Escribe Ana Pérez PorcioTiene una rica historia de vida en el extranjero. Primero estuvo en Nueva Zelanda, la&nbsp; tierra de la gran nube blanca como le llaman. Fue a ese país de Oceanía&nbsp; como tantos jóvenes argentinos aprovechando un convenio que existe entre ambas naciones: “Después de hacer el profesorado de inglés en el colegio San José, decidí perfeccionar el idioma eligiendo Nueva Zelanda. Comencé trabajando en una cadena de hoteles, hice la carrera de hotelería y me recibí de chef”, cuenta Andrés refiriéndose a aquellas primeras etapas de lo que sería una intensa vida en el exterior-Nueva Zelanda es bella por donde se la mire ¿Qué ciudad elegiste?-Auckland, la capital. con su famosa Sky Tower; sin embargo, como viví once años en San Martín de los Andes quería ir a un lugar parecido y me hablaron mucho de Queenstown en la isla sur. Es increíble, un pueblito al lado del lago Wakatipu y con dos centros de esquí. Un lugar maravilloso, un resort de invierno de 18 mil habitantes.&nbsp;-Muchos jóvenes optan por estudiar y trabajar en ese país. ¿Encontraste compatriotas?-¡Sí! Y en la actualidad hay muchos más. Sucede que Argentina tiene un convenio con Nueva Zelanda (Working Holiday) por el que durante un año te permite trabajar y viajar. En el momento en que me fui daban aproximadamente unas doscientas visas, ahora están dando mil, de modo que pasan muchos argentinos por año por allá.-¿Trabajando en qué ocupaciones?-De todo. Un laburo muy popular es el de los viñedos, plantaciones de frutas y&nbsp; es muy lindo en verano durante un par de meses, ganás un poco de plata y –como hace mucha gente- desde Nueva Zelanda te vas para el sudeste asiático, Tailandia, Vietnam, Camboya y volvés a Argentina. Los kiwis (nativos de Nueva Zelanda) son las personas más simples y amigables que se pueda imaginar. Es un país chico donde continúan y cuidan sus tradiciones, como el valor de la palabra, entre otras cosas. El día que llegué a Queenstown, estaba repartiendo currículums y conocí al dueño de una vinería, le dije que era argentino y nos quedamos hablando del Malbec argentino. Charlamos y me dijo que por el momento no tenía trabajo pero me preguntó dónde me quedaba -yo estaba en un hostel- y pidió que esa noche fuera a su casa a conocer a su familia y a comer. Tenía un cuarto que alquilaban detrás de la casa. Me lo ofreció sin cobrarme hasta que encontrara trabajo. Al tiempo conseguí y viví allí un par de meses. Una familia maravillosa.Mucha gente pasa por poco tiempo y si te contratan necesitan que te quedes por lo menos por la temporada, tres o cuatro meses y mucha gente al mes se va, pero no lo hacen únicamente los argentinos.-¿Cómo es la vida?-Súper tranquila, un lugar de una belleza natural increíble, gente con mucha conciencia de la naturaleza. Si pueden guardar agua y no utilizarla, lo hacen. Reciclan todo. Es un ejemplo de país, pero chiquito, fácil de manejar y con muchos recursos.La entrevista“La diferencia con Argentina es que uno allá puede laburar y estudiar con tranquilidad, hacer las dos cosas sin problemas. Cuando me recibí volví a Argentina a pasar un año sabático y estando acá, casi de casualidad, charlando con una amiga que es tripulante de cabina de Emirates me enteré que estaban buscando tripulantes de cabina. No lo tenía como una posibilidad segura, además me habían ofrecido volver a Nueva Zelanda a trabajar. De todos modos fui a la entrevista que duraba todo un día y coordinaban dos psicólogas. De 140 personas quedamos diez. Las pruebas tenían muchas instancias y se evaluaba más que nada el trabajo en equipo. Claro, si vas a estar&nbsp; quince horas dentro de un avión con la misma gente ¡no podés ser muy individualista que digamos! (Risas) Y así fue que vine a vivir a Dubai en 2011.