Gordofobia: "Nuestros cuerpos tienen la posibilidad de existir"

“Del cuerpo del otro no se habla”, suele escucharse en las calles, las escuelas, las redes. ¿Pero cuánto de realidad hay en esto si “gorda” sigue siendo un insulto?

Desde que nacemos nos rodean imágenes y discursos que nos muestran que sólo los cuerpos delgados son lindos y sanos, al mismo tiempo se refuerza un estereotipo que señala que sólo los cuerpos delgados y blancos son cuerpos con características que permitirán el éxito social y la aceptación de las otras personas. Esta situación se reitera de forma permanente, ya sea para agradar a alguien, conseguir un trabajo, usar una malla e, incluso, para que un médico considere a una persona sana. 

Pese a los avances, el mandato de la delgadez sigue vigente con fuerza y Argentina es el segundo país con más presencia de trastornos de la conducta alimentaria después de Japón según un estudio de Mervat Nasser, especialista en psiquiatría e investigación del Instituto de Psiquiatría del King’s College. 

¿De qué hablamos cuando hablamos de gordofobia? El cuerpo es una construcción social, pero además es singular y único para cada persona. La gordofobia es el rechazo y violencia que sufren las personas por el hecho de ser gordas. Esta forma de discriminación se funda sobre la base de una serie de prejuicios que señalan los hábitos, costumbres y modos de vida de las personas gordas, porque se considera socialmente que las personas engordan por falta de voluntad e ignorancia sobre el autocuidado y la gestión adecuada de su cuerpo para que este sea delgado.