Vecinos de El Tropezón denunciaron la aplicación de agroquímicos en un terreno baldío de Guisse al 100
El dueño de una parcela controla los pastizales fumigándolo y, preocupados, frentistas linderos se unieron para firmar una nota que fue entregada ayer a Medioambiente, Defensoría y HCD. Se manifestaron angustiados porque la situación se repite hace dos años y tienen hijos y huertas que son perjudicados. “Desespera saber que están fumigando frente a casa y que él sabe lo que hace”.
Cansados de la práctica que lleva realizando hace más de dos años el propietario de un terreno baldío ubicado en Guisse al 1100, los vecinos se unieron para denunciar la aplicación de plaguicidas y pedir que se realice un análisis de suelo.
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En primer lugar se contactaron con la Junta Vecinal por un Ambiente Saludable, para buscar asesoramiento en la manera de afrontar el tema. En ese camino, Georgina Bruno, vocera del grupo del barrio El Tropezón, no tardó en poner manos a la obra para avanzar en el desarrollo de las notas a firmar por todos que presentaron ayer en la Dirección de Medio Ambiente, al Concejo Deliberante y a la Defensoría del Pueblo.
La vecina sumó esta preocupación a la ya suscitada conforme a la presentación del informe que develó la presencia de 16 plaguicidas en 14 escuelas rurales del Partido. “Esto está sucediendo en una zona urbana, atrás del Tropezón”, explicó, lamentando que haya quienes opten por estas prácticas aun sabiendo las consecuencias.
El cara a cara de los vecinos
“No sé cómo lo aplica, pero siempre se acerca y lo hace cuando nadie lo ve”, sostuvo Georgina Bruno, recordando que una vez lo vieron, era domingo a las 6 de la mañana. “Yo sé que aplica al menos hace dos años, lo hace cada tanto, cuando están crecidos los pastos en vez de cortarlos”, manifestó.
A principio de año ella se acercó al dueño del baldío y le aseguró saber que estaba fumigando, sin embargo él se lo negó, aseveró que se trataba de nafta y que no hacía daño. La vecina lo increpó, con garantías de que el olor correspondía a un químico y no a combustible, entonces el hombre admitió que así era, aunque insistió con que “no era para tanto” porque era lo mismo que aplicaban en el campo donde trabaja.
Para los que viven alrededor “sí es para tanto” y se lo hicieron saber, porque allí viven niños e incluso algunos hacen huerta agroecológica, siendo perjudicados por la práctica. Así fue que el dueño del terreno cayó en la cuenta de por qué no los dejan fumigar cerca de las escuelas.
En ese momento, Georgina y otro frentista le ofrecieron hacerse cargo del mantenimiento del lugar, y aunque habían pensado en poner algún animal para que se coma el pasto les pareció imprudente porque lo que comería estaría contaminado. Si bien al hombre le pareció una buena propuesta, no se contactó más con ellos y ahora volvió a fumigar.
“No sé exactamente que está usando, aunque cuando le preguntamos nos dio a entender que sí, que era glifosato”, contó. “Me desespera saber que me están fumigando frente a casa y, lo que es peor, que él sabe lo que está haciendo”, dijo con notable angustia.
Por este motivo es que los vecinos juntaron firman y entregaron una denuncia formal, con solicitud de análisis de suelo de por medio.
La denuncia formal
En el documento que fue presentado, redactado y firmado por quienes repudian que se pulverice con agrotóxicos en zonas urbanas, entre otras, mencionaron las repetidas fumigaciones en calle Guisse al 100, vereda par, donde en un terreno baldío se controla el crecimiento de pastizales utilizando agroquímicos que rápidamente secan la maleza.
Según los vecinos, es de público conocimiento que estos productos que se utilizan para las fumigaciones contienen diferentes químicos que son perjudiciales para la salud y que dejan residuos en la tierra y en el agua, citando el informe “Agroquímicos plaguicidas en Escuelas Rurales del Partido de Tandil”, presentado recientemente por Investigadores, docentes y alumnos de la Universidad Nacional del Centro.
Agregaron a modo de respaldo, que acorde a las repercusiones mediáticas “muchos de los plaguicidas encontrados en las muestras son genotóxicos, neurotóxicos, carcinogénicos y/o disruptores endocrinos, capaces de generar efectos nocivos a la salud a muy bajas dosis”, y que “está comprobado que las personas expuestas una o repetidas veces a estos agroquímicos biocidas elevan su posibilidad de desarrollar enfermedades con el tiempo”.
Entonces, teniendo en cuenta la cercanía al lugar fumigado por estar en zona urbana y que son varias las familias que viven alrededor, con niños pequeños a quienes “garantizarles el derecho a un medioambiente sano”, es que recurren a las autoridades para exigir que se tomen cartas en el asunto y evitar “las fumigaciones innecesarias”. “¡Nos preocupa la salud de nuestros hijos!”, exclaman en la denuncia.
Finalmente, aclaran que los productos se vierten a sólo fin de mantener el lugar con los pastos cortos y explican la conversación que habían mantenido con el dueño del terreno y el acuerdo propuesto, que no tuvo asidero.
“No nos parece poco saber que a pocos metros de nuestros hogares se tira veneno inescrupulosamente. No queremos que estos agrotóxicos entren en nuestros hogares. No queremos veneno a pocos metros de nuestras casas”, aseveraron, esperando respuesta positiva ante el pedido de que se frene este tipo de acciones.