Una mujer denunció por las redes que su hijo sufrió bullying
El niño fue de viaje de egresados. A su regreso, notó que algo no estaba bien. Alertó la situación en las redes.
Karina, madre de un niño de 11 años, publicó en sus redes sociales la angustiante experiencia de su hijo durante el viaje que dio cierre a su paso por la escuela primaria. En su testimonio, que se viralizó rápidamente y tuvo gran cantidad de interacciones, relató cómo el menor sufrió otro episodio de acoso que la llevó a romper el silencio y a visibilizar la situación. Convencida que su denuncia era necesaria, dijo que estos casos no pueden seguir repitiéndose y llamó a no permanecer indiferentes.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailTodo comenzó el último fin de semana. El viernes pasado despidió a su hijo que, con toda la ilusión y entusiasmo, subió al micro para emprender viaje por primera vez solo a Mar del Plata. “Pero volvió con un sabor súper amargo debido al bullying que sufrió en el colectivo y en el predio”, contó la mujer.
Preocupada por el bienestar del niño, aseguró que padece este tipo de agresiones desde tercer grado y que son la razón por las cuales “la pasa tan mal”. Sin embargo, esta vez decidió hacer público su testimonio para que hechos de esta naturaleza no se repitan. “Esto no puede seguir pasando y que nadie haga nada. Hoy fue mi hijo, mañana puede ser el hijo de otra persona”, remarcó.
El caso
En diálogo con el ciclo radial La Mañana (EcoTV, 104.1 Tandil FM y El Eco Streaming) Karina contó que esperó 24 horas para realizar la publicación y que se tomó ese tiempo para analizar la situación y pensar con mayor tranquilidad el modo en que contaría lo que padeció su hijo.
El viernes pasado viajó a Mar del Plata a pasar el día a un parque acuático, actividad que fue organizada por la comunidad educativa para los egresados de sexto año y a la que el niño acudió con gran expectativa.
La familia lo acompañó hasta que subió al micro, sin saber que allí comenzarían las agresiones. “Lo saludaba desde abajo” sin saber lo que ya sucedía en el interior del micro que los trasladó hasta la ciudad balnearia. “Eso es lo que más impotencia me da como mamá”, lamentó y contó que “le dijeron un montón de cosas muy hirientes”.
En detalle, compartió que en una escala del trayecto se detuvieron en el puerto, “quería sacarse una foto y le empezaron a tirar plantas. Al almorzar, un grupo de compañeros lo apartó y lo dejaron con las nenas. A la hora de la merienda se encontró solo en un asiento y ahí se acercaron los docentes y se enteraron de la situación: que mi hijo no dijo desde un principio”.
Tras resaltar que el menor es “respetuoso, buen compañero” y que “trata de no meterse en problemas”, reconoció que “tampoco merece que le hagan lo que le hicieron en el viaje de egresados”.
Karina expuso que el niño no quiso informar sobre la situación puntual del viaje porque forma parte de un acoso que padece desde tercer grado. “Estuvo internado por bullying” en esa época, alertó y relató que tuvo síntomas que lo llevaron a someterse a estudios “para ver si había tomado una medicación porque se le paralizó el cuerpo y era del mismo estrés”.
Frente a esta situación de alarma, se presentó con los informes médicos en el establecimiento educativo. La situación se calmó durante un tiempo, pero este año “me contó algunas cosas” que renovaron la preocupación de los padres.
“No puede seguir pasando esto”
Al regresar a su hogar, notó que algo no estaba bien. “Estaba angustiado, lloraba y yo no sabía qué hacer”, expuso. Entonces, tomó la decisión de accionar. “Le conté que iba a publicar algo en las redes y me dijo que estaba de acuerdo porque no quería que haya más casos como el de él”, manifestó.
Tras la publicación, llegaron las repercusiones. Entre los mensajes estaban aquellos de los compañeros que fueron solidarios e integraron al menor frente a lo experimentado durante el viaje, pero no de quienes fueron los responsables de las agresiones. También de docentes de esa y de otras instituciones que en cada mensaje dejaron constancia de hechos que suceden a diario en el ámbito educativo.
“No puede seguir pasando esto”, sentenció y defendió su decisión de exponer el caso con el objetivo de visibilizar un tema que se normaliza.
También entabló diálogo con las autoridades del establecimiento educativo, que garantizaron trabajar en el caso. “Vamos a esperar”, señaló.
Asimismo, fue citada por la Jefatura Distrital de Educación, donde abordaron lo sucedido y acordaron que “vamos a tratar de hablarlo y trabajarlo. Hay cosas que sabían y otras que no”.
En la escuela a la que asiste su hijo “hay normas de convivencia, pero todo cambió mucho”, y subrayó que es “una buena” institución educativa y que tal vez “se les escapa de las manos o no tienen las herramientas disponibles” para afrontar episodios de este tipo.
“Lo que pretendo es que los chicos no se callen. Me dijeron que van a trabajar con el tema, que van a tratar de acompañarlo. Pero lo que espero es que no pase más”, reiteró.
En defensa de su accionar, Karina argumentó que busca cuidar “la salud mental” de su hijo, “su autoestima”, que “pueda comunicarse y que no tenga vergüenza. Sé que hay muchas mamás que no dicen nada por miedo, por el qué dirán o porque sus hijos vuelven y la pasan peor. No está bueno. Lo tengo que hacer porque soy la mamá”.
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