Una casa de inmigrantes italianos al pie del Calvario que se transformó con el pulso del arte y de la vida
La casa de la familia Stacul se reconvirtió en hotel, restaurante y casa de arte, espacios que invitan a conectar con lo auténtico y lo propio. Revalorizando las raíces italianas, sus anfitriones buscan generar ambientes donde todos puedan resonar. “Cuando nos ponemos en el mundo para ayudar, a veces terminamos ayudando a tutti”, sostuvieron.
La avenida Monseñor de Andrea en dirección al Calvario se hace cuesta arriba. La topografía serrana le imprime sus características a esta parte de la ciudad. Sobre mano derecha llama la atención, a locales y turistas, una casa con enormes flores pintadas en el frente. Se trata de la casa que la familia Stacul, proveniente de Italia, empezó a construir en 1956 y que sigue en manos de uno de sus hijos. Pero ya no es sólo una vivienda familiar, porque el espíritu inquieto de Verónica Gabastou, artista plástica y esposa de Flavio Stacul -hijo de aquellos inmigrantes tanos- lo fue transformando en un espacio vital.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailAllí funcionan Allegra Casa Hotel, Giuseppe Restaurante y Dalila Casa de Arte, que son parte de un todo y se complementan entre sí.
Verónica recibió a Perspectivas vestida con muchos colores y una sonrisa amplia que delató al instante su carácter hospitalario. En cada palabra, se hacía más evidente el profundo amor a la casa ancestral, que abraza a las nuevas generaciones y a todos los proyectos que surgieron con los años. En esta entrevista, repasó la historia del lugar, rescató el espíritu italiano que le dio forma y contó detalles sobre las actividades que allí se realizan.
“Cuando nos ponemos en el mundo para ayudar, a veces terminamos ayudando a tutti”, remarcó la anfitriona.