REPUDIO
La gran popularidad de la ultraderecha en Alemania moviliza y preocupa al país
El crecimiento de la extrema derecha alemana y el debate sobre si hay que proscribir partidos que sostienen ideologías racistas y xenófobas, mantienen en alerta a un país que lleva días de movilizaciones en repudio.
Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas en alemán) es un partido de ultraderecha muy importante, sobre todo en el este del país, que capta alrededor de un 23 por ciento de los votos, siendo la segunda fuerza más popular a nivel nacional, después de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), con un discurso abiertamente racista, antimigratorio y antieuropeo.
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“Es un partido relativamente nuevo, que se creó en 2014, pero que tuvo un crecimiento pronunciado a partir de 2015 a raíz de la llegada de cerca de 900 mil refugiados a Alemania en poco tiempo, en su mayoría desde el Medio Oriente”, explicó a Télam Andrés Horacio Reggiani, profesor investigador del Departamento de Estudios Históricos y Sociales de la Universidad Torcuato Di Tella.
Esto se debe a que “la popularidad del gobierno ha decaído, en parte por la situación internacional, la guerra en Ucrania, el aumento de los costos de energía, la inflación”, sumado a “la falta de avances en materia de transición hacia energías limpias y la digitalización”, cuestiones que han alejado al votante más moderado del actual gobierno, formado por una coalición entre socialdemócratas, ecologistas y liberales, enumeró desde Berlín.
Además, agregó otro factor que son los “tractorazos”, las protestas impulsadas por los sectores rurales debido a la quita de subsidios al sector agrícola, lo que generó una situación difícil para el mantenimiento de la actividad en muchas regiones.
Estimaciones
Se cree que la extrema derecha pueda formar gobierno en los estados de Brandeburgo, Turingia y Sajonia en las elecciones de septiembre.
“Paralelamente a la cuestión migratoria y crisis económica, lo que aparece es una capacidad de este partido de capitalizar el descontento, que tiene que ver con un debilitamiento de lo que eran antes los partidos mayoritarios” sumado a “una discusión sobre identidad y valores” donde las personas del este se sienten desfavorecidas con respecto a las del oeste, detalló a esta agencia Franco Delle Donne, doctor en Comunicación, desde la ciudad de Wurzburgo, al sureste de Alemania.
El último episodio que tuvo al partido como centro del escándalo se produjo hace unas semanas, luego de que el medio de investigación Correctiv reveló que altos cargos de la AfD, así como miembros del Movimiento Identitario, y otros reconocidos actores de cercanía con figuras de la ultraderecha y neonazis, se reunieron de forma secreta el 25 de noviembre en Potsdam, cerca de Berlín.
Según trascendió, el encuentro se concretó para discutir, en el caso de acceder al gobierno, la deportación de todos aquellos inmigrantes, refugiados, solicitantes de asilo e incluso alemanes con raíces migratorias, es decir, hijos de extranjeros nacidos en Alemania.
Esto provocó indignación y protestas en las calles que aglutinaron miles de personas contra la AfD en varias ciudades alemanas. (Télam)