Una familia que vive en una casilla de chapa pide ayuda ante un inminente desalojo
La precaria vivienda está situada en Santa Cruz 2337 y reside allí una pareja joven con un nene de 2 años y un bebé de 10 meses. Contaron que se solventan con changas y no tienen la posibilidad de pagar un alquiler. Por ese motivo, tomaron ese terreno pero ahora recibieron una intimación para desocuparlo. “La realidad es que si yo alquilo, no le puedo dar de comer a los nenes”, explicó Carla Aragón.
Una pareja vive con sus dos pequeños niños en condiciones sumamente precarias en una casilla de chapa situada en Santa Cruz 2337, en el barrio El Tropezón. Además de que el piso es de tierra, no cuentan con servicios esenciales como luz o agua. Como viven de changas, no tienen posibilidad de pagar un alquiler y recibieron una intimación para desalojar el terreno que ocupan hace 10 meses.
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Cristian Sosa tiene 25 años y es oriundo de Ayacucho. Cinco años atrás conoció en Tandil a su pareja, Carla Aragón, de Olavarría, y luego tuvieron dos nenes, uno de dos años y otro de 10 meses.
“Anduvimos de acá para allá hasta que nos dijeron que este terreno estaba solo hacía 30 años, y nos metimos. Se metió mi hermano primero, después nosotros hicimos esto, pero ahora nos mandaron una intimación, hay una denuncia por usurpación de inmueble de los dueños y nos dan 30 días para desalojar el terreno”, señaló.
Y explicó que otros chicos que también tomaron parte de ese mismo lote ya se fueron ante la intimación de desalojo y otros empezaron a desarmar las casillas de chapa.
“Necesitamos un techo”
El joven afirmó que por ahora solamente tiene changas, “lo que vaya saliendo, por día y para comer. Dejé el número de teléfono en muchos lugares pero está difícil. Lo que más hice fue ayudante de albañil pero también hago pintura, limpieza de terrenos, lo que sea”.
Por su lado, su pareja, Carla Aragón, aseguró que el único ingreso que tienen es el de la Asignación Universal y la tarjeta verde hasta tanto le salga la tarjeta de alimentos.
Y contó que en Desarrollo Social les dijeron que “terrenos no hay, que planes de vivienda no hay y nos ofrecieron ayudarnos a alquilar 3 meses pero la realidad es que si yo alquilo, no le puedo dar de comer a los nenes”.
“Desarrollo Social nos ofreció pagar la mitad del alquiler y la mitad nosotros por tres meses. Las inmobiliarias con Desarrollo Social no quieren saber nada porque han tenido muchas estafas, no de Desarrollo sino de los inquilinos y la mayoría, con nenes no acepta. Pero además, un alquiler no está dentro de nuestras posibilidades porque está muy caro”, manifestó.
Sosa aseguró que no tienen dónde ir y expuso que “necesitamos un techo, un terreno en la medida de lo posible donde podamos hacer una casita, aunque sea que me lo den para cuidar para poder hacer un techo para los nenes, tener algo seguro, que podamos estar tranquilos. Por el futuro de ellos, que el día de mañana ellos puedan tener un techo digno, como corresponde, como merecen, lo único que necesito es trabajo, estar un poco mejor”.
En tanto, explicó que solamente recibieron ayuda de la agrupación Corazones Solidarios, que les lleva una vianda una vez por semana y les consiguió una cocina y una garrafa porque antes “cocinábamos en un calentador chiquito o en la estufa”.
Carla Aragón contó que “a él a veces no le sale ninguna changa y va a hacer el recorrido para darle la comida de los chicos, muchas veces sale toda la mañana para traer una bolsita de pan, y otras veces va a las verdulerías que la gente dentro de todo te da, porque yo soy de Olavarría y allá no te dan nada, eso nos ha salvado el día. Y al otro día a lucharla otra vez, de nuevo”.
Indicó que tampoco tienen luz en el terreno, y que “ahora la asistente social se fue de vacaciones, estaba haciendo los trámites pero nos llegó la notificación y no quiero hacer nada hasta saber qué va a pasar porque después voy a tener que deshacer todo”.
Contó que desde abril residen en ese terreno y admitió que el invierno fue “bastante difícil, sólo con la estufa y con suerte de que hubiera leña. Desarrollo Social solamente me dio un subsidio por tres meses y después me lo cortaron para seguir con otras familias. Nos dicen que como esto no es nuestro, no nos pueden ayudar, sólo con la luz”.
“Si compramos algo fresco hay que consumirlo en el día porque se calienta mucho en verano y la comida igual, si compramos algo hay que comerlo en el momento”, señaló.