ENFOQUE
La peligrosa situación del relleno sanitario tandilense
La ciudad necesita acciones concretas para abordar los desafíos ambientales
En las II Jornadas Internacionales de Investigación y Acción sobre los Residuos que se realizaron en nuestra ciudad quedaron en evidencia la gran cantidad de desafíos ambientales que existen en Tandil. La falta de espacio en el relleno sanitario, la inadecuada separación de residuos y la carencia de un enfoque transdisciplinario demandan una acción coordinada e integral entre Municipio, Universidad, organizaciones ambientales y ciudadanía.
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Hace algunas semanas se realizaron en nuestra ciudad las II Jornadas Internacionales de Investigación y Acción sobre los Residuos, organizadas por la Red de Investigación y Acción sobre los Residuos (RIAR) y la UNICEN. Con más de 80 presentaciones, talleres y paneles de debate y la participación de más de 300 personas de todo el país y del extranjero, fue una excelente oportunidad para revisar los desafíos que plantea la Gestión Integral de los Residuos Urbanos (GIRSU), así como para conocer distintas experiencias y herramientas disponibles para su implementación y mejora. En particular, fue una oportunidad para pensar en la situación de Tandil.
Empecemos por identificar cuáles son los desafíos del funcionamiento actual del sistema. El primero que podemos mencionar en Tandil es el relleno sanitario. En 2021 el espacio disponible para enterrar los residuos llegó al final de su vida útil y fue necesario, primero, usar un predio destinado a una planta de tratamiento de residuos como celda de relleno y desde 2023 directamente enviar parte de los residuos al viejo basural (lindante al relleno, sin membrana que proteja el suelo y las napas subterráneas) y parte al primer predio del relleno, clausurado en 2014 por haber recibido la cantidad de Residuos Sólidos Urbanos prevista (y un poco más también).
Sin embargo, el problema del relleno sanitario no es solo una cuestión de espacio. A las reiteradas denuncias de ocurrencia de quemas, se suma la acumulación de los líquidos lixiviados (aquellos que se forman del contacto del agua con los residuos). Estos líquidos, después de un tratamiento parcial, son regados sobre el relleno pero con cada lluvia se generan más líquidos y ya se ha demostrado que llegan al canal que desemboca en el arroyo Langueyú. Por otro lado, también podrían estar llegando a las napas, algo que solo puede saberse mediante la realización de análisis del agua de los pozos de monitoreo que tiene el relleno y su posterior comunicación pública.
Si estos líquidos son altamente contaminantes, es también porque no hay una correcta separación de los residuos. Al relleno han llegado y siguen llegando residuos de todo tipo, incluso peligrosos, y solo hace falta recorrerlo un poco para darse cuenta. Esto implica, por un lado, que muchos materiales aprovechables no se están aprovechando. Pero también que, aunque fuese cerrado mañana, sus lixiviados deberían seguir siendo recolectados y tratados durante décadas y debería monitorearse el agua superficial y subterránea durante al menos el mismo período.
Por otro lado, si bien hay un programa oficial de separación de residuos con Puntos Limpios (fijos y móviles) a los que la ciudadanía puede aportar ciertos materiales reciclables inorgánicos, el porcentaje que esto representa del total de RSU generados no se conoce con certeza, aunque sabemos que es muy bajo (ver https://mesagirsutandil.wixsite.com/misitio/blog para un análisis más detallado). Esto tiene que ver, en parte, con que la mayoría de nuestros residuos son orgánicos, fracción que no es parte de ningún programa de valorización.
Además, los materiales que deberían llegar a las organizaciones sociales parecen perderse en el camino y muchas veces no llegan. Hay una gran actividad de recuperación de reciclables a cargo de actores no reconocidos por el Municipio. Estos deben lidiar con los precios inestables de los reciclables, los aumentos de los servicios, combustibles y alquileres y del costo de vida en general, lo que pone en riesgo tanto el sustento de decenas de familias como la continuidad de la actividad de recuperación de residuos más importante de la ciudad. Vale la pena recordar que muchos de los recuperadores trabajan en el relleno sanitario, en condiciones muy precarias.
¿Y entonces, qué hacer?
Lo primero a tener en cuenta para pensar qué hacer es que la GIRSU es un problema complejo. Nos referimos a que, al igual que en el caso de la gestión integral de recursos hídricos, del transporte sostenible o de la transición energética (los problemas ambientales son en general complejos), la GIRSU tiene algunas características especiales:
· Hay muchos actores involucrados y cada actor tiene una visión distinta de la problemática (y no hay visiones “erradas”).
· Es “dependientes del camino”, es decir que no puede entenderse el sistema actual sin conocer su historia y necesitamos conocer su historia para cambiarlo.
· Está relacionada a procesos firmemente anclados en las estructuras y dinámicas societales.
