Vecinos de La Porteña manifestaron su enojo con la respuesta del Municipio por las fumigaciones
Volvieron a remarcar que el mosquito aplicó agroquímicos a tan sólo un metro de la Escuela 33 y que tienen pruebas de que así fue. Lamentaron que las autoridades no tomen con seriedad la denuncia que realizaron. “Tenemos derecho a un ambiente sano y saludable”, enfatizaron.
Luego de que los vecinos de La Porteña denunciaran la aplicación de glifosato a tan sólo un metro de la Escuela 33, desde el Municipio y Provincia fueron a inspeccionar el campo y aseguraron que corroboraron que se estaba cumpliendo la distancia de más de 150 metros respecto al establecimiento escolar sin aplicar agroquímicos, tal como lo establece la ordenanza. Sin embargo, los denunciantes expresaron su enojo e indignación por la respuesta oficial y reiteraron su reclamo.
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Mediante un comunicado, expusieron que “debido a la respuesta del Municipio y de Fiscalización Vegetal en relación a nuestra denuncia, nosotros los vecinos denunciantes queremos que se sepa cómo fueron los hechos y en qué se sustenta nuestra denuncia”.
“Luego de varias reuniones donde debatimos acerca de las fumigaciones en el barrio, decidimos realizar una denuncia por el lote que linda a la Escuela 33, ya que no está respetando la distancia reglamentada para la aplicación de agroquímicos”, señalaron.
Y explicaron que el 4 de octubre presentaron una denuncia al Municipio por mesa de entradas firmada por más de 30 vecinos, solicitando que se multara al productor y que se les dé copia de la receta agronómica para saber qué tipo de agroquímico se había aplicado.
Cabe destacar que desde el Municipio en diálogo con El Eco de Tandil, negaron haber recibido esa denuncia, y manifestaron que la única que recibieron fue la del 27 de octubre, que se realizó posteriormente.
Sin embargo, los habitantes de la zona que llevaron adelante este reclamo expusieron en el comunicado que 25 días después de esa primera denuncia del 4 de octubre, el director de Medio Ambiente Héctor Creparula se comunicó telefónicamente con ellos para informarles que se multaría al responsable del campo, que era la primera vez que realizaba una multa de este tipo en Tandil, y que el monto de la multa sería dictaminada por un juez.
“Salimos a los medios de comunicación cuando nos enteramos que el productor realizó una descarga aduciendo que no se había aplicado glifosato en la distancia que establece la ordenanza. Pero en la foto que tenemos como prueba, se ve claramente el pasto de la escuela y el del lote en cuestión, quemado”, manifestaron.
Y añadieron que el 27 de octubre, un vecino pasó por la escuela y se encontró con un mosquito a punto de fumigar el lote lindero.
“Le preguntó qué es lo que estaba por aplicar, ‘el glifo’, le dijo. Inmediatamente le exigió que cumpliera con la distancia establecida. El aplicador dijo desconocer tal distancia por lo que el vecino le pidió que se comunicara con su patrón, quien inmediatamente aceptó el pedido, y se excusó en un malentendido. El vecino le pidió al aplicador que le diera el número de teléfono del responsable del lote, con quien acababa de hablar. Se lo dio, pero nunca pudimos comunicarnos con él. El número estaba equivocado. Ese día este vecino sacó una foto a la receta agronómica que tenía el aplicador, era glifosato”, expusieron.
Y explicaron que “si luego de la inspección que realizaron el lunes 11 de noviembre, consideran que no se incumplió con la ordenanza, ya que no hay signos de aplicación de agroquímicos, es porque un vecino detuvo esa aplicación. ¿Pero qué hay de las anteriores? Porque nuestra denuncia data del 4 de octubre por fumigaciones anteriores”.
“Somos un grupo vecinos, padres y madres de niños y niñas preocupados por la salud de todos. Cada minuto que le dedicamos a estas cuestiones es tiempo que le restamos a nuestros trabajos, y familias. Pero entendemos que esto es importante, tenemos derecho a un ambiente sano y saludable”, manifestaron.