Una nueva Expo Comunitaria mostró las habilidades de quienes se formaron en los 13 centros barriales
Es el tercer año del encuentro que pretende dar relevancia y visibilizar lo que aprendieron las dos mil personas que asistieron a los 105 talleres ofrecidos en los 13 espacios comunitarios de la ciudad. Un lugar de promoción y generación de espacios de dignidad. La gastronomía es la temática más exitosa por ofrecer una salida laboral inmediata.
Se llevó a cabo el viernes la tercera edición de la Expo Comunitaria en la plaza Independencia, donde los distintos Centros Comunitarios de toda la ciudad exhibieron los resultados de los talleres, cursos y capacitaciones que llevaron adelante a lo largo de todo el año. El encuentro, que había sido postergado por las malas condiciones climáticas, tuvo lugar a partir de las 16.30 con una muestra de actividades recreativas, artísticas y educativas para toda la familia.
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De esta manera, por tercer año consecutivo el Municipio de Tandil desde la Secretaría de Desarrollo Social con la Dirección de Acción Comunitaria llevó adelante la muestra acompañados por la Dirección de Juventud con sus espacios formativos y recreativos, la Dirección de Deportes con actividades y juegos, los Clubes de Abuelos, la Feria de Mujeres Emprendedoras, la Feria Verde y el Mercado en los Barrios.
Este año fueron 105 talleres, de 13 centros, a los que concurrieron aproximadamente dos mil personas de todas las edades durante todo el año, con todas las intenciones de aprender y contar con la posibilidad de tener alguna salida laboral inmediata. Por eso, según señaló la directora de Acción Comunitaria, Juliana Teerink, la idea de que puedan mostrar los productos en este evento es dar a conocer la habilidad que cada uno pudo generar, parte de esa intención es que los barrios se acerquen hasta el centro a exponer.
Feria y economía familiar
Como no podía ser de otra manera, la muestra estática siempre presente donde a los talleres de los barrios se sumaron la feria verde y las mujeres emprendedoras, de las cuales muchas surgieron de esta misma posibilidad que brindan los centros comunitarios. Hoy por hoy ellas aportan a la economía familiar lo que aprendieron en esos cursos y su experiencia en las distintas exposiciones genera cierto estímulo en las mamás o a las chicas más nuevas, para que en algún momento se sumen a la iniciativa y puedan vender sus productos. Este año, además se sumó la fundación sin fines de lucro Pachacamac, conformada por madres de los barrios, con la elaboración de productos que realizan con habilitación y bajo la supervisión de Bromatología.
Distribuidos a lo largo y ancho de la plaza, las ofertas presentadas estuvieron dotadas de amplia variedad de productos, de los cuales la mayoría hizo hincapié en la temática de Navidad y el fin de año. No solamente desde el punto de vista gastronómico, donde por ejemplo el grupo de Cáritas del Carmen convidó a los presentes con sus panificados y repostería, sino también las artesanías, indumentarias y otras manualidades. Por otro lado, se pudo ver muchos complementos de jardinería, como plantines de flores y aromáticas, y todo lo referido a dulces y conservas. Mientras que los productos naturales de higiene personal tuvieron su espacio también de la mano de Alipé.
Según coincidieron, la convocatoria resultó satisfactoria tanto para los feriantes como expositores y talleristas.
Espacios de dignidad
Dentro de las propuestas que se pudieron percibir, sonó el taller de guitarras con cerca de 15 chicos de distintos centros y acompañados por sus profesores, que incluso nunca habían tocado todos juntos. Entre los temas que interpretaron estuvo la tradicional “Samba de mi esperanza”, momento en que se sumó una pareja vestida de tradición para dibujar el folclore en baile.
A continuación, los integrantes de “Las manitos hablan” subieron al escenario para brindar un coro en lenguaje de señas. “Se trata de una modalidad tan en auge, que la quieren sumar a la educación formal, así que se trata de una opción que tiene cada vez más demanda”, detalló.
El cierre del encuentro estuvo a cargo de la clase de Zumba, que es lo que suele resultar más atractivo para el público generalmente. Se trató de una clase abierta, donde cada instructor invitó a sus alumnos, pero además hizo extensiva la convocatoria a la comunidad en general. “Los chicos de zumba siempre colaboran en todos nuestros pequeños eventos, porque entendemos que es una actividad que levanta mucho la energía”, dijo Teerink, destacando que lo quieren mostrar desde su área es que no se asocie solamente con problemas sociales, sino que tenga que ver también con la promoción y generación de espacios de dignidad.
Un abanico de oportunidades para aprender sin costo alguno
Dentro de los talleres, Teernik contó que se destaca la gastronomía dentro de los más exitosos, debido a que tiene una salida laboral bastante inmediata. “Entendemos que la venta domiciliaria no es lo mejor, pero también sabemos que en una economía social es lo que resuelve el día a día”, explicó.
Dentro de este concepto, uno de los estands más notables en esta oportunidad fue el de “Los cocineritos”, del taller de La Movediza estuvieron exhibiendo sus productos, que para las 18 ya habían vendido todo y con lo recaudado se fueron a tomar un helado. De acuerdo a las palabras de la directora de Acción Comunitaria, la profesora que guio a este grupo durante todo el taller los supo estimular y sostener la actividad todo el año. Este ejemplo, como los demás cursos, reflejan la simplicidad de las propuestas y lo significativo que resulta para quienes participan y los dirigen.
Asimismo, dentro de los rubros más solicitados también se encuentran los talleres de costuras, de tejidos y manualidades en general. “La mayoría son mujeres, que a veces asisten hasta con sus hijos para aprender alguna actividad”, indicó, a la vez que destacó la dirección de Susana González a cargo de la coordinación de todos los talleres.
La directora también distinguió a su vez el éxito de los talleres de apoyo escolar, que coordinan con Dirección de Educación y Deporte en algunas actividades. ”La oferta que tenemos es muy amplia”, aseguró a modo de invitación.
En Tandil hay 13 centros comunitarios, uno por cada barrio, donde hay un trabajador social a cargo y, generalmente, de tarde se desarrollan todos los talleres con diferentes instructores y una concurrencia muy variada, más allá de las edades y los sectores a los que pertenecen.
Para todos los interesados, en marzo del año que viene inician las inscripciones a las capacitaciones, donde la idea es que estos respondan a la demanda de la comunidad. “Son anuales, gratuitos y los insumos que se utilizan son cedidos por el área de Desarrollo Social del Municipio, así que cero costo para aquellos que quieran aprender”, incentivó.