· Hay muchas alternativas posibles a implementar para mejorar la situación actual.
· La información objetiva es escasa, la incertidumbre es alta y es difícil evaluar las alternativas.
· Hay restricciones económicas y barreras políticas y culturales a sobrepasar.
· Se relaciona con otros problemas complejos (por ej., la gestión de recursos hídricos, ya que, mal gestionados, los residuos pueden ser una fuente muy importante de contaminación del agua).
Además, la mayoría de este tipo de problemas involucran múltiples niveles de la organización política, económica y social, y en la mayoría de los casos los cambios a realizar son tan grandes que implican una transición en el sistema social y de infraestructura que puede durar décadas. Es por esto que una parte importante de la GIRSU se trata de planificar, hacer, controlar y corregir, como en el famoso ciclo de mejora continua. Las experiencias exitosas presentadas en las Jornadas responden a este tipo de acciones y los resultados de los programas Argentina Recicla (hoy descontinuado) y Mi Provincia Recicla (vigente), allí presentados, dan cuenta de esto. Obviamente, es necesario dedicar recursos.
Por otro lado, desde hace muchos años, cómo abordar los problemas ambientales complejos es materia de estudio, puntualmente en el campo de las ciencias ambientales o ciencias de la sustentabilidad. Se considera imprescindible un abordaje inter y transdisciplinario que permita obtener: 1) información de calidad sobre el funcionamiento actual del sistema; 2) información sobre a dónde se quiere ir, cuál es el estado deseado del sistema; 3) conocimiento sobre cómo pasar de un estado (actual) a otro (deseado), lo que llamamos conocimiento para la transformación. Nótese que esto implica trabajar con un gran abanico de interesados.
En este sentido, podemos mencionar dos experiencias relativamente recientes en nuestra ciudad, de las cuales participé activamente y que se caracterizan por abordar transdisciplinariamente la cuestión de la GIRSU.
Por un lado, la Mesa GIRSU, un espacio que funcionó principalmente entre 2016 y 2021 y que buscó congregar representantes de los distintos partidos políticos presentes en el Concejo Deliberante, del Ejecutivo, de la UNICEN y de las entidades relacionadas al funcionamiento del sistema de gestión de residuos (Cooperativa, ONGs, etc.). Si bien nunca logramos que se sume ni que se acerque un representante del Ejecutivo ni de su partido asociado, el trabajo de la Mesa incluyó: la puesta en común y discusión de información científica obtenida por la UNICEN, a través de talleres y lecturas, así como la solicitud de informes de acceso a la información pública (información sobre el sistema), aunque solo una vez fueron respondidos; la discusión de qué era la GIRSU y cómo podía pensarse para Tandil, sobre la base del estudio de casos (el estado deseado del sistema); la redacción y presentación de proyectos de ordenanza sobre Grandes Generadores, sobre la trazabilidad de los contenedores y sobre la creación de un Fondo para la promoción de las 3R (herramientas de transformación). A su vez, desde la Mesa advertimos tempranamente el riesgo relacionado al espacio del relleno sanitario y buscamos vulgarizar y llevar al debate público cuestiones importantes de la problemática (ver nuestro Blog).
El trabajo de la Mesa se interrumpió cuando avanzó el trabajo de la Mesa de Residuos del Acuerdo del Bicentenario (ABC), ya que todos los actores de la Mesa GIRSU participamos de esta, que además contaba con la legitimación tanto del Municipio como de la UNICEN. Este espacio funcionó entre 2018 y 2023, con varias interrupciones y dinámicas de trabajo discontinuas. Se realizaron en su ámbito algunas charlas expositivas y hacia el final discusiones acotadas a las posibles estrategias de valorización de las distintas corrientes de residuos. Sin embargo, no tuvo prácticamente encuentros a partir del 2022 y no se obtuvo de ese proceso ningún resultado tangible. De hecho, los grandes desafíos de los que hablamos al comienzo de este texto no fueron nunca abordados. Muchas de las cosas que se presentaron como resultado de esta Mesa del ABC en 2023, no coincidía lamentablemente con la experiencia que tuvimos quienes participamos del espacio.
Considero entonces que es fundamental retomar un trabajo serio y transdisciplinario, en el marco de una Mesa de Trabajo permanente, en donde se pueda debatir qué escenario futuro queremos para Tandil sobre la base de información fehaciente y evaluar, mediante metodologías multicriterio, cuáles son las mejores alternativas para transformar la gestión de los residuos de Tandil hacia el destino elegido. Sin embargo, por lo que dijimos más arriba, abordar solo un problema ambiental no es posible. Necesitamos una política ambiental integral para Tandil, es algo que no puede esperar más.
Doctor en Ciencias Ambientales, docente de la UNICEN y becario posdoctoral de CONICET. Actualmente es Coordinador de la Red de Investigación y Acción sobre los Residuos (www.riar.com.ar)