Desdoblamiento, al rescate de nuestras prioridades
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De ser consultados, posiblemente ningún tandilense olvidaría referir la importancia del desarrollo de la industria del software en nuestro polo tecnológico, el peso de las tasas municipales, la necesidad de potenciar el desarrollo productivo de la región o la mejora de los caminos para facilitar la logística de las empresas.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailSin embargo ninguna de estas temáticas -que demandan decisiones trascendentes para el crecimiento de Tandil- coincide con las prioridades del gobierno nacional.
Tampoco están insertos en estas últimas los lineamientos para definir de qué modo fortalecer la infraestructura de la UNICEN ni las nuevas estrategias para su desarrollo. El debate por el sistema de seguridad de los vecinos se esfumó hace tiempo del discurso oficial, al igual que una inquietud cotidiana que irrumpe en todas las calles: ¿no es tiempo de crear una verdadera fuerza seguridad municipal?
Y estoy refiriendo tan sólo algunas temáticas cruciales que están disociadas de la agenda del oficialismo nacional.
Es por esto que las elecciones provinciales y municipales deben ser separadas de las nacionales.
Para darnos la posibilidad de discutir nuestras propias prioridades.
Se trata de una elección de medio término donde la polarización no suma, donde lo esencial es escucharnos, y analizar todas las propuestas para nuestro municipio y para nuestra provincia.
Los temas importantes son nuestros temas y esto es impostergable para los tandilenses que sabemos que no podemos descuidar a ninguno de nuestros sectores: el trabajo, la producción agropecuaria e industrial, el comercio, la ciencia, la educación, el arte, la salud, los jubilados.
Soy de los que creen que lo general y lo particular deben convivir armoniosamente, que lo global y lo local necesitan estar en sintonía, que el proyecto de una Argentina normal, una provincia de Buenos Aires con derecho a un futuro mejor y un Tandil pujante son parte de un mismo engranaje.
Sin embargo, también soy de los que creen que ese cambio debe empezar por casa y que para que cambie el mundo primero tenemos que cambiar nosotros.
Es hora de dar el primer paso y empezar por Tandil.
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