Nos cuenta que en sus épocas mozas, el peluquero –que era todo un personaje- trabajaba&nbsp; pensando en primer lugar en dar una buena imagen, presentándose bien peinado y afeitado, con una vestimenta completa, incluyendo un saco blanco o guardapolvo largo, zapatos y&nbsp;moño o corbata.&nbsp;-¿Cuándo llegó a la Argentina y a Tandil?-Poco después de la Segunda Guerra Mundial. Mi padre tenía un hermano que estaba en Argentina, entonces cuando retomaron los contactos entre ellos- porque se había perdido la comunicación entre la familia- mi padre se conectó con el hermano y se vino él y otro hermano más en 1949. Yo ya había nacido (1934) tenía 14 años cuando llegamos a Argentina y el 5 de junio&nbsp; de 1951 -el hermano de papá&nbsp;vivía acá- con 17 años, llegamos a la ciudad.&nbsp;-¿Dónde comenzó a aprender barbería y corte?-Estaba terminando la escuela primaria y por una cuestión de economía doméstica&nbsp;–aunque quería estudiar no existía esa posibilidad- mi padre habló con el peluquero de enfrente de mi casa (en Italia) para aprender el oficio. Y así fue.-De modo que cuando llegó a la ciudad venía con un oficio aprendido.&nbsp;&nbsp;¿Dónde vivía con su familia?-El primer domicilio fue Garibaldi 327. Después nos mudamos a Montevideo 654 y en esa casa estuvimos hasta que me casé.-¿Tiene hijos, nietos?-Mi señora falleció; vivo con mi hija, Lucía Lionetti, &nbsp;que se casó con los libros, es doctora en historia. Ahora está jubilada pero trabajaba en la Universidad..De otros tiempos y el pibe que se compró una peluquería-Pasemos a su oficio… cuéntenos sobre ese hermoso objeto cilíndrico que se nota muy antiguo ¿para qué&nbsp;sirve?-Es una máquina&nbsp; de fomentos. Antes en la peluquería había mucha afeitada, los hombres se venían a afeitar y se hacían fomentos para ablandar la barba. Eran calientes y húmedos. Después de afeitados se hacían otro fomento con un paño seco que cerraba los poros abiertos por el calor. También servía como esterilizador de herramienta.-¿Y hasta cuándo la usó?-Hasta los años 70 más o menos.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/vicente_lionetti_1.JPG" alt="vicente lionetti - 2"><figcaption>Vicente Lionetti</figcaption></figure>-¿Cómo fueron los comienzos de su oficio en Tandil?&nbsp;-¿Recuerda que le dije que había llegado el 5 de junio del 51? Bueno, el 6 empecé a trabajar en la calle Vicente López con Pascual Guadagna, que&nbsp;tenía su peluquería ahí. Mi padre era albañil y lo conocía por un sobrino de él que también trabajaba en la construcción. Fuimos a verlo, papá&nbsp;me presentó y si bien no tenía&nbsp; trabajo para dos personas por lo menos me fui ambientando. Mientras, tanto fui viendo otras peluquerías. Y caí en la calle Machado al 1000 donde estaba Enrique Nigro al que le hacía falta un oficial. Y empecé a trabajar el 1 de agosto del ´51.&nbsp;Éramos&nbsp;&nbsp;tres peluqueros. Después abrió un hospedaje y ya no la podía atender y nos ofreció la peluquería a un señor de apellido Tisseira y a mí. Tisseira era ya mayor y me dijo “Vicentito,&nbsp; quédatela”. Yo tenía 20 años. Lo hablé con mi papá que también me&nbsp; alentó&nbsp;y así&nbsp;la compré.-¿Cómo consiguió el dinero? ¿Se lo prestó su padre?-No. Me costó 20 mil pesos comprarla. El exdueño me dio tres años para pagarle y le abonaba una cuota mensual de 500 pesos y 300 de alquiler,&nbsp;Y allí estuve hasta el año ´74, al lado del Hotel Victoria, mudándome luego acá&nbsp;a Villa Italia.Joyitas en el salón-Este mueble antiguo de roble con espejos biselados ya no viene más.&nbsp;¿Lo mandó a hacer?-Sí, los espejos son originales. Solamente está enchapada la parte superior, todo lo demás es puro roble.