EL LÍBANO
Hundido en la crisis, Beirut conmemoró el primer aniversario de la gran explosión
Miles de personas protestaron en las calles de Beirut en el primer aniversario de la devastadora explosión en el puerto de la capital del Líbano.
Los manifestantes se mostraban unidos en el dolor y la indignación para exigir el final de la impunidad de los responsables y justicia para las miles de víctimas de la peor catástrofe del país en tiempos de paz.
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Los bancos, comercios y organismos públicos amanecieron cerrados luego de que se decretara una jornada de duelo nacional por el aniversario, que coincide con un colapso económico y financiero sin precedentes y una parálisis política que desde hace un año tiene sin Gobierno efectivo al país árabe de Medio Oriente.
Ningún responsable ha sido llevado hasta ahora ante la Justicia, pese a que las autoridades reconocieron que la catástrofe del 4 de agosto de 2020 fue provocada por la deflagración de cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un depósito abandonado del puerto sin las debidas medidas de precaución.
El estallido dejó 214 muertos, más de 6.500 heridos y barrios enteros arrasados, y días después provocó la renuncia del Gobierno del primer ministro Hassan Diab, quien, junto al presidente Michel Aoun, y muchos otros funcionarios habían sido alertados de los peligros que implicaba la presencia del nitrato de amonio en el puerto.
Unas 300 mil casas quedaron destruidas o dañadas por la que fue una de las explosiones no nucleares más potentes de la historia, que provocó daños materiales por unos seis mil millones de dólares.
El estallido fue tan fuerte que se escuchó en la isla mediterránea de Chipre, a 200 kilómetros de Beirut.
Una investigación oficial en curso está largamente estancada, y todavía no hay repuestas a algunas de los interrogantes más básicos, como quién ordenó el almacenamiento del químico, que fue confiscado a un barco en 2013, y por qué tantos funcionarios ignoraron advertencias sobre los riesgos.
Manifestaciones
Varios miles de personas tomaron ayer las calles en protestas a la entrada del puerto, frente al Palacio de Justicia y el cuartel central de los bomberos, así como en barrios alcanzados por la explosión, y al menos seis personas fueron hospitalizadas y decenas tuvieron que ser atendidas cerca del Parlamento libanés, cuando la policía reprimió las reprimió con bombas lacrimógenas y carros hidrantes.
Los manifestantes cantaron consignas contra el Gobierno y toda la clase política del país, a la que acusan del desastre y de años de corrupción y desmanejo que sumieron al Líbano en la bancarrota y en una devaluación galopante a la que las autoridades respondieron con un “corralito” a los ahorros bancarios.
“Exigimos justicia. Exigimos que todos respondan por sus acciones”, dijo Tatiana Hasrouty, cuyo padre murió en la tragedia, en la manifestación en el acceso al puerto.
“Los políticos le temen al pueblo. Si los presionamos, podremos obtener justicia. Todo lo que podemos hacer es protestar, para que nos tengan más miedo”, agregó en declaraciones a la cadena de noticias Al Jazeera, de Qatar.
Enfrentamientos
Algunos manifestantes arrojaron piedras contra las fuerzas de seguridad, que respondieron con gases lacrimógenos y camiones hidrantes. Además, hubo policías que golpearon a manifestantes con sus porras.
La represión dejó decenas de heridos, seis de los cuales tuvieron que ser hospitalizados, informó la Cruz Roja local, citada por la agencia de noticias AFP.
A unos centenares de metros de allí, en paralelo, se celebraba una misa, cerca del puerto, en homenaje a las víctimas de la enorme explosión que arrasó barrios enteros de la capital libanesa el 4 de agosto de 2020.
En un reflejo del enfado con la clase política, carteles gigantes con duras críticas a las autoridades fueron colgados de las destruidas fachadas de edificios ubicados frente al puerto.
“Aquí empieza nuestro fin y nuestro comienzo”, se leía en uno de los posters, que ocupaba cinco pisos de un edificio de departamentos.
“Rehenes de un Estado criminal”, decía otro. (Télam)