Guerra en Gaza
El drama de las víctimas argentinas de Hamás, a un año de la masacre del 7 de octubre
El 7 de octubre de 2023 miles de milicianos del Hamás invadieron Israel por aire y por tierra y atacaron en forma sorpresiva desde la Franja de Gaza. Unos 43 ciudadanos con doble nacionalidad argentina-israelí fueron afectados por ese ataque terrorista. Newsweek habló con todas las familias de esos rehenes y con sobrevivientes de aquel infierno.
Unos 43 ciudadanos con doble nacionalidad argentina-israelí fueron afectados por el brutal ataque terrorista perpetrado por el grupo Hamas el 7 de octubre de 2023 en Israel.
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De esa cantidad, 24 murieron y hubo una veintena de secuestrados, de los cuales algunos volvieron, pero restan ocho que aún están retenidos en la Franja de Gaza.
Newsweek habló con todas las familias de esos rehenes y con sobrevivientes de aquel infierno.
El 7 de octubre de 2023 se abrieron las puertas del infierno. Miles de milicianos del Hamás invadieron Israel por aire y por tierra. Y atacaron en forma sorpresiva desde la Franja de Gaza.
Ciudades, kibutz, calles, rutas y hasta una fiesta electrónica se convirtieron en escenarios de una masacre sin precedentes.
Los terroristas asesinaron a 1.200 personas y secuestraron a 250, además de cometer todo tipo de delitos, violar mujeres, mutilar personas e incendiar todo lo que encontraban en su camino.
Hubo víctimas de las más diversas nacionalidades. Pero Argentina fue una de las naciones extranjeras más sacudidas.
Ahora, al cumplirse el primer aniversario de aquella masacre, el registro señala que al menos 43 argentinos-isrelíes figuran en la nómina de los afectados: hubo 24 muertos (dos en cautiverio); 8 secuestrados que aún permanecen raptados en la Franja de Gaza y otros 12 que lograron volver a sus hogares (10 por el intercambio de prisioneros de fines de 2023 y dos rescatados por las Fuerzas de Defensa Israelí en un mega operativo), además de los dos que murieron retenidos.
Los 22 que fueron tomados como rehenes y llevados a Gaza ubican a la Argentina entre los países con más secuestrados por Hamas, casi el 10% del total. Cada una de esas historias es un drama en sí misma.
El reclamo porque devuelvan con vida a aquellos que aún permanecen en manos de Hamás no cesa.
Ofelia Feler Roitman, de 77 años, es literalmente una de esas sobrevivientes. Pasó 50 días encerrada en una casa de familia en la Franja de Gaza, sin ventanas y casi sin comida, hasta que fue intercambiada –a fines de noviembre- por prisioneros palestinos junto a otras mujeres y niños secuestrados.
En ese encierro, Ofelia no tenía idea de lo que estaba pasando ahí afuera. Sólo hacía esfuerzos permanentes para no enloquecer.
Hoy, habiendo pasado un año de aquella pesadilla que la sigue persiguiendo, señala a Newsweek: "Todo esto es muy doloroso para los que estuvimos adentro y que pudimos salir. Tenemos que hacer la fuerza necesaria para que los que aún están en Gaza puedan volver. Estén vivos, pensamos que sí, o estén fallecidos. Que puedan llegar a su tierra y ser auxiliados en los hospitales o enterrados".
Aquella siniestra mañana del 7 de octubre, Ofelia -que es tía del periodista deportivo Hernán Feler- estaba sola en su casa del kibutz Nir Oz. Su marido, Héctor Roitman, estaba internado en un hospital por una operación de cadera. Aún recuerda el terror cuando comenzaron a sonar las sirenas.
Eran alrededor de las 3:30 de la madrugada cuando Ofelia empezó a escuchar voces en árabe que se aproximaban. Supo que algo inédito estaba ocurriendo. Los terroristas dispararon ocho veces contra la puerta de su habitación de seguridad y al ingresar le balearon el brazo.
Así, sangrando, arrastraron a esta abuela de 77 años y la tiraron como "una bolsa de arena" en un tractor. Y la condujeron a la frontera. `Bueno, Ofelia, te llegó tu turno`, se dijo.
Ya en Gaza la llevaron a un túnel. Allí un médico no quería atenderla por ser judía.
La operaron, después de hacerla desvestir por completo: "Tuve mucho, mucho miedo de que me hagan algo".
Permaneció 49 días casi sin comida en esa pequeña casa sin ventanas donde descubría cuándo era un día u otro por los cinco rezos diarios que escuchaba. Debajo de su cama se oían ruidos permanentes y supo que era porque allí había túneles con bombas que se lanzaban hacia Israel.