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/07/andres_herbon.jpg" alt="aNDRÉS hERBÓN - 1"><figcaption>Andrés Herbón</figcaption></figure>Musulmanes de jean y zapatillas¿Cuál fue tu primera impresión?-Que todo era gigante, impresionante. Miro el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa y es una locura, no lo puedo creer. Recuerdo que llegué de noche y hacía 29º. Un calor tremendo. Al otro día salí a caminar,&nbsp; fui a la playa a sacar fotos y tuve mi primer encontronazo con la cultura: había unas señoras caminando todas tapadas con su vestimenta típica y les tomé una foto, no sabía que estaba prohibido. Un policía se me acercó preguntándome si era turista, le dije que había llegado la noche anterior a vivir. Me perdonó pero&nbsp; me hizo borrar las fotos de la cámara. Arranqué mal.-¿Todas las mujeres musulmanas usan burka, chador, hiyab para cubrir sus cabezas?-Hay muchas&nbsp;que no. No es un tema tanto de religión sino cultural. Incluso los hombres usan la kandura (prenda larga color blanco) pero es como si acá anduviéramos con el típico traje del gaucho. Es más tradicional que religioso. Por otro lado hay muchos musulmanes que van&nbsp; a la mezquita de jean y zapatillas.&nbsp;-Allá no hay pobreza sino ostentación, pero como algo natural.-Una persona por ser local (emirati) tiene acceso a salud, educación, vivienda, todo pago por el Estado. Incluso los sueldos son mejores para los locales que para un inmigrante.Dubai es el país (de los árabes) que tiene más abierta la mente. El 85% de la población está integrada por expatriados, inmigrantes. Sólo el 15% es local. Igualmente es un poco extremo decir que no hay pobreza. Hay mucha gente que gana poco para lo que es el costo de vida, pero es mucho dinero cuando lo comparan con lo que ganarían en su país natal.Costumbres argentinas-¿Cómo es tu vida mientras estás en tierra?-La compañía nos paga un diferencial para alojamiento. Yo alquilé un departamento en una zona muy tranquila de Dubai. Es una especie de barrio cerrado, pero sin barreras, controles, como uno en Buenos Aires por ejemplo. Es bueno vivir un poco apartado del centro de la ciudad. Hay bastante verde (para lo que se puede esperar en el desierto), casi nada de tránsito y se puede comprar todo lo que uno pueda llegar a necesitar en el día a día.&nbsp;-El clima es todo un tema ¿Te acostumbraste?-Durante ocho o nueve meses al año en Dubai podés estar afuera, tiene un clima espectacular,&nbsp; pero los tres meses de verano son imposibles. Uno va de casa al shopping o cualquier lugar dónde haya aire acondicionado, porque hay días de hasta 50º. El horario para ir a la playa en verano es a las seis de la mañana dos horas, porque a los ocho ya hace 35º. En verano es medio una ciudad fantasma porque no se ve, prácticamente, gente en la calle. El resto del año es fantástico, playas hermosas de aguas turquesas y mil actividades para hacer afuera. Tenemos un grupo de argentinos muy grande y jugamos al fútbol, nos anotamos en torneos, tenemos muchos asados en el desierto, algo muy loco de allá. Acostumbramos mucho a juntar un par de camionetas, algunas carpas y organizamos campamentos en el desierto. Con Alejo y con Juampi, creo que a uno lo conocés muy bien (por Alejo Pissani y Juampi Legarra), nos fuimos a pasar una noche a un lugar cerca de un Oasis.&nbsp;-¿Cómo se manejan con el alcohol?-Para comprar se necesita una licencia. No es algo que esté prohibido, pero no se hace en la vía pública; solo en tu casa sos libre, y dentro de los locales que se puedan vender que son hoteles, restaurantes y bares que estén dentro de un hotel, por razón de ser internacionales.-¿Es como un lugar de fantasía?