Opinión
Política "on demand"
Las plataformas actuales han cambiado sin duda la manera en la que consumimos series y películas y esto sin duda, determina también el producto en sí mismo. La posibilidad de adelantar o atrasar fácilmente o bien pausarla y poder continuar viendo más tarde, sin duda hace que argumentos muy complejos que requieren de mucha atención tengan mucho menos aceptación entre las audiencias actuales.
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Antes se hacían menos y “mejores” películas (o al menos, más complejas); ahora esta voracidad de consumo obliga a bajar la calidad para satisfacer la demanda. A esto se le suma que en el pasado no había una estadística sobre las audiencias, entonces se hacían productos masivos. Hoy estas plataformas permiten saber quién mira, a qué hora, desde qué lugar del mundo y en qué momento se aburrió y abandonó la serie.
Esto no es ajeno a la política donde pareciera que los antiguos partidos tradicionales que siempre se concentraban con la solidez de una roca hoy se fragmentan como arena en múltiples nichos. Lo cual, por supuesto, está representando todo un cambio no solo en la gestión pública sino también en la dinámica parlamentaria.
Este fenómeno se caracteriza por tres características principales: la fragmentación de los electorados que se dividen en grupos más pequeños y homogéneos, con intereses y valores específicos. La personalización de los mensajes políticos que se adaptan a cada nicho, creando una comunicación más directa y segmentada. Y la diversificación de los canales de comunicación (redes sociales, medios digitales, etc) versus los antiguos medios masivos de comunicación.
Ya no hablaremos de hacer el típico spot para "los jóvenes", donde se ven adolescentes ellos vestidos de científicos manipulando un brazo robótico. Ahora buscaremos sensibilizar, por ejemplo, a ese gran nicho de adolescentes (y adultos) "geeks", fanáticos de la tecnología, los nuevos dispositivos y los videojuegos. Ahí hay un nicho específico.
La comunicación de masas está llegando a su fin. Esta atomización hace que los mensajes políticos ahora tengan que llegar con más precisión al electorado de nicho y esto lo permite el uso estratégico de las redes sociales. Las plataformas digitales se convierten en herramientas clave para llegar a los nichos y construir comunidades en torno a inquietudes específicas hasta ahora no representadas por los discursos masivos y vacíos.
Como consecuencia, se verá un incremento de la polarización, ya que la segmentación puede exacerbar las diferencias entre grupos, por lo que la función del legislativo empieza a tener una importancia que hasta ahora no tenía, salvo en contadas excepciones.
Los concejales, por ejemplo, deberán cuidar mucho más celosamente su nicho de representación o bien buscarse urgentemente uno si quieren sobrevivir, ya que al ser superior la oferta electoral y tan volátil ya no podrán como antes ganar y olvidarse de sus votantes. Las redes sociales, a la vez que les permiten hoy un diálogo directo con su comunidad, también funcionan como una herramienta de supervisión sobre el desempeño de los mismos.
Se vendrán sin duda épocas de bloqueos y coaliciones desde todos los extremos de la política; la arrogancia y prepotencia parlamentaria de mayorías que lo convertían en meras escribanías del ejecutivo llegarán a su fin, ya que estarán obligados a tener buen diálogo hasta con los bloques más pequeños porque de aquí en adelante cada voto valdrá oro.
Los nuevos armados tienen necesariamente que surgir de necesidades genuinas con representantes que realmente expresen la identidad del nicho. Para esto es necesaria la participación ciudadana, por ejemplo a través de la creación de comunidades digitales. Es una manera ágil y eficaz para intercambiar ideas, realizar sondeos de opinión, propuestas y transmitir información. Además, le aporta transparencia a la toma de decisiones.
La política "on demand" ya es una realidad y no vale la pena perder tiempo intentando combatirla y aferrarse al viejo modelo. Lo positivo es que ofrece oportunidades para una mayor participación ciudadana y representación de intereses específicos. La democracia digital puede ser una herramienta clave para fortalecer la democracia y garantizar que la voz de la ciudadanía sea por fin escuchada.