Por Marisol CórdobaDicen que es cuestión de tiempo llegar a jubilarse. Con suerte, se puede llegar a la última etapa de la vida en plenitud y sin sobresaltos económicos. Sin embargo, la historia argentina evidencia un derrotero sinuoso para este sector de la población, olvidado y vulnerado muchas veces.&nbsp;Según datos relevados por este medio, en Tandil hay cerca de 28 mil jubilados y pensionados de Anses, de los cuales alrededor de 24 mil están afiliados a PAMI. En tanto, se registran aproximadamente&nbsp;3.882 pasivos del IPS en la ciudad, que aportaron a la caja provincial (docentes, policías, municipales, organismos provinciales).Días atrás, las tapas de los diarios y el caldeado clima social dieron cuenta del descontento que generó el veto presidencial a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria. La oposición fracasó en su intento de revertir el veto de Javier Milei a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria en la Cámara de Diputados. La votación terminó más holgada a favor de la Casa Rosada de lo que se anticipaba hace apenas dos semanas gracias al cambio de posición de una parte importante del bloque UCR -que había convocado a la sesión- y de Innovación Federal. El resultado final fue 153 a favor, 87 en contra y 8 abstenciones.La marcha contra el veto de Milei terminó con gases, palos y balas de goma, y hubo más de 50 heridos, entre ellos dos menores de edad, y al menos dos detenidos.&nbsp;De acuerdo con los datos oficiales, con el aumento de precios de agosto la inflación acumula en los primeros 8 meses del año el 94,8 por ciento, mientras que el incremento interanual fue del 236,7 por ciento. Pero los haberes no se recompusieron al mismo nivel. La rueda se dio vuelta y los hijos tienen que ayudar a sus padres a sobrevivir. Este fenómeno parece ser un denominador común en las dinámicas familiares, pero también hay adultos mayores sin familia con el agua al cuello y la tristeza de la incertidumbre a flor de piel, un emergente social cada vez más crítico.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/jubilados_tandil_10.jpg" alt="Jubilados tandil - 11"></figure>“Si no es por la ayuda de mis hijos no llego ni a mitad de mes”Dora Mabel Montero tiene 70 años y percibe la jubilación mínima: 234.540 pesos. Con el bono de 70 mil pesos que otorga el Gobierno nacional apenas supera los 300 mil mensuales.Trabajó toda su vida, hizo aportes y se jubiló con una moratoria. Pero no le alcanza. Afortunadamente, sus dos hijos pueden ayudarla y vive con su marido que cobra un poquito más.-Si no es por la ayuda de mis hijos no llego ni a la mitad del mes, las cosas están súper caras. Tomamos remedios pero hay remedios que PAMI no nos cubre y la situación no da para más, todo lo que hemos trabajado no nos sirve de nada. Se está yendo todo de las manos y no encontramos una salida. Si comprás una cosa hoy no sabés si la podés volver a comprar; si comprás carne no comprás papa; si pagás la luz no podés pagar el gas. Ya no da para más y hay jubilados a los que lamentablemente no les alcanza para nada.&nbsp;Salís a hacer los mandados y no sabés cuánto tenés que llevar: un litro de leche sale 1500 pesos y no podés comprar un pedacito de queso porque es carísimo, entonces seleccionás lo que vas a comprar.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/jubilados_tandil_8.jpg" alt="Jubilados tandil - 9"></figure>Mabel trabajó en hotelería y tuvo aportes, su esposo aportó 40 años y cobra poco más de la mínima, pero aclara que “ninguno de los dos llega a fin de mes”.-Es muy triste lo que pasa, no podía creer lo que veía en la televisión estos días (N. de la R. se refiere a la represión a jubilados en el Congreso de la Nación). No alcanza para nada, vas a hacer una marcha y te maltratan, te castigan. No sé qué decirte del futuro, me da lástima por mi familia y no sabemos cómo termina esto, está todo mal en todo sentido. Nosotros no valemos nada, los viejos somos unos trapos, es muy triste.