-¿Y también tiene un set antiguo de peluquería, entre ellos una&nbsp; talquera…-Hay cortapatillas, rociadores, perfumeros. El talco, por lo general, se ponía cuando cepillábamos el pelo, para que quedara impecable.&nbsp;-Antes las peluquerías atendían sólo a señores. Las damas iban&nbsp; a otras especiales para ellas. ¡Cómo ha cambiado todo!-Absolutamente. Antes y ahora la mía sigue siendo sólo para hombres.-¿Y cuál cree que fue la época dorada para&nbsp; su trabajo?-Cuando los hombres venían a cortarse el cabello prácticamente todas las semanas o se sacaban la pelusa. Cuando venían a afeitarse dos o tres veces a la semana.&nbsp; Por eso antes había mucha gente atendiendo. En los 60 cuando se empezaron a dejar el pelo largo, cambió la moda y dejó el hombre de venir a afeitarse y todo se fue achicando. Y en los 80 cuando comenzó el corte modelado a navaja también fue un gran cambio.&nbsp; Entonces o te quedabas o aprendías lo nuevo. Y allí hubo como un rebrote, la gente venía a lavarse la cabeza, a hacerse el peinado, la tintura y levantó&nbsp;un poco.&nbsp;Acá en Tandil se hizo&nbsp;en 1966 la primera sesión de arte de corte modelado a navaja&nbsp; dictado por L´Oreal, en lo que hoy es el rectorado de la Universidad (tiene el certificado enmarcado en la pared). Por otro lado la dirección de Migraciones del Ministerio de la Nación me entregó en 2010 un certificado por el aporte realizado al crecimiento del país.-También fue presidente del Centro de Peluqueros y Peinadores.-Sí, durante muchos años.Las crisis cíclicas del país-¿Recuerda cómo era Tandil cuando llegó?-Hasta las cuatro avenidas y después poco o nada. Creció muchísimo en cuanto a gente, parque automotor y ediliciamente. Cuando llegué no creo que hubiera más de cincuenta mil habitantes…-Fuera de micrófono me contaba que pasó muchas crisis.&nbsp;-Sí, sí.&nbsp; Viví la de 1955 con el derrocamiento de Perón (N.R. General, Juan Domingo. El 16 de septiembre de 1955 facciones de las Fuerzas Armadas lanzaron una serie de acciones en distintos puntos del país con el objetivo de derrocar al gobierno constitucional del presidente Perón). La crisis a fines de los 50 con aquella famosa frase de Alvaro Alsogaray: "Hay que pasar el invierno". (N.R.: era&nbsp; entonces flamante ministro de Economía del presidente Arturo Frondizi). Después la otra frase de Lorenzo Sigaut (N.R.&nbsp;“El que apuesta al dólar pierde”), lo de Cavallo a principios de diciembre de 2001, durante la presidencia de Fernando de la Rúa, para anunciar que los ahorristas solo podían retirar hasta 250 pesos (dólares) de sus cuentas bancarias… En fin,&nbsp;fueron tantas crisis que uno al final terminal malacostumbrándose.&nbsp; No se puede entender que un país tan hermoso, grande y con todo lo que se necesita para vivir bien sea tan pobre. Eso es algo que nunca entenderé.-¿Son como cíclicas las crisis? ¿Lo ve así?-Cada siete u ocho años caemos en una. Cambian los gobiernos, uno le echa la culpa al otro y así seguimos. Sucede que gobierna siempre la misma gente.-Parece que ahora tenemos a un outsider ¿Qué le parece el presidente Javier Milei? ¿Tiene alguna esperanza?-Pero a mí me parece –fíjese- tiene la misma gente que estaba antes: funcionarios que estuvieron con Menem, con De la Rúa, con Macri y algunos del kirchnerismo… Por ejemplo, mucha gente se olvida que cuando Patricia Bullrich era ministra de Trabajo de De la Rúa les&nbsp; recortó el 13%&nbsp; a los jubilados. Y los beneficios actuales se los están dando a los empresarios y no a los trabajadores.-¿No confía en este gobierno?