-Claro, porque imaginarse que en medio del desierto haya una pista de esquí, parques de agua, el centro comercial más grande del mundo…-¿Todo es muy caro?-Sí (risas) Nosotros ganamos en la moneda local que es el dirham. Si bien es caro, los sueldos son acordes a lo que cuestan las cosas. O por lo menos en nuestro caso.&nbsp;Amigos de todo el mundo¿En qué invertís el ocio?-Tenemos bastantes días libres, antes y después de los vuelos por lo que pasamos bastante tiempo en Dubai. Siempre tenés tu grupo de amigos, es una vida bastante normal, no es tan diferente como viviría acá porque estoy con compatriotas. Nosotros hicimos un curso antes de empezar a trabajar, un curso de instrucción para volar donde yo era el único argentino, tenía compañeros de Japón, Senegal, Paraguay, Australia, Turquía, Egipto, Canadá, de todos lados. Y sigo en&nbsp;contacto con ellos.&nbsp;-¿Se extraña Argentina?-Es imposible no extrañar (risas) Casa es casa. Trato de hablar mucho con mis viejos y mis hermanos, pero hoy en día es mucho más fácil con los medios de comunicación, las redes y con las facilidades que tengo para estar en Tandil.-Contanos de tu trabajo a bordo-No es para todos. El trato con gente a veces puede ser frustrante. Actualmente soy supervisor de cabina y en el aire sos amigo, psicólogo, doctor, policía, chef. Todo junto. Siempre me preguntan si en algún vuelo tuve miedo. Pasan cosas. Sí tuve un vuelo con una turbulencia muy fuerte en la que pegué la cabeza con el techo del avión, pero fue después de años de volar. La gente piensa que sucede en todos los vuelos, pero no es así. Tuve casos médicos, pánico a bordo, gente que quería abrir puertas. Alguien que nos amenazó con una bomba a bordo.&nbsp;-Decir bomba arriba del avión es nombrar la palabra prohibida-No terminó de decir la palabra que había cinco arriba del tipo. Estaba borracho, no le queríamos servir más alcohol y nos amenazó con esto de la bomba. Lo arrestamos y cuando llegamos al aeropuerto lo entregamos a la policía. Estás allí arriba y en algún momento tenés que improvisar.-Con el 11 S cambió todo. ¿Los tripulantes de Emirates sufren algún tipo de revisión especial?-Pasa un poco eso sobre todo en Estados Unidos que tiene una política de aduanas que es terrible y es la paranoia total. Da la sensación de que a ciertas personas las revisan más. Me ha pasado a mí, antes de volar; tengo una cara que con pelo largo y barba se puede confundir. Me paraban en los aeropuertos y me ponían al costado, me revisaban el equipaje, de dónde venía. Y cuando mostraba el pasaporte argentino y decía que era católico, pasaba, pero ¡he pasado momentos feos!&nbsp; Si bien como tripulantes tenemos un paso mucho más simple por inmigración y aduana, no estamos exentos de nada; de modo que tenemos las mismas reglas que los pasajeros. Pero nos pasa en algunos destinos que nos prestan más atención justamente por ser tripulación.-¿Ustedes cómo lo viven?-Es algo de lo que no se habla mucho, pero sí, muchas veces las personas que son las que revisan más a menudo hacen chistes al respecto “¡Uy, qué sorpresa, me pusieron al costado nuevamente!”. No es algo que tampoco sea muy cómodo porque&nbsp;un iraquí, un egipcio o un libanés no tienen la culpa de que en Estados Unidos estén con la paranoia con la gente de Medio Oriente.-¿Te cambió la cabeza?