&nbsp;<section class="noteSuggested" data-id="125324" data-title="Puede interesarte"></section>“Al jubilado se lo deja de descarte”Mabel Graciela Irazábal tiene 67 años, es viuda, tiene casa propia, jubilada y pensionada y tiene la ayuda de sus hijos. Así se define. Trabajó toda su vida en hotelería y empresas de limpieza y hace 4 años se pudo jubilar.-Comprás una cosa y no te alcanza para otra. Tomo muchos remedios y PAMI me sacó cuatro remedios, me da solamente dos, tengo que pagar el resto y son algunos más caros que otros. Tengo dos nietos hermosos y mis hijos trabajan, cuando ya se casan o forman su familia tienen otra cosa pero lo ayudan a uno y está difícil para vivir.&nbsp; Al jubilado se lo deja de descarte y no es así, uno trabajó toda la vida y gracias a eso se jubila. Antes podía decir “vamos al cine o algo”, y ahora ni un café con tres medialunas porque se encarece. Los jubilados están olvidados. El viejo total ya vivió y lo descartamos, pero la vida sigue y uno tiene vitalidad, quiere seguir viviendo pero nos están llevando al muere.&nbsp;Irazábal también expuso que en su barrio, Villa Gaucho, las cosas están “complicadas” y que muchos de sus vecinos han sufrido hechos de inseguridad, algo que la atemoriza y que ha generado la alerta vecinal.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/jubilados_tandil_1.jpg" alt="Jubilados tandil - 2"></figure>Como contrapartida, contó que es una de las damas de honor -junto a Mabel Montero- de la murga Los Adoquines de Fulano de Tal de Villa Gaucho, un espacio de pertenencia y organización colectiva que le genera mucha alegría. Un ámbito de encuentro y revalorización.&nbsp;-Me dediqué a la murga después de que me jubilé, estaba viuda y era una distracción. Haciendo mandados una palabra trae la otra y ahí me integré, es algo distinto, es hermoso y nos divertimos. Después de los 60 años uno puede hacer varias cosas que antes no, es una distracción y un compromiso, somos divertidas y nos gusta ir.&nbsp;“Siempre fui sostén de mis hijos y ahora es al revés”Celia Sucurado tiene 69 años&nbsp; y se jubiló en 2020 después de trabajar 33 años en la delegación local del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. Tiene cuatro hijos y vive sola en su casa de Villa Aguirre que pudo comprar gracias a un crédito del antiguo Banco Hipotecario que pagó durante 29 años. Como jubilada del IPS no percibe la mínima de 300 mil pesos, pero se le hace cuesta arriba costear todos sus gastos. Además, milita en ATE y la militancia es parte definitoria de su vida.-La vida laboral en el Estado podés vivirla de dos maneras y una de ella es pensarlo como un trabajo que conlleva el concepto de servicio público, muy pegado a una concepción militante del trabajo porque es el estado el que aplica políticas públicas. Me tocó aplicar políticas públicas buenas y malas, épocas en las que pedí dejar de ser inspectora porque era difícil sostener las convicciones y hacer la inspección laboral. Había tanto contrato basura, la ley 24.013 de finales de los ‘90, con tantas modalidades de contratación para no tener estabilidad que era imposible memorizarlas. Esa fue mi etapa más oscura como trabajadora activa. Me llegó la jubilación cuando menos lo pensaba: cumplí lo años de aportes, tenía la edad y me llegó automáticamente. Me jubilé en enero de 2020, llegó la pandemia y no encontraba gran diferencia. Después de la pandemia encontré la diferencia de cómo vive una persona sin actividad laboral. En el sostenimiento económico cambia la cosa, algunos pueden seguir trabajando y otros no, la jubilación magra te obliga a hacer otras cosas. Hasta el mes pasado estaba sin problemas, “pichuleando” un poquito, pero ahora tuve que pedirle a Camuzzi pagar la factura del gas en cuotas. Ni hablar del sostenimiento en la alimentación. Siempre fui sostén de mis hijos y ahora es al revés. Tener que decirle a un hijo “pasame tanto para tal cosa” no es algo bonito o romántico, no es lo que corresponde. Corresponde que cada uno de ellos construya lo propio y si me quieren ayudar es otra cosa, pero no tener la obligación de pensar que “si no le paso a mamá va a estar 20 días sin probar carne”.&nbsp;“El recorte de la vida”, así graficó Celia lo que percibe del estado actual de las cosas.