-Por naturaleza soy optimista. Y ojalá le vaya muy bien al gobierno, porque si le va bien nos va a ir bien a todos. Ojalá que haga las cosas como se debe. Principalmente nosotros los independientes, nunca hemos tenido ningún beneficio del gobierno. De ningún gobierno, ¿eh? No solamente de uno ¡De todos! El que trabaja independiente, si no trabaja, no gana. Si no abro la puerta de la peluquería no me entra un peso y si me enfermo, nadie me da una asistencia.&nbsp;-¿Cuándo está mejor el que trabaja por su cuenta?-Cuando la clase trabajadora, la clase media, está un poco mejor. Así de sencillo. Cuando la gente no se va a Punta del Este, a Miami, a Europa, a pasear.&nbsp; Si estás un poco mejor lo gastas en el barrio, a la vuelta de la esquina, a la vuelta de la casa. Viene más a la peluquería, viene al almacén, va al mercado, se va a comprar unas zapatillas. Entonces, lógicamente, eso es un engranaje. ¿Quién lo engrana? El que trabaja. Y cuando el trabajador está un poco mejor, mejora todo.&nbsp;-Hasta el ánimo.-Claro, porque tiene ganas de hacer cosas. Tengo que pintar la casa y llamo al pintor y me pinta la casa. Pero si no tengo la plata no lo puedo hacer. Se me rompe una canilla y, bueno, cierro la canilla. Entonces, quiere decir que el engranaje es la clase trabajadora, la clase media.Tengo 90 años y el monotributo me aumentó&nbsp;un 120%.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/01/vicente_lionetti.JPG" alt="vicente lionetti - 1"><figcaption>Vicente Lionetti</figcaption></figure>-¿Por eso sigue trabajando o por qué?&nbsp;-Yo sigo trabajando por dos motivos. Uno porque me gusta y el otro para mantenerme vivo. Porque si a esta edad nos quedamos… (deja sin terminar la frase) acá viene el cliente amigo desde hace años y mientras le corto charlamos y todo bien.-¿Y es cierto eso de que el peluquero también a veces hace de psicólogo?&nbsp;-Sí. ¡Muchas veces!&nbsp;-¿Le han contado intimidades?&nbsp;-Intimidades, claro que sí. Hay gente... Según la amistad que uno tiene, habla de muchas cosas íntimas. Uno lo sabe. Cierra la boca.-¿Puede contar alguna?-No, no.&nbsp;-¿Usted da sugerencias, consejos?-Dentro de lo que puedo, por mi experiencia digo algo si se está divorciando, si se peleó con un hijo le puedo dar una opinión.-¿Y le han hecho caso?&nbsp;-Algunos sí, otros no. Porque hay una verdad enorme: cualquiera de nosotros le soluciona los problemas a los demás. Pero si tenemos un problema nosotros no lo podemos solucionar.-Tal cual. Pasa muchas veces.&nbsp;-El tema de la sugerencia es importante porque lógicamente uno cuenta con los años vividos y ha visto casi todo y puede decir: “Mirá esto o aquello”.Sintiéndose bien…-¿Cómo es un día en su vida?-Me levanto temprano por la mañana, desayuno, abro la peluquería y espero que venga algún cliente a cortarse y conversar. Muchas veces pasan vecinos, conocidos y charlamos un rato.&nbsp;-¿Se cuida en las comidas?&nbsp; No da la edad que acredita su documento.&nbsp;-En casa con la comida nunca hemos hecho desarreglos. Siempre me he cuidado, no tomo, no fumo.&nbsp; No sé si sirve para algo, pero...&nbsp;¿Hizo o ha hecho deporte?-Sí, pero de joven, ahora sólo juego al billar.-¿Es bueno?-Creo que sí (risas)-¿Hace un balance de su vida hasta el momento?-He tenido una vida tranquila. Lamentablemente perdí&nbsp;a mi señora. Tengo una hija con la que nos llevamos muy bien. He sido un luchador del gremio. Nací para trabajar de peluquero porque no me imagino haciendo otra cosa. Puede ser que sea una vida sencilla, pero me siento bien siendo así.&nbsp;Lo dejamos tranquilo a Vicente acompañado de su perrita “Lola”, en la peluquería estilo vintage con ese hermoso mobiliario de peluquería antiguo en roble,&nbsp;espejos biselados y todo dispuesto para recibir al próximo cliente.&nbsp;

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Vicente Lionetti, memorias de un peluquero