Ella estaba confinada en una habitación donde sólo había una cama, una mesa de luz y una vela.
La familia dueña de casa había dejado a sus hijos en una escuela para evitar los bombardeos israelíes. Descubrió que la mujer –una enfermera que le cambiaba las vendas- y su marido sólo volvían a la casa de noche.
Entonces se animó a salir un poco más de la habitación y a caminar en círculos para hacer ejercicio y no enloquecer. Bajó 12 kilos.
Así llegó el día 49 donde le dijeron que la iban a trasladar: "Empecé a temblar porque pensé que me llevaban a una de esas cuevas".
Pero no, fue al hospital Jan Yunis donde se emocionó al escuchar por primera vez voces en hebreo. Y se fundió en un abrazo eterno con dos vecinas.
Un par de días después llegó el momento más esperado: primero fueron las madres con niño y después ellas, las mujeres adultas mayores, las que lograron ser intercambiadas por prisioneros palestinos que estaban encarcelados en Israel.
Las subieron a ambulancias de la Cruz Roja, las llevaron del otro lado de la frontera al kibbutz Kerem Shalom, pegado a Gaza.
Luego, en helicóptero hasta un hospital, donde fueron recibidas con aplausos por el personal.
Y llegó el esperado reencuentro con sus familias. Todo fue emoción y felicidad. Un verdadero milagro en medio del horror.
Ofelia volvió a Nir Oz en una visita especial cuando fue el presidente argentino, Javier Milei, quien se mostró muy interesado en su historia.
Una vez en la casa, ella contó que Milei "se arrodilló" y le dijo: "`Contame cómo pasó`. Le conté el minuto que me vinieron a buscar, nada más. No le conté todo lo que pasó en Gaza. Y cuando salió le dije que hagan lo imposible para que venga toda la gente que está ahí. Y me contestó que sí".
En el mismo kibutz de Nir Oz –donde secuestraron a más de la mitad de los argentinos- la familia Cunio también vivió una verdadera pesadilla.
Pesadilla que se extiende hasta hoy en día porque los hermanos David y Ariel –con su novia Arbel Yehud- siguen secuestrados en la Franja de Gaza.
En el caso de David, fue visto por última vez en un hospital cuando fue separado de su esposa Sharon y sus hijas mellizas Julie y Emma, (además de su cuñada Danielle Aloni y su hija Emilia) cuando ellas fueron entregadas a Israel en el intercambio de prisioneros de noviembre de 2023.
Pero aquella madrugada del 7 de octubre de 2023, toda la familia Cunio sucumbió. Los terroristas intentaron atacar la casa de los otros hermanos, Eitan (gemelo de David) y Lucas, y también la de sus padres José Luis y Silvia.
"No se pueden imaginar ni lo que vivimos en ese momento, ni lo que vimos después de que salimos de los cuartos de seguridad de nuestras casas", confiesa Silvia Cunio a Newsweek.
Los terroristas no pudieron abrir el refugio en el que se protegieron con su esposo José Luis. "Mi marido, gracias a Dios, tuvo la fuerza para sostener el picaporte de la puerta las cuatro veces que intentaron abrir. Y lo mismo pasó con mi hijo Lucas. Pero los otros tres no tuvieron la misma suerte".
Eitan, su esposa y sus dos hijas (de cuatro y dos años), casi mueren asfixiados por el humo del incendio provocado por los terroristas, pero los salvaron unos amigos que los rescataron cuando ya estaban desvanecidos.
En cambio, su gemelo David no tuvo la misma suerte. También le quemaron la casa y como se estaban asfixiando, trató de sacar a una de sus hijas para llevarla a la de un vecino y los atraparon.
Luego se lo llevaron en un tractor junto a su esposa Sharon y a su hija Julie. Y a su cuñada Danielle (que estaba con su pequeña Emilia) la secuestraron junto a la otra niña de David, Emma, en otro tractor, separándolos.
Es más, a esa pequeña luego se la arrebataron a su tía y durante mucho tiempo sus padres no supieron nada de ella.
El desgarrador reencuentro se dio 10 días después y de casualidad en un hospital. "¡¡¡Esa es Emma!!!", gritó Sharon, al escuchar un irreconocible llanto a la distancia. Y era.
Sin embargo, al día 52, volvieron a separar a la familia cuando liberaron primero a Danielle y su hija Emilia; y después a Sharon, Julie y Emma. De David no supieron nada más. (NA).