Opinión
Retrotopías: la política de la nostalgia
Zygmunt Bauman, en su obra "Retrotopía", explora la fascinación contemporánea por un pasado idealizado, una tendencia que denomina "retrotopía". Este concepto se refiere a la búsqueda de soluciones y consuelo en un pasado percibido como más estable y seguro, en contraste con los conflictos del presente y las incertidumbres del futuro.
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En el contexto político actual, las retrotopías se manifiestan de diversas formas. En muchos países, movimientos y líderes políticos, ante la incapacidad teórica e intelectual de imaginar un futuro o simplemente ante la pereza creativa en términos de visión política, recurren a este mecanismo que a la misma vez en muchas ocasiones es bienvenido por un electorado al que la apelación emotiva a un pasado mejor lo deposita además en una zona de confort ante una propuesta de cambio que le pueda traer incertidumbre e inseguridad.
En la política nacional Argentina se suele apelar mayoritariamente a períodos de bonanza económica que van desde el liberalismo de los años 30, la justicia social distributiva de Perón, el 1 a 1 de Menem hasta la década ganada de los Kirchner. Estas agendas, si bien apelan a imágenes y sensaciones ya instaladas en la memoria colectiva del electorado y ahorran al candidato a tener que imaginar una nueva utopía, suelen ser, a la misma vez, antiguos paraísos para unos y verdaderos infiernos para otros, ya que no existe un pasado ideal que nos abrace a todos, por lo que suele terminar siendo un tibio placebo para el votante duro.
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La retrotopía se puede observar muy claramente en el resurgimiento de los nacionalismos, como en el caso de Trump con el “Make America Great Again”, o también en la izquierda, donde existe una añoranza por los tiempos del Estado de bienestar y de mayor control estatal sobre la economía, antes de las reformas neoliberales de las últimas décadas. Esta nostalgia impulsa propuestas que buscan
recuperar políticas de redistribución y protección social que esconden en realidad una redistribución del poder a favor del intervencionismo estatal.
El atractivo de las retrotopías radica en su capacidad para ofrecer una narrativa simple en tiempos complejos. Y no hace más que fomentar la exclusión, ya que, como dije, el antiguo paraíso de unos representa también el infierno de los excluidos. Es necesario reconocer que, aunque el pasado puede ofrecer lecciones valiosas, no puede ser recreado en el presente de manera simplista, por lo que en la mayoría de los casos se trata de un engaño electoral.
Las sociedades deben abordar los desafíos actuales con soluciones innovadoras y realistas, basadas en una comprensión clara de las complejidades del presente y las posibilidades y amenazas que representa el futuro. Para esto, a mi entender habrá dos pilares fundamentales: el uso de la tecnología que aporte la recolección y el análisis de grandes cantidades de información y, por otro lado, la visión humana de la consultoría de comunicación que pueda hacer de esa información compleja y fría, una narrativa comprensible y emotiva para ser comunicada al electorado.