-Sí. En muchas cosas es una cultura complicada. Creo que las cosas que hoy se ven que están pasando con los grupos islámicos es una porción demasiado pequeña de la comunidad musulmana. Hoy se tiene la idea de que una persona con un turbante es un terrorista. Conozco y tengo muchos amigos musulmanes que son gente de diez. Me parece que es más un problema de interpretación. Por eso algunos piensan que en Medio Oriente son todos musulmanes y va a ser todo muy estricto y después te das cuenta que son bastante más flexibles de lo que uno pensaba. Por otro lado Dubai es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Tenés un choque cultural grande y no sólo por ser Medio Oriente, sino por el gran número de nacionalidades que conviven en un mismo lugar. Hay muchos filipinos que son la gente más buena y amigable del universo, no los podés hacer enojar hagas lo que hagas. Después los pakistaníes son súper amigables, pero tienen una cultura de no pedir permiso entre otras cosas, y cuando te hablan parece que te estuvieran amenazando. Pero es su manera de ser. Lo mismo con los indios, que viven en un país uno junto al otro, no tienen cultura de esperar su turno en la fila. Y uno viniendo de acá, acostumbrado a respetar la fila, ves que se te meten, tres, cuatro y te volvés loco. Con el tiempo aprendés a ser tolerante, pero al principio choca.Qué dicen de nosotros tras las fronteras-¿Estás en pareja?-Sí, con Keila, ella nació en Buenos Aires y nos conocimos en un vuelo. Tenemos dos gatos: Homero y Freddy.-¿Volás alguna ruta definida?-No, en Emirates volamos a más de 80 países y tenemos más de 150 destinos. Es muy variado, de pronto durante un mes estás haciendo Europa y Asia y al otro te toca Africa o Estados Unidos.-¿Estuviste en el Mundial de Fútbol de Qatar?-Se vivió muy cerca. Sí, estuve mirando el primer partido con mi bandera de Tandil que llevo a todos lados. Lamentablemente fuimos a ver el que Argentina jugó contra Arabia Saudita, de modo que no fue la más grata de las experiencias. La mayoría de los partidos los vimos en Dubai, con amigos, asado mediante. Algún que otro partido me tocó verlo arriba del avión, pero igual los disfruté. Se hizo un ambiente muy lindo en Qatar; obvio el calor es siempre un agregado pero hubo muchísimo movimiento entre Dubai y Qatar porque era difícil conseguir alojamiento y se hacían muchos vuelos en el día porque son cuarenta minutos. Vinieron a verlo amigos argentinos que se quedaron en casa. Fue toda una fiesta.-¿Cómo ves a Argentina? Saliendo de lo futbolero ya…-Es difícil hablar desde afuera, pero escucho y veo todo lo que se dice. Hay cambios que son notables y que no se hacían desde hace años y eso genera esperanza de que hay gente que quiera hacer las cosas bien. También sé que mucha gente la está pasando bastante mal y es la realidad de un país que está en una crisis social y económica muy grande. Pero nunca perdí la esperanza por mi país y esto va más allá de mi pensamiento político o gobierno de turno. Es un camino larguísimo y puede ser o no ser ahora, pero Argentina tiene un potencial humano enorme como para ser un gran país, eso siempre lo creí. En el mundo se nos valora mucho como profesionales, mano de obra, nos consideran confiables e íntegros y eso a uno lo llena de orgullo cuando están en algún lugar y hablan bien de Argentina y de los que sin serlo se sienten identificados con el país. Tengo el privilegio de poder comparar con otras realidades que son mucho peores que la nuestra y siempre lo que valoro es que tenemos los instrumentos para paliar las crisis y salir adelante. En pocas palabras la veo lejos aún de su objetivo pero que va por el camino correcto. La esperanza es lo último que se pierde y teniendo un país tan rico en recursos y gente,&nbsp; sólo es cuestión de tiempo.-Entonces ¿Se habla de la Argentina?-Como te decía recién, hay mucha gente afuera que está viendo el cambio interesante que está haciendo nuestro país y lo sigue de cerca como hace años que no ocurría. Pasamos desapercibidos en un montón de cosas y hoy el mundo está interesado y con el ojo puesto en Argentina para ver qué es lo que sucede. Estamos llamando la atención y eso es bueno.&nbsp;&nbsp;