Ruidos molestos
Vecinos de Chacabuco al 400 están cansados de los ruidos de un bar cercano y exigen soluciones
Denunciaron ante el Ejecutivo y las fuerzas de seguridad que la música de un local gastronómico ubicado en Pinto al 300 excede los límites permitidos. Reclamaron inspecciones y adecuaciones a la normativa para reducir el impacto negativo de la actividad en una zona de alta densidad poblacional.
Un grupo de vecinos que viven en edificios ubicados en Chacabuco al 400 expresaron su malestar por los permanentes ruidos que genera un bar ubicado a la vuelta, en Pinto 357.
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Si bien efectuaron pedidos al Ejecutivo para que tome cartas en el asunto, hasta ahora no hubo respuestas concretas que los amparen. Las denuncias ante la policía tampoco produjeron los resultados esperados y el panorama persiste, en medio del hastío de los residentes de esa zona.
Puntualmente, el foco del reclamo se centra en el incumplimiento de las normativas vigentes sobre ruidos molestos y la falta de inspecciones que ayuden a regular la situación.
Así, a través de una carta fechada el 5 de abril de 2022 y dirigida al intendente Miguel Lunghi, el consorcio de uno de los edificios ubicados frente a la Plaza Independencia expuso que la actividad del local comercial provoca molestias porque en el lugar se presentan bandas de música en vivo que actúan en el patio abierto, y disc jockeys que colocan música con equipos de sonidos que superan los niveles permitidos.
El reclamo
El bar en cuestión, denominado Beirut, funciona los días miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos, desde las 22 hasta pasadas las 4 de la madrugada “en el mejor de los casos”. En contacto con este Diario, los vecinos refirieron que en verano el bullicio y la música no cesan hasta pasadas las 5, y que incluso pueden percibirse vibraciones en los vidrios por los elevados decibeles.
En tal sentido, en la misiva los damnificados detallaron que “esto provoca la imposibilidad de un descanso reparador a los vecinos que lamentablemente vivimos en las proximidades e importantes alteraciones en los estados de ánimo de personas mayores o con algún tipo de discapacidad”.
Asimismo, indicaron que el local tiene sindicada como actividad a desarrollar “gastronomía y salón de muestras de galería”, pero que en la práctica los movimientos principales nada tienen que ver con ello.
En paralelo, fueron más al quid de la cuestión y afirmaron que “evidentemente se ha buscado un artilugio legal para lograr obtener la correspondiente habilitación municipal del local, burlándose claramente de los funcionarios municipales a su cargo”.
Por último, consignaron que existen disposiciones administrativas y legales para actuar frente a hechos que impactan negativamente en el ambiente, sobre todo en áreas céntricas de alta densidad poblacional. Frente a este escenario, cargaron con la responsabilidad al Municipio, que debe impedir que estos eventos escalen de tal manera que generen un perjuicio a terceros.
Marco normativo
Cabe destacar que hay una ordenanza vigente desde el año 2003 que podría contener la situación. En esta línea, la normativa número 8.867 de ruidos molestos (no debe confundirse con la aprobada el año pasado por el Concejo que busca controlar los ruidos de los caños de escape de las motos) prohíbe “producir, causar o estimular ruidos molestos y vibraciones en lugares públicos o privados, cualesquiera sean sus orígenes, cuando por razones de hora o lugar, o por su calidad o grado de intensidad trasciendan a la vía pública o perturben o puedan perturbar a vecinos o causar perjuicios de cualquier naturaleza a personas que operen o manipulen las fuentes que los producen, sean éstas fijas o móviles”.
No obstante, la ordenanza también refiere en su articulado que “los locales de esparcimiento con juegos o en lugares en donde se difundan sonidos de tipo ambiental el nivel sonoro proveniente de maquinaria y/o equipos no podrá superar lo establecido en la reglamentación respectiva”. Según el marco local, los niveles de sonido no podrán superar los 90 dB(A).
En este caso debería intervenir la Dirección General de Inspección y Habilitaciones de la comuna para inspeccionar el lugar e infraccionarlo si correspondiera. Y en este tren de acciones podrían generarse las adaptaciones necesarias para que el local funcione dentro de los parámetros permitidos sin perturbar el área aledaña, máxime si se considera que el patio del bar se inserta en el pulmón de la manzana e irradia sonido hacia todas las viviendas del sector de Chacabuco y Pinto.