penalmente responsable del delito de “Comercialización de estupefacientes en dosis fraccionadas destinadas directamente al consumidor”.