En San Marino, la legalización del aborto contó con un amplio apoyo por parte de los votantes
Era uno de los últimos países de Europa donde el aborto es ilegal bajo cualquier circunstancia. Una prohibición que data de 1865.

Cuarenta y tres años después de que lo hiciera la vecina Italia, la pequeña república de San Marino votó en un referéndum la legalización del aborto, una cuestión muy controvertida en este microestado de fuerte tradición católica.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLos activistas esperan que esta pintoresca república, situada en la ladera de una montaña en el centro de Italia, se alinee con la mayor parte de Europa en el levantamiento de lo que actualmente es una prohibición absoluta de interrumpir un embarazo.
Pero la influencia de la Iglesia católica sigue siendo fuerte y el papa Francisco reiteró la semana pasada su posición inflexible afirmando que el aborto es "un asesinato".
Junto con Malta, Andorra y el Vaticano, San Marino es uno de los últimos lugares de Europa que tiene una prohibición total del aborto, incluso en casos de violación o incesto, de graves daños al feto o de riesgo para la vida de la madre.
Casi ocho de cada 10 ciudadanos de San Marino se pronunció a favor de la legalización del aborto en un referendo, según los resultados provisionales publicados por el Ministerio del Interior.
En 33 de los 37 centros de votación, 77 por ciento de los ciudadanos se pronunció a favor de conceder a las mujeres la libre elección de abortar hasta las 12 semanas de embarazo o en caso de amenaza para la vida de la madre o de malformaciones en el feto, según la agencia de noticias AFP. El referendo fue impulsado por la Unión de Mujeres de San Marino (UDS). La pregunta fue si se debe permitir o no el aborto hasta las 12 semanas de embarazo.
A partir de la duodécima semana, el aborto solo se permitiría si la vida de la madre estuviera en peligro o en caso de anomalías fetales que pudieran perjudicar a la mujer física o psicológicamente.
UDS
"Esperamos ganar, la mayoría de los jóvenes están de nuestro lado, porque es un tema que afecta directamente sus vidas", había dicho Francesca Nicolini, una médica de 60 años y miembro de la UDS. "Es inaceptable tratar de criminales a las mujeres que se ven obligadas a abortar", sostuvo.
En la actualidad, el aborto conlleva una pena de hasta tres años de prisión para la mujer y de seis años para el médico que realiza el procedimiento. Sin embargo, nunca se condenó a nadie. Las mujeres que deciden abortar suelen viajar a Italia para hacerlo.
La oposición a la despenalización del aborto parecía fuerte y estuvo liderada por el gobernante Partido Demócrata Cristiano, de fuertes vínculos con la Iglesia católica.
El obispo de San Marino-Montefeltro, Andrea Turazzi, señaló que la Iglesia está "decididamente en contra", recordando las palabras del papa Francisco la semana pasada. "Científicamente es una vida humana. ¿Es correcto acabar con ella para resolver un problema?", dijo el pontífice a los periodistas de regreso de su viaje a Eslovaquia.
"La población está muy dividida sobre el tema", afirma Manuel Ciavatta, vicesecretario del Partido Demócrata Cristiano, que cuenta con algo más de un tercio de los diputados.
"E incluso en el parlamento, hay miembros de partidos progresistas que están en contra del aborto, y diputados de la derecha que están a favor del derecho al aborto, especialmente en casos de violación o de anomalías fetales", indicó.
No obstante, Ciavatta afirmó que, sea cual sea el resultado, su partido "respetará la voz de los votantes". (Télam).
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