&nbsp; Y compartió que su nieto de 9 años. consciente de la realidad, cuando la visita le pide tiempo, no salidas ni regalos.- Cuando viene mi nieto a casa le compro yogur y cosas ricas. Él es un sol y nota esas cosas, me dice que tenemos que pasar más tiempo juntos. Sólo pide tiempo, no que gaste en cosas. Es una manera de sentirse deteriorado, la vida cotidiana se ve afectada. Esta semana vino una amiga de la colectividad armenia y me invitaron a un restaurante muy bonito de Tandil. Yo no lo conocía, era la primera vez que iba porque mis ingresos no me permiten ni siquiera eso, esas cosas que se podrían hacer ir como ir a comer una vez por mes. Jubilarse de&nbsp; jubileo no tiene nada, no se vive con una jubilación mínima. Dicen que es irresponsable darnos un aumento de 17 mil pesos&nbsp; y la mayoría de los jubilados en Argentina cobra la mínima, 17 mil pesos no puede desajustar nada.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/jubilados_tandil_11.jpg" alt="Jubilados tandil - 12"></figure>También advirtió que con el deterioro del trabajo activo, si nada cambia, las personas mayores van a ser arrojadas aún más a un estado absoluto de vulnerabilidad e imposibilidad de cubrir las necesidades básicas.-Lo primero es la familia, pero ante ausencia o imposibilidad, recurren&nbsp;al Estado municipal, que es el que recepciona la demanda de comida, remedios y alquileres. Es muy difícil sostener estas cosas en el tiempo y es imposible mirar el futuro sin un correlato de una participación política intensa. O hay una decisión política de cambiar la mirada, de rectificar el rumbo -cosa que en lo personal no creo que suceda- o el escenario puede ser de catástrofe. El Presidente representa otros intereses, vino a hacer lo que dijo que iba a hacer. Está a las claras que concepción de Estado y gobierno que tiene esa persona. En ninguna parte vas a encontrar que la función del Estado es que cierren las cuentas,&nbsp; vas a encontrar que es el bien común, la justicia, la salud pública. Va a ser difícil sin presión social, sin esa presencia de mostrar la realidad tal cual es. Lo que veo a futuro puede ser una catástrofe, esta indolencia de pegar a los jubilados, de culpar a una mamá que va con una nena a una marcha. Es muy difícil vislumbrar qué va a pasar, pero la gente si empieza a manifestarse va a permanecer en la calle.&nbsp;SobreviviendoLa vida se vuelve mera subsistencia y la precarización envuelve todos los aspectos. Una salida recreativa se convierte en un lujo, cuando es un derecho. La imposibilidad va cercando todos los órdenes de la existencia y hay jubilados y pensionados que no cuentan con ningún tipo de ayuda familiar, lo que complejiza aún más una situación de por sí delicada.&nbsp;En agosto pasado, la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat municipal informó que brindaba&nbsp;ayuda económica para el alquiler a 521 personas (en junio asistía a 400 personas) y que se triplicó la demanda alimentaria. La comuna es la cara más visible del Estado y los pedidos se multiplican en sus oficinas. La Provincia también baja recursos al Municipio y a las organizaciones sociales, mientras que Nación cortó su provisión.&nbsp;<section class="noteSuggested" data-id="123536" data-title="Puede interesarte"></section>La fórmula vetadaLa oposición no consiguió los 172 votos que requería en Diputados para dar vuelta el veto del Presidente contra la ley que establecía una reforma jubilatoria, y el último miércoles el rechazo presidencial fue ratificado en el Congreso, en medio de una manifestación que terminó en represión.