Una ONG marplatense presentó su exitoso modelo para la reinserción social de personas privadas de la libertad
Mirmidones invitó a Esteban Viñas, de Cambio de Paso, a dar una charla en la Cámara Empresaria. En Tandil, buscan apoyo del sector privado para acompañar a las personas que ingresan al programa de rugby en la cárcel, con el propósito de que puedan conseguir empleo cuando queden en libertad. En Mar del Plata, la entidad también trabaja en los barrios más vulnerables, con los hijos y el entorno de las personas alojadas en los penales.
Esteban Ignacio Viñas, juez de la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Mar del Plata y artífice del proyecto Cambio de Paso, brindó una charla en la Cámara Empresaria de Tandil para dar a conocer el exitoso modelo de resocialización de personas privadas de la libertad. El objetivo fue contagiar la idea a empresarios y dirigentes del sector privado para sumar acompañamiento a los integrantes de Mirmidones, el programa de rugby que se desarrolla en la Unidad 37 de Barker, cuando recuperen la libertad.
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Recibieron a Viñas y a Carlos Donato -vicepresidente de la comisión directiva de la ONG marplatense-, el juez Pablo Galli, Juan Martín Aroztegui y Luciano Pérez, voluntarios de Mirmidones. En el primer piso de la entidad empresaria se congregaron el actual presidente Agustín Usandizaga e integrantes de la comisión directiva, el expresidente Patricio Fernández, empresarios de la ciudad, representantes de la Unicen y funcionarios del Servicio Penitenciario bonaerense.
Antes de la disertación, el doctor Viñas le dijo a El Eco de Tandil que luego de diez años de trabajo en Cambio de Paso, obtuvieron “muy buenos” resultados. “Tenemos un nivel de reincidencia que nunca superó el 6 por ciento, cuando a nivel provincial está entre el 30 y el 40 por ciento”, informó.
Además, celebró que la experiencia “se está multiplicando en toda la provincia de Buenos Aires y en otras provincias también. La idea es invitarlos a trabajar, a sumarse, a colaborar, a participar y además, a generar políticas de Estado. El Estado no puede dedicarse a hacer seguridad nada más modificando el Código Penal, las leyes, porque venimos hace 30 años con ese modelo y no da resultado. El Estado tiene que invitar y generar políticas sociales”.
La tarea
Por otro lado, Viñas explicó que “el modelo ayuda a la resocialización de personas condenadas a penas privativas de la libertad, e interrelaciona al sector público y al privado. Algunos de nosotros pertenecemos al Estado y hacemos esto por amor, fuera del horario de trabajo en el Estado. La idea es que para poder concretar estos objetivos es imposible hacerlo aisladamente: se requiere un trabajo en red”.
En segundo término, advirtió que la mayoría de la población cree que todo lo atinente a la seguridad es materia exclusiva del Estado. “La inseguridad es una problemática social compleja que tiene muchas causas y hay causas en las que tiene que intervenir el Estado prioritariamente, pero está demostrado en muchos países del mundo -nosotros estamos copiando modelos- que en la medida en que se interrelaciona el Estado con el sector privado es posible lograr objetivos más fácilmente”, remarcó.
Al proponer un ejemplo, sostuvo que “si nosotros queremos que las personas que cumplen una pena privativa de la libertad no vuelvan a delinquir, tenemos que generar condiciones para que eso suceda. Las primeras condiciones les corresponden al Estado, que tiene que brindarles educación, capacitación, salud, suplir todas las falencias de eso que las personas no tenían y que son, en general, el primer motivo por el cual delinquen”.
Y agregó que “cuando ese muchacho, adentro de una cárcel, se educa, aprende un oficio que antes no conocía, aprende a trabajar, pero el día que agotó la pena sale con el monito, con su ropa, caminando y empieza a buscar trabajo y nadie le da, lo más probable es que vuelva a delinquir. Entonces, nosotros planteamos un modelo en el que sostenemos que la inseguridad no la va a resolver solamente el Estado y nos tenemos que meter en algunas áreas donde podemos colaborar”.
La familia y el barrio
Viñas describió que en Mar del Plata trabajan con personas privadas de la libertad y con sus familias, sus hijos y en el ambiente donde ellos vivían. “Estamos convencidos, por la experiencia que tenemos después de diez años, de que es la única metodología que puede ayudar para que el país salga de donde está en esta materia”, aseveró.
Cambio de Paso interviene con rugby en la cárcel de varones y hockey en la de mujeres y con los chicos realizan ambos deportes, además de aprendizaje de oficios, ludoteca, apoyo escolar, nutrición, asistencia de salud básica e incluso, están ayudando para que construyan sus propias viviendas.
“La idea es que si trabajamos con un muchacho cuando está privado de la libertad y logramos cambiarle algunos estereotipos que tiene, tenemos que continuar ayudándolo cuando él vuelve; que ese muchacho que cambió nos sirva a nosotros como un monitor positivo para que en su propio ambiente social diga ‘yo vengo de esto, conocí lo que es la pena privativa de la libertad’. El testimonio de ese muchacho con los chicos, con los jóvenes, es mucho más fuerte del que puedo dar yo en su propio ambiente”, argumentó el magistrado.
