Jubilados y militantes opositores marcharon en calma al Congreso
Jubilados y militantes de partidos políticos opositores al Gobierno volvieron a marchar y en esta oportunidad no se registraron los desmanes de la semana anterior, cuando hubo serios enfrentamientos.
La mayor diferencia que se percibió en la movilización de ayer fue la poca presencia de hinchas de fútbol, a los que el Gobierno había aludido en los días posteriores como “barrabravas” para responsabilizarlos por la violencia.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailA pesar de que se registraron algunas corridas y forcejeos, además de algún intento de derribar las vallas dispuestas, esta vez la situación no se salió de control.
De este modo no se vivieron episodios como los de la semana anterior, que incluyeron pedradas, la quema de patrulleros o el ataque recibido por el fotoperiodista Pablo Grillo de parte de los uniformados.
La marcha se inició a las 16, antes de que dentro del recinto de la Cámara de Diputados el oficialismo se anotara el triunfo de aprobar el DNU del acuerdo con el FMI, y finalizó dos horas después, cuando comenzó a desconcentrarse la zona del Congreso, sin que se registraran mayores incidentes con la Policía.
Con pocos hinchas, los que ganaron protagonismo en esta marcha fueron sectores políticos como la agrupación kirchnerista La Cámpora, que había convocado a marchar, y sectores sindicales con las dos CTA a la cabeza, mientras hubo menos protagonismo de la CGT, además de las organizaciones sociales con referentes que habían formado parte del anterior gobierno de Alberto Fernández.
Reclamos
En la marcha, integrantes del Plenario de Trabajadores Jubilados realizaron un acto improvisado en la plaza del Congreso, en el que pidieron la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y le exigieron a la CGT la convocatoria a un paro general, que la central obrera ya anticipó que llevará a cabo el mes próximo y cuya fecha exacta se definirá mañana.
A su vez, pudieron verse varias consignas en solidaridad con el fotógrafo Pablo Grillo, herido gravemente el miércoles pasado por un disparo efectuado por un efectivo de la Gendarmería Nacional.
El cronista permanece en el Hospital Ramos Mejía y, en las últimas horas, mejoró su cuadro.
Como en esta oportunidad hubo una menor convocatoria de manifestantes en comparación a la del miércoles pasado, el amplio operativo que montó el Ministerio de Seguridad terminó siendo excesivo.
Más de 2.000 efectivos, entre policías de la Ciudad y fuerzas federales, fueron movilizados al Congreso y sus alrededores a fin de contener la marcha ante la chance de que pudieran desatarse situaciones de violencia como la semana previa, lo que finalmente no sucedió. NA
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