Opinión
Toda comunicación es política
Si la comunicación es en esencia la acción consciente de intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o recibir esa información y la política es la manera en que esos individuos se asocian, ordenan, toman las decisiones y se distribuyen el poder y los recursos, entonces toda comunicación es elementalmente política.
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No hablamos necesariamente de política partidaria en el sentido estricto; más bien, nos referimos a la "política" con mayúsculas, como el supremo arte del orden social. Tal es así que cada palabra, cada gesto, cada mensaje que emitimos tiene el potencial de influir y moldear nuestro entorno y, por ende, nuestra realidad social.
¿Quién se atrevería a negar que Hollywood no ha influenciado políticamente al mundo o que nuestro rock nacional no ha tenido un rol preponderante en el moldeo de la sociedad argentina postdictadura? La cuestión es empezar a ser conscientes que, para bien o para mal, todo acto comunicativo es sujeto a interpretación política.
Los supermercados aprovechan siempre la coyuntura como disparador de campañas y promociones, normalmente para "jugar políticamente" a favor del consumidor y cuidar su bolsillo. De hecho, recientemente un conocido mayorista ofrecía pagar el dólar a un valor inclusive más alto que el "blue". Al mismo tiempo, en las góndolas de otro gigante capitalino se empezó a comercializar una desconocida marca de yerba, emprendimiento de un jóven "tiktokero" y su novia "yankee".
Las ventas venían bastante tranquilas hasta que un sector fuertemente ideologizado de las redes comenzó a criticar a la joven por el simple hecho de haber nacido en Estados Unidos con el argumento que "fugaría" (?) las ganancias. Los jóvenes salieron a aclarar que todo se hacía con trabajo 100% argentino y esto despertó la furia de otro sector también ideologizado que bautizó la marca de yerba como "anti kuka".
A partir de ese momento, miles de consumidores sublimaron su rabia e hicieron que comprar esa marca de yerba se convierta automáticamente en un acto político. El resultado fue que se agotó en pocas horas la yerba de todas las sucursales. A nadie le importó el precio ni la calidad de la yerba. La compraron sencillamente porque ese pedazo inerte de cartón con yuyos adentro, "pensaba como ellos".
El año pasado me tocó colaborar con "Emergencia IOMA", una agrupación local, sin identificación partidaria, de afiliados que venían acarreando desde hacía mucho tiempo un legítimo reclamo sobre las deficiencias en la cobertura de la obra social.
El pedido concreto era el de generar más visibilidad a los reclamos. Lo primero que planteé fue la necesidad de entender que no tenían un problema de cobertura médica. Tenían un problema político, porque política era la solución. Y, a pesar de ser un espacio donde conviven diferentes ideologías, entendieron que no se trataba de política partidaria sino de jugar el juego de la "política" con mayúscula.
Guionamos una intervención que tuviera un impacto real para que se materialice su causa al frente de los vecinos, pero también hicimos un registro audiovisual del mismo
para que se pueda utilizar como material en las redes. Cronometramos las acciones de corte de calle, pero no total, sino durante los cambios de semáforo, ya que hay una opinión muy negativa en la sociedad sobre estos mecanismos y nosotros necesitábamos el apoyo y no el repudio.
El momento elegido también fue muy importante, ya que entendimos que en el periodo de elecciones las cosas llamativamente suelen solucionarse más rápido. Se dispuso un slogan concreto y llamativo y el resto del trabajo lo hicieron las redes. Al día de hoy, es el video con más vistas e interacciones de la agrupación y ayudó sin duda a visibilizar la causa.
En un mundo donde la comunicación está en el centro de todo, y a su vez todo, desde un futbolista hasta un paquete de yerba, son "sujetos políticos", comprender la importancia de la comunicación política es esencial. Ya sea en el ámbito empresarial, en organizaciones o bien la necesidad de un particular en posicionarse como profesional, siempre encontrará en la comunicación política técnicas más agresivas y eficaces para lograr su objetivo.