Aventureros
Una pareja de tandilenses modificó una combi para iniciar una travesía rumbo al norte del continente
Josefina Ortega y Nahuel Etcheverry emprenderán el próximo 1 de octubre el viaje de sus vidas después de casi cuatro años de trabajo para camperizar un utilitario modelo ’97. La idea es llegar lo más al norte posible con un sueño posicionado en Alaska, aunque saben que el recorrido tendrá contratiempos.
El alma aventurera de las personas los lleva a tomar decisiones bisagras en sus vidas. En tiempos donde las reglas del juego te obligan a subsistir a través de un trabajo, todavía hay personas que eligen vivir una travesía sin importarles el hecho de tener que dejar todo atrás.
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Tal es el caso de Josefina Ortega y Nahuel Etcheverry, una pareja de jóvenes tandilenses que optaron por romper su rutina para emprender desde el próximo 1 de octubre una travesía que tiene como primer objetivo el norte argentino, pero que intentarán llegar lo más arriba posible del continente.
Ella trabajaba haciendo suplencias de maestra jardinera y también es parte de un emprendimiento familiar. Él era operario de una empresa de telecomunicaciones y fue el que más difícil tuvo la cuestión de dejar todo atrás para encarar el viaje. De acuerdo a lo contado, Nahuel estuvo hasta hace algunos días negociando su desvinculación y una vez concretada la misma se puso el 1 de octubre como la fecha de partida para esta travesía que marcará sus vidas.
El proyecto de realizar un viaje en un vehículo apto para pernoctar en cualquier punto del mundo comenzó a surgir particularmente con la pandemia. Si bien ambos siempre tuvieron un espíritu aventurero, con la intención de viajar y conocer nuevos lugares, el encierro del 2020 fue un ante y un después para esta decisión. “Ahí empezamos a pensar más en disfrutar de nuestros tiempos libres de otra manera y por ahí preguntarnos un poco a ver esto de trabajar tanto hasta dónde nos conducía”, explicó Josefina.
Desde estas reflexiones existenciales, surgió la idea de comprar una combi y adaptarla para poder dormir, cocinar y asearse dentro del habitáculo. A través del Marketplace de Facebook encontraron una Transporter T4 de Volkswagen modelo 1997 y el 3 de septiembre del 2020 compraron el vehículo. “A partir de ahí empezamos a proyectar el viaje, la idea de tener una vida viajera”, indicaron.
La transformación
El proceso no fue fácil y por eso se extendió durante casi cuatro años. “Pensábamos que la camioneta estaba bien y nos surgieron muchas cosas en el motor, la hicimos completa”, comenzaron explicando el derrotero que tuvieron que atravesar antes de llegar al punto en el que hoy se encuentran.
Al respecto profundizaron: “Nosotros la compramos en La Plata, llegamos andando a Tandil y a la semana empezaron las fallas y tuvimos que cambiar el motor completamente, hacer todo de nuevo. Eso fue lo más más bravo”.
Modificar el vehículo para convertirlo en un camper rodante fue un trabajo realizado en gran parte por el padre de Nahuel. “Nos ayudó en todo. Chapa y pintura, todo se lo debemos a él”, explicó Josefina antes de contar que gracias a su labor bautizaron la camioneta: “Le dicen el Peludo Echeverry, en honor a él dijimos “La Peluda” queda medio polémico y entonces salió “La mulita”, que es como parte de la familia”.
Los cambios fueron realizándose poco a poco en gran parte por el tema de los costos. La camioneta salió dos mil dólares y después se fue sumando al presupuesto todas las modificaciones que se realizaron paulatinamente en base a los sueldos. Ya con el vehículo finalizado, los chicos no tienen el número exacto que invirtieron para lograr la transformación.
Para encarar el viaje, el vehículo cuenta con las butacas delanteras y en la parte de atrás hay un sillón cama y una cocina completa, hasta con una heladera pequeña pero con congelador. En la parte de atrás, separado del habitáculo principal, hay un baño con ducha e inodoro. Entre otras cuestiones tiene un tanque de agua y paneles solares con batería. “Está bastante completa, todo lo que queríamos hacerle, por suerte se le pudo hacer”, aseguraron.
El destino
Si bien la travesía no tiene un punto a dónde llegar, ambos coinciden en la idea de agarrar la ruta y por lo menos arribar hasta Salta y Jujuy. En el medio no tienen planificadas estadías, ni rutas estudiadas. En una anterior experiencia narrada, aplicaron esa misma fórmula para recorrer Mendoza.
“No tenemos como un destino fijo, sí nos gustaría llegar lo más lejos que se pueda”, explicó Josefina mientras que por lo bajo comentó que un sueño sería llegar a Alaska, un destino al que ya han visitado personas con travesías de similar calibre. “Eso dependerá de muchas cosas, lo sabemos, somos conscientes de eso. Siempre pensando en ir para el norte, queremos ir lo más arriba posible”, aseguró Nahuel.
Mientras ultiman detalles para emprender el recorrido, ya comenzaron a hacer conexiones con otros viajeros argentinos. De hecho comentaron que están en contacto a través de Instagram con varias personas que están en la misma sintonía. Justamente la red social señalada ocupará un rol fundamental en su viaje ya que están dispuestos en ir comunicando la travesía a través de la cuenta que se crearon con el nombre de lamulitaviajeratandil.
Transitando los últimos días en su ciudad natal, la pareja reconoce el apoyo de la familia y los amigos. “Nosotros como que de los grupos de amigos, somos los más adaptables y por ahí es como que decían: uy, sí va con ustedes lo que van a hacer”, aseguró Nahuel al mismo tiempo que reconoció que todos los cercanos les expresan mucha alegría ante el proyecto de vida que eligieron.