Por los caminos del tiempo
Cómo era el cine mudo de otra época en Tandil
Cuando las imágenes daban la ilusiona del movimiento por la sucesión rápida de fotografías de objetos y personas moviéndose.
Por Juan Roque Castelnuovo
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El cine mudo fue aquel que no contaba con sonido sincronizado y consistía únicamente en imágenes, a veces acompañadas con música. En ocasiones se añadían subtítulos o carteles para aclarar la situación a los espectadores o para mostrar conversaciones. Su historia comprende el período que va de 1895 a finales de los años 1920 cuando las primeras películas sonoras reemplazaron al cine silente. No obstante, vale aclarar que la primera película muda había sido realizada en 1888.
Alboreaba el 900, cuando Tandil pudo ver las primeras cintas del cine mudo. Hasta entonces las imágenes que se conocían aquí eran las que quedaban impresas en placas metálicas convenientemente preparadas –llamadas daguerrotipos- que eran obtenidas con las cámaras oscuras manejadas por los italianos Pedro Momini primero y Carlos Pierrone después, a fines de la segunda mitad del ochocientos. O con el sistema heliográfico primitivo de fijación con ácido nítrico en placas de vidrio o de peltré recubiertas con betún de Judea, antes de que los adelantos químicos y ópticos llegaran a la época del celuloide o del acetato de celulosa.