Detenciones y repudio político en Cataluña
La última noche de protestas y disturbios en Cataluña por la detención del rapero Pablo Hasél terminó con 14 nuevas detenciones, según informó la policía local, y con el repudio desde Madrid del oficialismo socialista y la oposición conservadora del Partido Popular (PP).
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“Creemos firmemente en que todo se puede defender en nuestro país, pero nunca la libertad se puede defender con violencia”, sentenció el secretario de Relaciones Institucionales del PSOE y vicepresidente Primero del Congreso de los Diputados, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, según reprodujo la agencia de noticias Europa Press.
El funcionario condenó “enérgicamente” y “con contundencia y sin paliativos” las continuas jornadas de protestas que terminan con noches de disturbios, con contenedores de basura incendiada y locales saqueados.
En medio de la negociación de su partido para formar una coalición de Gobierno y poner fin a los últimos años de dominio independentista en Cataluña, el dirigente del PSOE se solidarizó con las fuerzas de seguridad que están enfrentando los disturbios: “la Guardia Urbana, los Mossos (la fuerza local) y de la policía”.
Desde el otro lado del espectro político, el vicesecretario nacional de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, calificó los disturbios como “terrorismo callejero” y exigió al ministro de Interior del Gobierno central, Fernando Grande-Marlaska, que convoque “de urgencia” la Junta de Seguridad de Cataluña para que coordine la respuesta de todas las fuerzas presentes en Cataluña.
Para Montesinos, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez Gobierno “se calla, guarda silencio y agacha la cabeza” en Madrid mientras crecen las protestas en Cataluña.
Sin embargo, Sánchez ya repudió los disturbios, al igual que algunas de las máximas autoridades catalanes, como el presidente interino del Gobierno regional, el independentista Pere Aragonés, y la intendenta de Barcelona, Ada Colau.
Medios locales estimaron que fue una de las jornadas más violentas desde que el rapero Hasél fue encarcelado por criticar a la monarquía en sus redes sociales, una decisión judicial que fue condenada por miles de personas en las calles como una afrenta a la libertad de expresión.
El cantante trató de “mafioso” al rey emérito Juan Carlos I, exiliado en una de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico y acosado de denuncias de corrupción. Además, elogió a personas vinculadas en atentados en el país y acusó a la policía de matar y torturar a migrantes y manifestantes.
Los manifestantes destrozaron mobiliario urbano y oficinas bancarias, saquearon varios comercios y hasta incendiaron un furgón policial y atacaron un hotel, según la agencia de noticias AFP. (Télam).