Al mismo tiempo, indicó que la provincia tiene “problemas sociales muy serios” y puso como ejemplo a Mar del Plata, que “de feliz tiene muy poco” con más de cien villas. Aclaró que no habla de villas en sentido peyorativo, y las definió como “barrios en los que la gente vive en condiciones de pobreza o por debajo de la pobreza, donde no hay educación, sanidad, asistencialismo social, ni que hablar de seguridad”.
Al mismo tiempo, reparó en que cuando en el país se habla de inseguridad, “se está instalando una especie de aporofobia, que es la fobia a los pobres” y puso como ejemplo la Marcha de la Gorra –en contra de la estigmatización de los jóvenes vulnerables- que pasó el último viernes por la Cámara Empresaria minutos antes de la entrevista con El Eco de Tandil.
Viñas señaló que “esos barrios tienen mucho menos asistencia de la que tenemos nosotros, que la clase media o la media alta” y evaluó que al analizar la población carcelaria, “la mayoría de los delitos se comete en sectores periféricos”, es decir que “los pobres son los que más sufren la inseguridad” porque tienen menos asistencia policial y del Poder Judicial.
Alianza entre el Estado y el sector privado
“Planteamos un modelo en el que en alianza con el Estado, el sector público, el privado, los sindicatos, las empresas nos pongamos a trabajar para que los sectores periféricos de nuestras propias ciudades puedan tener una perspectiva diferente, y esa es la manera de cambiar el mapa y la realidad”, resumió el referente de Cambio de Paso.
Por caso, aseveró que en los barrios vulnerables “el consumo de alcohol y drogas empieza a los 7 u 8 años. Tenemos que trabajar con esos chicos para que no lleguen a entrar al penal, y que los que están en el penal tengan una alternativa y cuando salgan, tengan un cambio de vida”.
Consideró que el Estado tiene que generar leyes que estimulen al sector privado para que quiera involucrarse en lo social y se apoyó en modelos internacionales que están probados, como los de Sudáfrica, Australia, Asia, y que se utilizan en países vecinos como Chile y Uruguay, donde ya hay experiencias de cárceles privadas. Si bien puso reparos a este último punto, dijo que “revela que en el sector empresarial hay un cambio de actitud”.
Viñas insistió con que “no podemos esperar todo del Estado, tenemos que meternos porque si no la realidad social nos tapa” y citó al papa Francisco que planteó que “cuando una sociedad deja abandonada a una porción de sí misma a la periferia, no es de extrañar que en esa sociedad estalle la violencia”.
También consideró que la desintegración social no se soluciona con más policía o con más cárceles porque “la violencia genera más violencia. La única manera con que se puede solucionar es con equidad social, y no podemos esperarla sólo del Estado. Hoy, en todas las empresas existe el concepto de responsabilidad social empresaria que dice que no me puedo quedar solamente con darle asistencia social a los empleados de mi empresa, tengo que ver qué puedo hacer por la comunidad. Hoy, las generaciones de dirigentes de empresas tienen una sensibilidad y una apertura a ayudar a solucionar los problemas sociales que es muy valiosa”.
La red en los barrios periféricos
Al describir el proyecto Cambio de Paso que se desarrolla en Mar del Plata, Esteban Viñas contó que “empezamos en la cárcel y los internos nos pidieron que trabajáramos con sus hijos. Tenemos una liga de rugby y de hockey barrial y trabajamos con chicos de 3 a 21 años. Empezamos haciendo nada más que rugby y hockey, y nos dimos cuenta de que con eso solo no alcanzaba, que con darles dos estímulos por semana no alcanzábamos a modificarles estereotipos que son parecidos a los de los papás: las cosas se obtienen por la mendicidad o por la violencia”.
Y confió que “la única manera de romper ese esquema es primero con amor, con cariño; segundo, con regularidad: no les podemos prometer a los chicos nada que no vayamos a cumplir. Con regularidad en lo que les vamos prestando y con el tiempo, vamos conquistando su cariño, su confianza”.
En esa instancia, a partir del deporte, los voluntarios les plantean a los jóvenes que si les gusta el rugby o el hockey y quieren participar de los partidos del domingo, entonces tienen que ir a la escuela y presentarles el boletín. Lo mismo con las vacunas y los controles de salud. “Les vamos mejorando la condición”, resumió.
Por otra parte, adelantó que “estamos construyendo nuestra primera casa de encuentro, en dos hectáreas, que va a tener galpones para que los chicos de 14 a 21 años aprendan oficios como lutiers, gastronomía, mecánica de motos, construcción y dejamos parte de la tierra para parejas jóvenes que no tienen vivienda, para ayudarlas a que puedan construir allí”.
El mentor del proyecto contó que trabajan en red con la Mesa Solidaria de Mar del Plata –modelo que copiaron e implementaron a partir de la alianza de las ONGs de Tandil-, entonces distintas organizaciones aportan a las tareas de la ludoteca, salud, apoyo escolar, nutrición, que también implementan para contener a los chicos en los barrios.
Secretaria de Redacción de El Eco de Tandil. Licenciada en Comunicación Social orientación Periodismo (UNLP)