&nbsp;En la previa, un grupo de cinco diputados radicales -Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi- se fotografió junto al Presidente en la Casa Rosada, dejando en claro que votarían en contra del proyecto que ellos mismos habían aprobado en junio. A eso se sumaron luego las ausencias de Roxana Reyes (que durante la sesión había dicho que pensaba abstenerse) y Gerardo Cipolini.La iniciativa vetada mantenía el esquema de actualización por inflación aprobado a través de un DNU de Milei, pero le sumaba un incremento adicional del 8,1 por ciento a los haberes de abril (el Gobierno había otorgado un incremento del 12,5 por ciento), con el objetivo de completar el 20,6 por ciento de inflación correspondiente a enero.Además, se disponía que el haber mínimo no podía ser inferior a 1,09 canastas básicas por adulto (que publica mensualmente el Indec y define la línea de pobreza), lo que equivalía a 321.600 pesos, 15 mil más que el monto de junio.Finalmente, el proyecto proponía que la fórmula de movilidad no dependa sólo de la inflación sino que también tenga en cuenta los salarios. De esta manera, en caso de que el índice de inflación quedara por debajo del de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estatales (RIPTE), los jubilados recibirían el 50 por ciento de esa diferencia a través de un ajuste semestral.<section class="noteSuggested" data-id="125390" data-title="Puede interesarte"></section>Historia de la jubilación en ArgentinaEn 1947 se aprobó la Ley de Jubilación Argentina, que dio al Estado la responsabilidad de garantizar el sistema de seguridad social para los trabajadores. En aquel entonces la edad de jubilación era de 60 años para los varones y 55 para las mujeres.&nbsp;Desde entonces, los distintos gobiernos le han dado su propia impronta al sistema previsional, con reformas más o menos profundas frente a un mercado laboral cambiante y una población que tiene cada vez más adultos mayores.&nbsp;En 1986 Raúl Alfonsín declaró la emergencia del sistema y allanó el camino a su privatización durante el menemismo. Las AFJP, que funcionaron entre 1993 y 2007, eran capitales mayormente privados que salieron a captar afiliados y prometieron revertir el déficit previsional. Además de quitarle al Estado un importante volumen de recaudación, cambió la filosofía del cuidado de los adultos mayores. Los activos ya no aportaban para sostener a los pasivos, en el sistema de capitalización personal cada trabajador, afiliado a una AFJP, ahorraba para el futuro. Las empresas guardaban el dinero, cobraban importantes comisiones y disponían de esos aportes para invertirlos en la bolsa. Se transfirieron enormes ganancias al sector financiero privado y se generó un estado de riesgo e incertidumbre entre los ahorristas y futuros jubilados.&nbsp;&nbsp;Un informe del portal Anfibia reseña que en 2007 el entonces ministro de economía, Amado Boudou, “propuso la reestatización y recuperó para el Estado la caja de la Anses. Hoy el sistema se sostiene con los aportes de los trabajadores en actividad y las empresas, además de otros fondos e impuestos que recauda el Tesoro nacional para compensar. Argentina tiene más de 7 millones de jubilados, el doble de los que había a principios de siglo. El sistema es más justo, pero enfrenta dos problemas: el crecimiento de la esperanza de vida y un porcentaje cada vez mayor de trabajadores activos precarizados o en negro que no hacen aportes”.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/jubilados_tandil_3.jpg" alt="Jubilados tandil - 4"></figure>El tiempo es circularEn la década de 1990, durante el gobierno de Carlos Menem, los jubilados se convirtieron en un actor político y social que comenzó a reclamar por sus derechos.&nbsp; En aquellos años emergió la figura de Norma Plá, quien reclamaba una jubilación de 400 pesos (dólares en ese momento).&nbsp;Su figura es parte de la constelación de referentes de la resistencia contra el ajuste de los años ´90, contra el gobierno de Carlos Menem y el recorte a las jubilacionesUn perfil de la periodista Tali Goldman refiere: “Norma nunca tuvo un empleo registrado. Nunca se pudo jubilar pese a que trabajó desde los 13 hasta los 62. Y de eso se trata toda la cuestión. Cuando Miguel (su marido) murió discutiendo por la falta de plata, a ella le quedó una única herencia: una pensión de 150 pesos”.El hambre y la desesperación la hicieron salir a la calle, pero nunca pudo ver materializada su lucha porque falleció en 1996 víctima del cáncer y su figura se ha recuperado en los últimos tiempos como símbolo de lucha.&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/norma_pla.jpg" alt="Norma pla"></figure> &nbsp; &nbsp;